Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, la inversión en I+D en España el 2016 fue de 13.260 millones de euros, de los que más de la mitad provienen del sector privado. Dentro de esta categoría, las grandes corporaciones son las que hacen la aportación más grande. "La innovación nos obliga a reinventarnos continuamente para intentar ser los primeros a captar las tendencias del futuro", indica el director de finanzas de Seat , Joachim Hinz, durante la mesa redonda Como innovan las empresas?, organizada por el Colegio de Economistas.
Un objetivo de primera magnitud si tenemos en cuenta la transformación que está viviendo en la actualidad el sector del automóvil y las características de una compañía como la de Martorell. "Estamos en un momento en el cual nuestra industria se está reconvirtiendo de la fabricación de coches a la oferta de servicios de movilidad y nosotros contamos con una bolsa de clientes que son, de media, 10 años más jóvenes que los de nuestra competencia, por el que tenemos el reto de ser los primeros a desarrollar soluciones en conectividad, autonomía y sostenibilidad", resume Hinz.
Para responder a esta exigencia, Seat cuenta con un centro de investigación con unos 1.000 trabajadores enfocados en estas nuevas tendencias, pero también en el que Hinz denomina "democratización" de la tecnología. "Por nosotros la innovación también es traer aquello que es puntero en los coches de lujos a la fabricación en serie para hacerlo accesible a nuestros clientes".
Hinz: "La innovación también es traer aquello que es puntero en los coches de lujos a la fabricación en serie"
El director general del negocio de impresión en gran formato de HP, Joan Pérez, expone una visión similar de la innovación. "Por nosotros se trata de dar valor al cliente de forma diferenciada y sostenida". El directivo del fabricante de impresoras identifica dos tipos de innovación: la interna y la que viene marcada por las tendencias del mercado. "Si ahora las empresas de automóviles están obligadas a transformarse en proveedores de movilidad, es porque el que demanda ahora su sector son servicios, pero esto nos puede pasar a todos y es el motivo por el cual tenemos que estar muy atentos a las tendencias".
Las obligaciones de una empresa como la compañía de electricidad Simon son diferentes. "No somos ni los más grandes ni los más poderosos del sector, pero queremos ser referentes, y por eso la innovación es tan necesaria por nosotros", indica el director general de la compañía, Luís Lopezbarrena. Según el directivo, la aproximación al cliente final en el sector eléctrico es un reto. "No podemos preguntar a nuestros usuarios que esperan de un enchufe, porque seguramente indicarán elementos que ya se encuentran al mercado; tenemos que avanzarnos a sus necesidades y, para hacerlo, tenemos que cambiar la forma de acercarnos al producto, a veces a través de la tecnología y otros a través del ingenio".
La innovación tiene todavía una última perspectiva por las empresas que tienen como clientes a otras compañías. Es el caso de Ficosa, todo un referente en el diseño y fabricación de soluciones para el sector del automóvil. "Hay un compromiso de alineación estratégica entre proveedor y cliente que hace que los equipos de investigación y desarrollo trabajen conjuntamente. Todos los productos que lanzamos ahora son el resultado de un trabajo de muchos años de colaboración con las marcas", indica el director de movilidad eléctrica de Ficosa , Jaume Prat.
Prat contrapone este diálogo constante con las empresas con las trabas administrativas que muchas veces suponen un freno por la innovación. "Algunas de las innovaciones que se generan desde el ámbito privado generan caos legislativo. Las empresas diseñamos soluciones útiles por la sociedad y, a veces, la Administración pone freno a su aplicación. En países como la China hay más apertura y esto, en parte, explica su crecimiento".
Cómo se mide el éxito en la innovación?
La innovación, pero, sólo tiene sentido si ayuda que el negocio crezca. Estamos acostumbrados a indicadores como el número de patentes registradas anualmente por las empresas o el peso de la inversión en nuevos productos sobre la facturación para medir como de innovadora es una empresa. Pero estos índices no dan una visión real sobre que aportan las novedades a la compañía. "Nosotros ligamos la innovación al éxito. Si el 90% de tu facturación viene de productos antiguos, quizás no te puedes considerar mucho innovador, aunque inviertas un 40% en investigación y desarrollo", argumenta Pérez.
Pérez: "Si el 90% de tu facturación viene de productos antiguos, quizás no te puedes considerar mucho innovador"
Prat expone el modelo de Ficosa, que se marca como objetivo que todos los productos con un tiempo de desarrollo de tres años incorporen elementos innovadores. "Es el que denominamos Vitality Index, y que nos ha permitido llegar a un índice de generación de nuevos productos del 31%". La estrategia ha sido clave para conseguir que la inversión en I+D de la compañía haya pasado del 3% al 10% que se prevé que llegue al 2022.
Hinz incide en la importancia de la reconversión sectorial en la cual se encuentra hoy en día Seat, pero no olvida la necesidad de invertir también en las exigencias más urgentes del mercado. "No puedes abandonar las innovaciones del presente para atender el futuro, por el que seguimos innovando para mejorar nuestros coches".
Deberes por las universidades
Si hay un punto que genera consenso entre los empresarios es la valoración de Barcelona y su área metropolitana como un territorio con una gran potencialidad industrial y con una fuerte presencia de centros de investigación y universidades. Las relaciones, en general, entre estos actores son fluidas, a pesar de que las limitaciones presupuestarias hacen que, muchas veces, la colaboración sea más una cuestión de buena voluntad que una realidad. "A Seat tenemos relaciones con todo tipos de instituciones académicas, tenemos una participación destacada al Mobile World Congress y colaboramos con las Administraciones en su desarrollo, pero es cierto que, a veces, hay más disponibilidad que recursos", apunta Hinz.
Además de los problemas monetarios, las empresas ven un problema en el enfoque de las universidades. "La educación universitaria es todavía muy académica y no está involucrada al ayudar a las empresas a innovar, tal como pasa en otros países como los Estados Unidos e Israel, donde se crean proyecto que después se incorporan directamente a las compañías", concluye Pérez.