Desde el año 1975, Condensia se ha convertido en un referente en el mercado de productos químicos. Hasta ahora, han operado durante 49 años desde un mismo lugar, la planta de Palau-solità i Plegamans. Allí han producido de todo: ésteres especiales, PVC, caucho, cosméticos, pinturas o lubricantes, entre otros productos. Hoy, el 70% de lo que fabrican se exporta a mercados internacionales, lo cual obliga a la empresa a ofrecer un material de máxima calidad y con precios competitivos.
Esta expansión internacional de su mercado se puso en marcha en 2009. Un crecimiento mayúsculo que, a la vez, generó un problema: la fábrica se había quedado pequeña. "Ya no podíamos crecer más por una cuestión de espacio y producción", lamenta Marco Ara, CEO de Condensia. El dirigente también recuerda a VIA Empresa que la normativa del Ayuntamiento de Palau-solità i Plegamans no permitía aumentar su volumen.
Todo ello se resolvió con la creación de una nueva nave en Polinyà, gracias al préstamo ICF Eurocrèdit que los concedió el Institut Català de Finances (ICF). "El grueso se ha usado para las instalaciones y el contenido, que es el reactor y toda la maquinaria necesaria de producción", indica Ara. Aproximadamente, este préstamo cubre entre el 60% y el 70% de los gastos, mientras que el 30-40% restante ha sido autofinanciado. "Es gracias al ICF que este proyecto ha salido adelante", reconoce el CEO. Ahora, el instituto ha abierto una nova convocatoria de la línea ICF Eurocrèdit, esta vez dotada con 320 millones de euros.
Con esta nueva etapa, Condensia espera poder lograr su máximo potencial. Prevén que la nueva planta, de 5.000 m², permitirá multiplicar por cinco o seis su capacidad productiva nominal de la que disponían hasta ahora. "En Palau trabajamos con unas 4.000 toneladas de producción y en solo dos años calculamos que en Polinyà podremos mover unas 12.000 toneladas", apunta Ara. A pesar de que esto será solo en el comienzo: una vez hayan completado el "difícil traslado" a la nueva planta, las cifras podrían dispararse hasta las 20.000 toneladas.
Ara: "Para estar presentes en algunos mercados, tenemos que ofrecer una gama de productos más amplia, lo hacemos como complemento de nuestra actividad y para dar un servicio más grande a nuestros clientes"
Parte de este volumen de productos consiste no solo en aquellos propiamente de Condensia, sino en otros que Ara explica que se fabrican como accesorios de grandes clientes. "Para estar presentes en algunos mercados, tenemos que ofrecer una gama de productos más amplia, lo hacemos como complemento de nuestra actividad y para dar un servicio más grande a nuestros clientes", resalta el dirigente. Con más espacio, ganarán más capacidad productiva y también la posibilidad de llegar a más mercados y cantidades más grandes.
Desde hace 15 años, Condensia se ha situado en el mercado europeo, donde se ha disputado su espacio con grandes players del sector. "En realidad somos una pyme, pero competimos con multinacionales porque ofrecemos un servicio diferente del que ellas son capaces de dar", afirma Ara. Con la nueva planta, esperan consolidar su presencia europea y no descartan empezar a mirar hacia Norteamérica.
La sostenibilidad por bandera
Todo ello, en un entorno donde se prioriza la sostenibilidad más que nunca, especialmente en el caso de empresas como Condensia, que trabajan con productos químicos de alto valor añadido, como los plásticos biodegradables. "No es solo una tendencia, sino una línea de comportamiento en la que estamos presentes ya desde hace años. Todos nuestros procesos productivos están enfocados en colaborar de forma directa o indirecta con la economía sostenible", subraya Ara.
De hecho, recientemente, la compañía sustituyó los techos de los edificios de Palau para instalar placas fotovoltaicas. En el caso de Polinyà, están desde el primer día. Pero no es la única iniciativa. "Toda la maquinaria es de última tecnología y está pensada para minimizar los consumos y la emisión de productos contaminantes o residuos", agrega. Además, tienen una línea de productos dedicada a los aditivos para los bioplásticos. Estos son biobasados, es decir, provienen de fuentes renovables. Así pues, el futuro de Condensia no solo apunta al dorado, sino que no olvidará el color verde.