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Comanegra, la editorial de los libros bonitos

Nacida en medio de la crisis, factura más de 800.000 euros anuales y su equipo de siete personas fijas edita unos 60 libros al año

El equipo de Comanegra piensa propuestas para nuevos libros | Cedida
El equipo de Comanegra piensa propuestas para nuevos libros | Cedida
Barcelona
23 de Abril de 2019

Comanegra es una editorial nacida en medio de la crisis. Es "la más grande de las editoriales pequeñas". Y es la editorial de los "libros bonitos". Así la define su director, Joan Sala, que explica que la idea de fundarla nació de un grupo de amigos que hacían cenas cada miércoles "y hablábamos de los libros que tenían que existir y no existían". El primer día que abrió sus puertas fue ahora hace 12 años, el 23 de abril de 2007. Hoy, ya factura más de 800.000 euros al año que, como asegura su fundador, "por la medida que tenemos está muy bien". A pesar de ser un equipo fijo de cinco personas y dos becarios, editan unos 60 libros al año, que corresponde a más de un libro y medio a la semana, pero cuando se acerca Sant Jordi, La Setmana del Llibre en Català -de la cual es presidente- o Navidadel ritmo se vuelve frenético. Su mercado principal es Catalunya, pero venden por toda España y América del Sur porque editan tanto en catalán como en castellano y apuestan por el territorio reuniendo un 80% de autores catalanes.

"¿Por qué no montamos una editorial?", se preguntaban entonces aquel grupo de amigos. Sala cogió la sartén por el mango y, como el impedimento para no crear una editorial era precisamente la cuestión financiera, decidió que él se ocuparía de esta parte del negocio, mientras lo combinaba con la dirección general de un grupo grande de alimentación. Durante seis años, fue una "editorial amateur: hacíamos muy pocos libros y algunos desastres". "Hay gente que hace partidos de fútbol los domingos, nosotros hacíamos libros", cuenta.

El director i fundador de Comanegra, Joan Sala | Cedida

El director y fundador de Comanegra, Joan Sala | Cedida

Seis años después, Sala compró todas las acciones de la editorial a sus socios, dejó su trabajo como director general y dividió la empresa en un 80% para él y un 20% para su mujer. Ya al 100% dedicado a la editorial, la profesionalizó y en 2013, "ya adaptados a la economía de subsistencia, formo un equipo para una editorial mucho más grande de lo que éramos en aquel momento".

Una pequeña gran editorial que hace dos años celebró su décimo aniversario en una gran fiesta donde fueron muchas personalidades que elogian su trabajo.

Para formar parte de este equipo, sólo hay un requisito: "la gente que trabaja no tiene experiencia previa en el sector de las editoriales", sostiene Sala, que relata que trabajando con sus socios, "me di cuenta de que cuando se dan muchas cosas por sabidas no funciona" y, por eso, "quería un equipo que resuelva retos siendo creativos". De hecho, el fundador de Comanegra señala que "tenemos un equipo muy potente, pero que se ha formado no trabajando con una editorial".

Al equipo fijo, se suman colaboradores externos entre correctores, maquetadors, las seis o siete imprentas con quienes trabajan... "No hemos inventado nada, pero sí una manera de trabajar". Los beneficios los reinverteixen en ellos mismos.

(Re)inventar el libro bonito

El 20% de sus ventas vienen de los libros que "inventamos nosotros mismos: tenemos una idea y buscamos la persona adecuada para encargarle". La vía por donde reciben más ingresos es el boca a boca entre conocidos. "En un país pequeño, nos conocemos todos y mucha gente nos propone libros para que nos los miremos", dice Sala. El tercer camino para sumar ejemplares a su colección es mediante la compra de derechos de autor de libros de fuera "que nos puedan interesar". Cuando el director de Comanegra viaja a algún país y encuentra algún libro que le interesa, compra los derechos de autor y la publica en Catalunya.

Además de esto, también reciben algunas propuestas por correo electrónico, una vía por donde tienen que gestionar y elegir y discernir unas siete sugerencias al día. "¡Imagínate cuando volvemos del fin de semana, todo lo que tenemos en el correo!", exclama. Entre todo el equipo analizan el proyecto, "cómo se pagará este libro y qué rentabilidad puede tener", deciden si lo tiran o no para adelante y empiezan a trabajar. "Somos un equipo transversal", subraya su fundador.

