La historia de Cusiné se remonta a los años 70 en Vilafranca del Penedès, cuando Ramon Cusiné puso en marcha un negocio para abastecer de azúcar y harinas las pastelerías y panaderías del pueblo. Más de cincuenta años después y con la tercera generación al frente, la empresa factura más de 40 millones de euros el año y exporta sal, azúcar, harinas y otras materias primeras para la industria y el sector alimentario a Europa y África.
Jaume Cusiné: "Mi padre, que no pudo estudiar por razones económicas, entró en la empresa "
Ramon Cusiné fue el precursor del negocio, pero la entrada de su hijo bien pronto, supuso un impulso exponencial. Así lo explica Jaume Cusiné, tercera generación y responsable de ventas y marketing: "Mi padre, que no pudo estudiar por razones económicas, entró en la empresa ".
Su aportación fue fundamental por el crecimiento del negocio y apostó por la introducción de la sal a su catálogo. "La sal permitió crecer mucho. Era una materia primera muy utilizada en panadería y pastelería y vieron que había un hueco", explica Jaume. Y dejaron las pequeñas tiendas para hacer el salto directo a la industria alimentaria.
De la panadería a la piscina
Cusiné vieron que el sector de la sal estaba poco desarrollado en la industria más allá de la alimentaria. Así, decidieron explorar más y empezaron a entrar a otros sectores: "A través de la sal, podemos introducir materias primeras de la panadería a otras industrias". Uno de estos sectores fue el peletero y textil del entorno de Igualada.
Todo ello catapultó Cusinó, que a principios de los años 90 ya se trasladó en un espacio más grande en Olèrdola, donde ahora disponen de una nave de 7.500metros cuadrados y mueven más de 90.000 toneladas de materias al año. Pero un mercado que supuso un antes y un después fue el del tratamiento de agua y las piscinas.
70.000 toneladas el año de sal
Una de las claves de su éxito es el hecho que trabajan con sal marina y sal vaccum, la utilizada por el tratamiento del agua. De este modo, abarcan un abanico muy grande de industria: desde la panadería o la carne a las piscinas o descalcificadoras. A pesar de que mantienen el azúcar, las harinas y otras materias primeras cómo los frutos secos, las conservas o los aceites; la sal es ahora su pilar con 70 mil toneladas el año.
El sector de las piscinas ha crecido, especialmente a partir de la pandemia de la Covid-19. Un tiempo de pandemia en qué Cusiné experimentó un gran crecimiento, gracias a la explosión de ámbitos cómo la panadería o la pastelería. Se convirtieron en proveedores fundamentales en un momento en que harinas, levaduras o masas se agotaban al supermercados. Y a pesar de las dificultades mundiales por el suministro desde entonces, han aguantado bien, puesto que trabajan con grandes stocks de seguridad.
Ahora, la tercera generación de Cusiné quiere hacer hacer un salto cualitativo y ya cuenta con una marca propia para la sal de piscinas y descalcificadoras. Además de vender al por mayor, también venden de manera particular a establecimientos cómo El Corté Inglés, Bricodeport u otras cadenas. De hecho, ya han incorporado productos cómo arena y vidrio para los filtros de piscinas.
Salir de Vilafranca
El 2012 empezó el proceso de internacionalización de Cusiné, que ahora ya representa casi el 20 % de su facturación. "Lo hicimos sobre todo a través de ferias y con una estructura comercial internacional", explica Jaume.
La sal para piscinas y tratamiento de agua es el principal producto que exportan y ya tienen presencia países de Europa y en el norte de África: "Nos ha permitido hacer un salto importante". Un salto que se constata en las cifras: el 2022 facturaron 43,5 millones de euros y registraron un crecimiento del 32%. La rapidez y seguridad que ofrecen como proveedores en sectores sensibles cómo la industria y la alimentación les ha hecho ganar confianza y clientes por todas partes.