Las nuevas tecnologías han hecho cada vez más difundida la frontera entre la vida laboral y personal. La última muestra ha sido la sentencia favorable del Tribunal de Estrasburgo a un trabajador rumano que fue despedido para utilizar la mensajería de trabajo para enviar correos personales. Un episodio más que se suma a cifras como la de los 30.000 franceses afectados por el burn out o síndrome del trabajador quemado. En España se sabe que el 65% de los trabajadores es requerido por su empresa fuera del horario laboral, según un estudio elaborado por la empresa Edenred y la consultoría Ipsos. Un dato que se ensarta hasta el 90% entre los directivos. A pesar de que no hay números concretos que hablen de las consecuencias que tiene, los sindicatos ya han alertado en varias ocasiones que las nuevas tecnologías se han convertido en una 'correa electrónica' que liga los empleados al trabajo.
Francia es el único país que ha intentado legislar sobre la materia con la reforma laboral que entró en vigor el pasado 1 de enero. "A pesar de que no se hizo ninguna definición del derecho a la desconexión como tal en el código de trabajo, se acordó que en los convenios colectivos colectivos tendría que constar una aplicación concreta que limite las llamadas y los correos electrónicos para evitar el riesgo de estrés y el desgaste profesional", explica la responsable de derecho laboral del bufete Sanahuja Miranda, Eva Gómez.
Una medida "insuficiente"
En el país vecino algunos trabajadores tienen ahora la entrada al correo vetada con sistemas tecnológicos a partir de ciertas horas; otros, no reciben llamadas más allá del final de su jornada. Si alguien lo tiene que hacer, está retribuido y así lo marca su contrato.
Ahora bien, no pasa en todas las empresas, porque cómo subraya con insistencia la abogada, "cada empresa escoge como aplica el marco general pautado". Y si alguien incumple las obligaciones que marca el convenio, " puede haber una reclamación de la parte contraria porque se cumpla el derecho".
Gilgado: "Francia sólo traslada a la negociación colectiva la forma como se tiene que ejercer la desconexión"
A pesar de que se trata de una medida pionera y que ha abierto el debate, la UGT la cataloga de "insuficiente". "Francia sólo traslada a la negociación colectiva la forma como se tiene que ejercer la desconexión", apunta la secretaria de política sindical, Nuri Gilgado. Un modelo que en países como España no funcionaría por la gran cantidad de pymes sin representación sindical que hay. De aquí que aboguen para trasladar el derecho a la desconexión a la legislación: "Se tiene que incluir en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales porque es una medida que afecta directamente la salud de los trabajadores".
Y es que, como remarca, no es sólo una práctica que alarga la jornada laboral – "sin remunerar"-, sino que aumenta el estrés, la ansiedad y pone trabas a la conciliación.
Contratos más explícitos
La mayoría de trabajadores tiene una hora concreta de entrada y de salida y se supone que fuera de este horario no tiene que ejercer ninguna tarea que tenga que ver con el trabajo. A no ser, por supuesto, que así lo marque su contrato y que los trabajos y horas extraordinarias sean remuneradas debidamente o compensadas con un descanso adicional.
Esta es la teoría, pero la irrupción de nuevas formas de trabajo con las facilidades de la tecnología ha hecho que la práctica sea otra. "La revolución digital ha provocado que el derecho a la desconexión deje de cumplirse un golpe acaba la jornada laboral", critica Gilgado, "al no existir una jornada pactada y no haber un convenio colectivo que marca los horarios, muchos empleados están pendientes del móvil y de los emails cuando pliegan".
Gilgado: "Puede suponer un despido por parte del empresario si no tienen la disponibilidad que se los pide"
Qué pasa si deciden ejercer su derecho de no responder? "Puede suponer un despido o una reprimenda por parte del empresario si no tienen la disponibilidad que se los pide", afirma. Una situación que la secretaria de política sindical lamenta que ha ido en aumento arran la crisis: "Tenemos una temporalidad excesiva en Cataluña y estas personas que no tienen un contrato estable hacen todo el que haga falta para mantener el trabajo y no denuncian el abuso por parte de los empresarios". Y afecta ya a cualquier rango, cuando esta disponibilidad de 24 horas al día antes sólo se pedía a los altos cargos.
Axa hace el primer paso
Volkswagen en Alemania o Michelin y Orange en Francia son algunas de las empresas que ya contemplaban el derecho a la desconexión en sus convenios. Desde el pasado mes de julio, el Estado español tiene también una empresa que lo regula: Axa.
El convenio estará vigente hasta el 2020 y regula aspectos como utilizar el teléfono con finalidades laborales al acabar la jornada – excepto en casos de "fuerza mayor o circunstancias extraordinarias", según especifican en un comunicado- o reconocer una tendencia creciente: el teletrabajo. Sobre este último aspecto, la aseguradora acordó con CCOO a su convenio que las condiciones laborales y trato con los trabajadores presentes a las instalaciones y los que ejecuten sus funciones desde casa será equivalente. De este modo, intentan garantizar la conciliación entre la vida laboral y personal.
A pesar de que la aplicación de la medida tiene pocos meses de recorrido y no se puede hacer una valoración con cifras, la directora de recursos humanos de Axa en España, Carmen Polo, asegura que está siendo "muy positiva". "Directivos y empleados están concienciados y ejercen su derecho, una cosa que se ha hecho patente especialmente durante las vacaciones de verano", añade.
Poner las bases legislativas
Tanto la aplicación de la ley francesa a principios de año como la propuesta de Axa han abierto el debate al Estado español, pero hasta el momento no se ha hecho ningún paso en firme. La UGT alertó en un comunicado de la vulneración de los derechos que están sufriendo los trabajadores y, tal como explica Gilgado, ha reclamado a los grupos parlamentarios que gestionen la reivindicación.
El ministerio de Trabajo también ha reconocido la necesidad de tomar medidas cómo ha hecho el país vecino, "pero han sido simples declaraciones", apunta. Mientras que nohaya ninguna muestra de progreso, la secretaria de política sindical voz adecuada tomar otras medidas: "Se tiene que obligar a cumplir con las normas antes de regular. Tenemos excesos de jornada, de horas extraordinarias obligatorias y sin remunerar... Hay mucho trabajo a hacer y muchos límites a poner porque la empresa no vulnere los límites personales".
Gómez: "Los países más avanzados ya han empezado a tomar medidas. España lo hará, pero tardará más"
Una idea que comparte la abogada Eva Gómez, quien recuerda que la diferencia a escala de horarios y de productividad es muy grande entre los países europeos: "Aquí tenemos jornadas más extensas y un rendimiento más bajo. Los más avanzados ya han empezado a tomar medidas. España lo hará, pero tardará más".