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Un día y una noche en el Sincrotrón Alba

El Sincrotrón opera las 24 horas de los 365 días del año mientras prepara el salto a la cuarta generación: el Alba II

El Sincrotrón Alba, en Cerdanyola del Vallès | Ajuntament de Cerdanyola del Vallès
El Sincrotrón Alba, en Cerdanyola del Vallès | Ajuntament de Cerdanyola del Vallès
Cerdanyola del Vallès
13 de Noviembre de 2024
Act. 13 de Noviembre de 2024

En Catalunya se encuentra un espacio capaz de emitir una luz hasta 10.000 millones de veces más intensa que la del Sol: el SincrotrónAlba. Se trata de una de las infraestructuras científicas más importantes del sur de Europa y está ubicado nada más y nada menos que en CerdanyoladelVallès, una de las potenciales ciudades inteligentes de España. El Alba es, además, la única fuente de luz de sincrotrón en España y acoge cada año a más de 2.500 usuarios, tanto académicos como industriales, que realizan hasta 350 experimentos de gran impacto para el planeta: desde el estudio de materialesinnovadores para lograr embalajes más eficientes en el ámbito gastronómico, hasta los numerosos análisis que se llevaron a cabo en plena pandemia para conocer el comportamiento de la covid-19, pasando por la observación de la estructura de la piel humana para encontrar las mejores solucionescosméticas. Todo, en un espacio blindado donde “cada segundo es oro”.

El Alba es la única fuente de luz de sincrotrón en España y acoge cada año a más de 2.500 usuarios

¿Qué es un sincrotrón?

Un sincrotrón es un acelerador de partículas que genera lo que se conoce como luz de sincrotrón, es decir, luz de gran intensidad; esta comprende desde la luz infrarroja hasta rayos X. “Con esta luz iluminamos la materia que traen los equipos científicos, y esta nos revela sus características y propiedades al detalle. No deja de ser un microscopio gigante”, explica AnaBelénMartínez, responsable de comunicación y divulgación del Sincrotrón Alba a VIA Empresa, durante una visita a las instalaciones. Según explica Martínez, este es un proceso conocido en el ámbito industrial como caracterización de materiales, y las ciencias de la vida, las ciencias de los materiales y el estudio de los materiales magnéticos son los tres grandes ámbitos en los que se agrupan los experimentos realizados en la infraestructura vallesana.

A pesar de que estos experimentos se basen en unas técnicas nada comprensibles fuera del argot científico —la difracción de polvo de rayos X, la cristalografía de macromoléculas o el dicroísmo magnético con rayos X suaves son un breve ejemplo—, cabe destacar que estas benefician a una gran cantidad de ámbitos, como lo son el de la farmacia —uno de los que más intensamente ha utilizado los sincrotrones—, la salud, la automoción, el medio ambiente o la energía, entre muchos otros. Y no puede ser de otra manera: el Alba, que fue inaugurado en 2010, es la única fuente de luz de sincrotrón en España.

El Parc de l'Alba: innovación, vivienda y natura

La infraestructura, dirigida por la física CaterinaBiscari, está ubicada concretamente en el Parc de l'Alba, el parque público de Cerdanyola, que cuenta con 408 hectáreas y se divide en tres grandes áreas: el BarcelonaSynchrotronPark, la zona empresarial de más de 1,3 millones de metros cuadrados donde se sitúa el Sincrotrón y una serie de empresas innovadoras entre las cuales se encuentran Sener, o cuatro centros de datos operados por gigantes como IBM, T-Systems y SILC-Immobles; un nuevo barrio residencial de 5.377 viviendas —de las cuales un 47% son de protección oficial— que esperan acoger hasta 15.000 residentes; y todo un espacio de zonas verdes que representa el 41% de las 408 hectáreas del Parque. En conjunto, una zona que combina innovación, vivienda y naturaleza.

 

El Parc de l'Alba cuenta con un espacio de zonas verdes que representa el 41% de las 408 hectáreas del parque

6.000 horas de luz al año

En cuanto al interior del Alba, el acelerador de partículas cuenta con un perímetro circular de 270 metros por el que los electrones giran hasta un millón de veces por segundo. Su carga eléctrica permite que, mediante campos eléctricos e imanes de alta potencia, giren a esta vertiginosa velocidad alrededor de la forma de anillo que tiene el sincrotrón y acaben generando la ya mencionada luz de sincrotrón, que se extrae directamente a las líneas de luz o pequeños laboratorios instalados junto al sincrotrón mediante las ventanillas por donde esta sale, y que explican la silueta que tiene la infraestructura por dentro. En el Alba, hay un total de 11 líneas de luz disponibles para realizar experimentos, y se están construyendo tres más, de las cuales dos estarán operativas a principios de 2025 y la tercera en 2026.

