Decisiones dolorosas (o no)

Cuando se llega arriba de todo en una empresa, se tienen que tomar decisiones. Y en el Barça, ahora, toca tomarlas

El presidente del Barça, Joan Laporta, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés. | EP
El presidente del Barça, Joan Laporta, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés. | EP
Barcelona
09 de Julio de 2021

Todos queremos tener poder, llegar a lo más alto, cuanto más alto, mejor. Tocar el cielo, dicen.
Al final cuando estás arriba, si es que llegas, te das cuenta que siempre hay uno que está aún más arriba.
Además de la ambición por mandar, para demostrar aquello tan viejo de "aquí mando yo", cuando toca mandar, cuando toca dirigir, también toca tomar decisiones. A veces impopulares, a veces dolorosas, y, a veces, obligadas por la cuenta de resultados. Al final, no obstante, cuando se manda se tiene que decidir y ejecutar.

A veces impopulares; a veces dolorosas, y, a veces, obligadas por la cuenta de resultados. Al final, pero, cuando se manda se tiene que decidir y ejecutar

Y cuando llegas al poder crees que todo es bonito. La Visa, la American Express, viajar en primera o en business, coche de empresa, chófer, hoteles, restaurantes..., pero todo esto lleva aparejado tomar decisiones. Generalmente dolorosas. Y a excepción de los killers profesionales, a quienes recurren los de Recursos Humanos cuando la decisión es complicada, y que no tienen ningún tipo de sentimientos, cuesta mucho tomarlas por el carisma o la influencia que el señalado puede tener sobre el resto de la organización.
Pero la organización acostumbra a ser cobarde o temerosa y rápidamente cierra filas con el nuevo, no fuera que el próximo en caer fuera él.
Y, como siempre, ya nos hemos ido por las ramas y olvidado lo que queríamos decir.
Queríamos hablar del Barça y del desmadre que nos ha llevado a la situación actual: a la quiebra.
Y queríamos decir que si el icono de este Barça, Messi, fuera un empleado de una empresa, ya habrían prescindido de él. Y el primero en votar a favor de esta medida habría sido el Consejo de Administración, porque ellos solo están por los dividendos y por los beneficios y todo el resto es accesorio.
Hay un principio fundamental y tres preguntas: ¿Nos podemos permitir este gasto? ¿Lo podemos pagar? ¿Nos hipoteca nuestro presente y nuestro futuro?

Y las tres respuestas:
No
No
Si

No hay que recurrir a una consultora de grandes facturas y pocas decisiones nuevas. Hay que recurrir al sentido común y aquello tan viejo del "tanto ingreso, tanto puedo gastar".
Únicamente hay dos problemas:
1. NO quiero pasar a la historia como el presidente que perdió a Messi
2. NO quiero explicar a los socios, aficionados y simpatizantes que la caja del club está vacía, que por las telarañas no nos dan un euro y que si no refundamos el club y partimos de cero no nos quedan muchos años de vida.

Y ahora, si planteamos el club como una empresa no queda más remedio que volver a empezar, prescindir de lo que no podemos pagar (con todo el dolor que quieran) y prepararse para una travesía del desierto, con gente joven, hecha en el club y dispuesta a vivir una etapa diferente.
Una cuestión no menor: cuántos años lleva Messi en el club y cuántas Champions ha ganado el Barça. Ha ganado 4 Champions. Con el mejor del mundo.
Hay que añadir algo más?
Repito: todo esto si el Barça se gestionara como una empresa.
La otra vía es la que han empezado: un crédito de 500 millones de Goldman Sachs y vivir de la “rifeta”. Y después, otro crédito y... Alguien recordará que este dinero se tiene que devolver.

Y si no se pueden devolver...?

"Al socio no se le puede engañar", decía un antiguo presidente. Quizás al socio, cuando se tengan que devolver estos créditos, se le habrá engañado y le tendrán que decir que ya no es el propietario del club.

"Al socio no se lo puede engañar", decía un antiguo presidente. Quizás al socio, cuando se tengan que volver estos créditos, se lo habrá engañado y le tendrán que decir que ya no es el propietario del club

Vuelvo al principio. Cuando se llega arriba de todo en una empresa, se tienen que tomar decisiones. Y en el Barça, ahora, toca tomarlas.

Relajar medidas o no

Dejemos el Barça al margen y vayamos a la realidad empresarial del país. Y esta, con el nuevo repunte de la pandemia, vuelve a pintar gris por no decir negro. Y aquella esperanza de luz que todos habíamos divisado para septiembre empieza a no estar tan clara.
Y como en este país nuestro todos somos consellers y entrenadores del Barça vivimos de criticar lo que hacen los otros.
Y ahora, los que durante meses y meses han estado dando la tabarra clamando por el relax de las medidas y de abrir el ocio nocturno, ahora desbarran por haberlas relajado.
Hay que recordar una tontería: ricos y muertos o pobres y vivos. Tenemos que elegir que queremos ser.

Dos apuntes finales y una pregunta

- Cómo será la vuelta a la normalidad? Nos hemos reorganizado nuestras vidas durante estos 15/16 meses de vida laboral diferente. ¿Seremos capaces de volver al despacho con un horario más o menos rígido?
¿Podremos conciliar trabajo y familia? Parece que en la mayoría de empresas que han vuelto a una cierta "normalidad" la reticencia a unos horarios como los de antes no han estado muy bien acogidos y habrá que hacer esfuerzos para ligar necesidades empresariales con necesidades laborales.
Y nos guste o no, el contacto es imprescindible en una discusión, en un nuevo proyecto, en un debate… Las miradas y las palabras cara a cara son mil veces más efectivas que Teams, o el correo electrónico o el whatsapp. Nos guste o no.

Cómo será el retorno a la normalidad? Nos hemos reorganizado nuestras vidas durante estos 15/16 meses de vida laboral diferente. Seremos capaces de volver al despacho con un horario más o menos rígido?

- Leo el artículo de Josep M. Ganyet en VIA Empresa y volvemos a las palabras de Biden. Dice Ganyet que Yann LeCun, uno de los investigadores más reputados del mundo en IA, tuiteaba la semana pasada la clave para construir una economía vibrante e innovadora: atraer científicos e inventores de todo el mundo. ¿Y esto como se hace? Él mismo se respondía: primero, pagadlos bien (como en los EE. UU. y en Suiza); segundo, dadles los medios para innovar y sobresalir; y tercero, no seais un estorbo. Y esto vale para empresas, instituciones y gobiernos.
- Y la pregunta, que ya la hemos hecho en otros escritos: nos explicarán algún día la verdad sobre la gestión de los fondos europeos? Este tema, igual que el del principio: si dijeran la verdad la gente lo entendería. Y ahora, todo parece indicar que no la dicen.
Ellos mismos.
Y para desestresar, más de Tip y Coll, que hacía días que no los veíamos.
https://youtu.be/plys6anj7ym