"Puedes hacer libros muy buenos, pero si no tienes una buena distribución, no funcionarán"

Una vez deciden apostar por un libro, empieza el proceso. Según explica Sala, en un 80% de los casos el editor interviene en el texto, después se hacen las primeras correcciones, que las siguen la maquetación y el diseño de la portada, para acabar con una corrección final que marcha hacia la imprenta, que es externa. Dependiendo de la tipología del libro, decidirán a cuál de las siete imprentas con quienes trabajan la llevan. Cuando el libro vuelve a la editorial, entra en juego el trabajo de marketing y comunicación y de dar a conocer el nuevo ejemplar a los medios de comunicación.

L'estand de Comanegra durant la diada de Sant Jordi | Cedida

El estand de Comanegra durante la fiesta de Sant Jordi | Cedida

El punto de distribución también es un elemento indispensable a la hora de triunfar en el mercado. "Puedes hacer libros muy buenos, pero si no tienes una buena distribución, no funcionarán". El punto de distribución de Comanegra es la Casa de les Punxes. Pero Comanegra también cuida mucho al libro "como objeto" con el fin de que "la gente que lo lea vea que el libro también es un objeto". Este es uno de sus valores añadidos, puesto que la editorial no se caracteriza por editar un género concreto, sino por sus diseños. Sala explica que, al principio, "todo el mundo nos decía que no funcionaría, pero fuimos eclécticos y hacemos de todo". "Pretendíamos que nos conocieran por ser la editorial de los libros bonitos y nos conocen por eso".

El bluf del digital

Según Sala, si el libro digital no ha triunfado es precisamente porque los lectores valoran mucho el libro como objeto. "El mismo día que pudiste comprar una canción por internet, pudiste comprar un libro y han ido por caminos muy diferentes", recuerda. Actualmente, el ebook sólo representa el 5% de las ventas en toda España, a pesar de que un 15% lee en digital "pirateando".

"Si haces una editorial sólo de libros digitales, en dos días harás suspensión de pagos"

Precisamente por eso, el libro digital "no es un negocio en España", insiste el director de Comanegra, que añade que este 5% de las ventas "es posible justamente porque existe el libro en papel". Y es que, sustenta, el libro en formato digital "es el excedente del papel", motivo por el cual "si tú haces una editorial sólo de libros digitales, en dos días harás suspensión de pagos".

Sello 100% catalán

A parte de que el 80% de sus autores son catalanes, Comanegra también forma parte de Llibrelocal.cat, un sello que garantiza que el libro que adquieres está hecho 100% en Catalunya: desde el diseño y la maquetación pasando por la impresión. "¿Hace falta realmente que las editoriales impriman los libros en países asiáticos, situados a miles de kilómetros?", se cuestionan, y ponen encima la mesa que las condiciones de trabajo no son las mismas y que, por lo tanto, quieren no sólo dar trabajo a los catalanes, sino también "mantener los impuestos en casa". Y la mayor parte del trabajo la hacen desde la antigua fábrica Lehmann de Barcelona, donde se encuentran sus oficinas.

La fàbrica Lehmann, antiga fàbrica on es troben les oficines de l'editorial | Cedida

La fábrica Lehmann, antigua fábrica donde se encuentran las oficinas de la editorial | Cedida

Además, la editorial no sólo edita libros infantiles, ilustrados, novelas, libros de autoayuda o la historia de Barcelona, entre otros, sino que también producen libros de teatro. Sólo dejan al margen los de poesía porque, según Sala, si hicieran los dos géneros "tendríamos que cerrar porque estos libros venden menos", pero los editan "para hacer país".

"La gente no compra libros por el descuento del 10%, sino por lo que representa Sant Jordi"

Para hacer país como harán durante este Sant Jordi, uno de los tres momentos del año en que "las ventas se disparan" y representan el 6% del total anual. Unas ventas que se disparan más "por lo que representa la fiesta", que por el descuento del 10% que se aplica desde unos días antes del 23 de abril. "Debemos de ser el único sector que el día que vendemos más, hacemos descuentos", apunta Salas, que recuerda que, mientras "las cosas cuando hay más demanda acostumbran a ser más caras, con los libros hacemos a la inversa". Eso sí, tiene muy claro que "la gente no compra por el descuento, sino por la fiesta de Sant Jordi". Y, también, por los libros bonitos.