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El nuevo decreto de las renovables llega (tarde) con energía

LC Paper es la primera empresa a presentar un proyecto de autoconsumo energético industrial después del nuevo decreto de energías renovables catalán

La planta de LC Paper en Besalú | Cedida
La planta de LC Paper en Besalú | Cedida
Aiats Agustí
Periodista
Barcelona
02 de Diciembre de 2019

Los proyectos de parques fotovoltaicos y eólicos ya empiezan a fluir después del nuevo decreto aprobado el pasado martes. Justo el viernes una primera empresa hizo la solicitud para levantar uno. LC Paper ha presentado el primer proyecto de autoconsumo energético industrial después del nuevo decreto de energías renovables catalán. Este será el más grande de Catalunya en esta modalidad, según comentan a VIA Empresa fuentes de la compañía de Besalú. Y ya era hora que Catalunya apostara por esta vía, justo cuando la Eurocámara ha decretado la emergencia climática y Madrid celebra la Cumbre Mundial Por el Clima.

 

La empresa, que produce papel sin huella de CO2, hace años que se alcanza con su propia caldera de biomasa y el resto de energía que empleaban la compraban con certificado de renovable, pero no la producían ellos. El proyecto, con una capacidad de 5 megavatios, consiste en la sustitución de la compra de energía verde para la propia producción. La planta la construirá Solar Profit y LC Paper comprará la energía que produzcan a largo plazo.

 

Esta acción es posible gracias al cambio en el decreto 147/2009. "Este decreto se había hecho para evitar una burbuja en las renovables y por las reticencias del territorio", explican las mismas fuentes. Catalunya vive una parada eólica y fotovoltaica desde 2013 y actualmente tiene una potencia energética renovable que la sitúa a la cola de las comunidades autónomas. De hecho, la Generalitat admite que el decreto de 2009, pensado para frenar la especulación, ha retrasado la implantación de parques eólicos y fotovoltaicos en Catalunya.

Ahora se podrán tramitar instalaciones eólicas y fotovoltaicas en 13 meses, todo esto para agilizar la implantación de estas energías. La derogación de este decreto era una demanda histórica del sector, y el Gobierno ha aprovechado el nuevo decreto ley para ir más allá e introducir cambios en la ley catalana de urbanismo.

"Este decreto se había hecho para evitar una burbuja en las renovables y por las reticencias del territorio"

De esta forma, la Generalitat pretende que la normativa actual "deje de obstaculizar" la implantación de parques eólicos y fotovoltaicos en Catalunya. En el caso de la fotovoltaica, el decreto decía que se podía construir esta planta a condición de que el terreno donde se instalara fuera adyacente en la industria que abastecería. La normativa actual establecía que las placas fotovoltaicas sólo podían ponerse en terrenos contiguos en zonas de uso industrial con una ocupación máxima de seis hectáreas, o junto a edificaciones agrícolas o ganaderas, con una ocupación máxima de tres hectáreas.

En el caso de LC Paper, sólo los separaba de este terreno una carretera "y esto no se consideraba adyacente". Ahora, pero, podrán tirar adelante el proyecto, dado que se elimina esta condición: "Esto abre las puertas a que muchas industrias que no tengan un terreno al lado puedan levantar parques fotovoltaicos".

Además, la rentabilidad económica y financiera de estas inversiones a partir de ahora está más que justificada, dado que el precio de las placas solares se ha ido reduciendo año tras año y la energía verde compensa el coste de los derechos de emisión de CO2 que las industrias tienen que adquirir.

Otra novedad del nuevo decreto aprobado es que potenciarán las pequeñas instalaciones destinadas al autoconsumo en zonas urbanas, como las placas fotovoltaicas en las azoteas de los edificios, que podrán tramitarse con facilidad siempre que la altura de las instalaciones no se eleve más de un metro sobre el límite de remonta del edificio.

Con todos estos cambios, la Generalitat considera que las renovables podrán desarrollarse en Catalunya "al mismo nivel" que en otras comunidades. Y es que Catalunya se ha propuesto tener en 2030 una potencia instalada de unos 14.000 megavatios en eólica y otros 6.000 en fotovoltaica.