Y es que, por mucho que sea 10.000 millones más veces intensa que la del Sol, la luz del Sincrotrón tiene una característica en común con la solar: no es infinita. Si bien, por un lado, todavía quedan 5.000 millones de años para que el Sol deje de brillar, por el otro lado, el Sincrotrón ofrece hasta 6.000 horas de luz al año: "Cuando asignamos tiempo de uso a los usuarios del Alba ofrecemos turnos de día, tarde y noche, porque se tiene que aprovechar al máximo el tiempo, básicamente porque es limitado", explica Martínez.

El acceso a una infraestructura blindada y el coste de la luz del Alba

Dicho esto, ¿quién puede acceder y cómo? El acceso al Sincrotrón varía en función del tipo de usuario: centro académico o empresa. La infraestructura es gestionada por un consorcio público que, por un lado, lleva a cabo dos convocatorias anuales a las que cualquier universidad o centro de investigación puede presentar su propuesta, y un panel de expertos externo al Sincrotrón evalúa todas las recibidas. Según comenta Martínez a VIA Empresa, aproximadamente la mitad de las propuestas son aceptadas, y los investigadores que acceden al interior del Sincrotrón no pagan ningún coste, pero tienen la obligación de hacer públicos los resultados. Un funcionamiento muy diferente cuando se trata del tejido empresarial.

Cuando una empresa quiere usar el Sincrotrón, consigue el acceso directo pagando el coste de la operación que supone usar el Alba. Cada hora tiene un coste de 544,44 euros —es decir, 9,07 euros por minuto—, y los experimentos pueden durar entre uno y tres días aproximadamente. Por lo tanto, si ponemos el ejemplo de una empresa que quiere usar el acelerador de partículas durante dos días, debería asumir un gasto de 26.133,12 euros, a los que se le podría añadir el gasto de soporte científico que ofrece el Sincrotrón, para asesorar y facilitar la obtención de resultados. En el caso de la tarifa estándar es de 59,29 euros por hora en horario diurno de lunes a viernes, 66,7 euros en horario nocturno o diurno en fines de semana y festivos, o de 74,12 euros por hora en horario nocturno los fines de semana o festivos. La tarifa de apoyo especializado asciende, respectivamente, a los 76,21, 85,73 y 95,26 euros por hora.

Además, cabe decir que no solo las grandes empresas con relevantes departamentos de I+D pueden utilizar el Alba: la infraestructura también dispone de proyectos europeos para fomentar su uso entre las pymes. Ahora bien, en el caso de las empresas, y a diferencia de los centros de investigación, las empresas tienen que firmar un contrato de confidencialidad y no pueden compartir los resultados obtenidos de estas horas tan valiosas.

Un espacio operado las 24 horas de los 365 días del año

Cabe destacar que el apoyo que ofrece el Sincrotrón es un elemento clave que acompaña a los usuarios durante su estancia, en un espacio en el que las 24 horas de los 365 días del año siempre hay un mínimo de dos personas de los 250 profesionales que hay en plantilla. “Este espacio no puede quedarse nunca solo. De hecho, tiene que haber siempre un operario que pueda operar el acelerador desde la sala de control, y otro de apoyo en las líneas de luz”, explica Martínez, quien valora todas las medidas de seguridad del centro: una multitud de cámaras, monitores y dispositivos de control que aseguran que los niveles de radiación en la infraestructura sean incluso inferiores a los del ambiente exterior.

Martínez: "Este espacio no se puede quedar nunca solo"

El perfil del usuario y el objetivo 2032: el Alba II

En la actualidad, estos datos se traducen en un 60% de empresas, instituciones y usuarios españoles, de los cuales la mitad son catalanes. El 40% restante se reparte en un 35% de usuarios europeos y un 5% en el resto del mundo. Si bien el Alba ha sido utilizado por muchas empresas farmacéuticas, ahora acoge profesionales de todos los ámbitos. En este sentido, en el Alba se han realizado estudios para identificar las causas del Alzheimer y preverlo, para diseñar alimentos más saludables o para conocer los materiales del interior del planeta Tierra. La restauración de pinturas murales de la Edad Media, la mejora de la vida útil de las baterías para los vehículos eléctricos, o el análisis del crecimiento de las plantas, son otros experimentos que se suman al largo listado de estudios realizados en el Sincrotrón.

Por ahora, mientras el Alba continúa acogiendo tanto usuarios como proyectos de todo el mundo, paralelamente prepara su renovación. Se prevé que, a inicios de 2032, la infraestructura dé el paso de la tercera a la cuarta generación, con un cambio de maquinaria que irá acompañado de la construcción de nuevas líneas experimentales y edificios anexos, que alojarán laboratorios y darán lugar a lo que, finalmente, será nombrado como el AlbaII. Desde 2021, y con perspectiva de finalizarlo en 2032, el Sincrotrón trabaja en su diseño y construcción, lo que permitirá dar un salto alineado con el resto de sincrotrones de todo el mundo, y ofrecerá un haz de luz mucho más brillante que el actual, lo que se traduce en unas capacidades de análisis que hoy en día son inaccesibles.