Hay un demonio que ataca a las empresas familiares, y no es la Agencia Tributaria. Su nombre es OCAIDIS, acrónimo formado por la inicial de los pecados que propone cada una de sus siete cabezas.
OLVIDO. Olvidar que si la empresa no funciona se ha acabado la historia. El sustantivo es empresa, familiar el adjetivo. Hay que mantener la empresa con proyección de futuro.
CONFUSIÓN. Confusión de familia y empresa. La familia busca la felicidad de sus miembros, y se rige por el amor. La empresa busca la riqueza, y se rige por la meritocracia. Confusión de propiedad y capacidad. El accionista de una compañía aérea por el simple hecho de serlo no está capacitado para dirigir el tráfico aéreo o pilotar un avión.
ADNIZACIÓN. El ADN no garantiza la herencia de la capacidad y voluntad empresarial.
INCOMUNICACIÓN. La empresa familiar puede ser uno de los lugares con menos diálogo sincero. Derivada de la incomunicación tenemos la inflexibilidad, el no salir del cuadro mental que nos limita en la observación de la realidad y en la toma de decisiones. Podemos olvidar que la realidad depende del punto de vista.
DESAFECCIÓN. El desinterés por la empresa familiar, especialmente por parte de los que no trabajan en ella; y de las nuevas generaciones que cada día tienen más alternativas, aunque de forma periódica las crisis las reducen.
IMPROVISACIÓN. Al igual que se hace planificación de la empresa, también hay que hacerla de la familia empresaria: el relevo en la dirección, gobierno y propiedad; la solución a los retos previsibles a los que deberá hacer frente la familia empresaria, como pueden ser el reparto de dividendos o la liquidez de las participaciones. Ha de planificar la transmisión de valores y de amor por la empresa. Hay que planificar entre otras cosas el relevo, y la fiscalidad.
SOBERBIA. El peor de todos los pecados capitales en el que puede caer la familia empresaria es el de la soberbia. El de creerse inmunizados contra los pecados. El pensar “a nosotros esto no nos hace falta”. El posponer de forma indefinida los temas. Ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
Ilustración y texto extraídos del libro “Empresa Familiar con Humor”, editorial Profit, de JL Martin y Jordi Tarragona. Derechos de autor cedidos a Manos Unidas.