Desde que la ONU aprobó en el 2015 los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para la Agenda 2030, la percepción de las empresas respecto a la sostenibilidad ha evolucionado mucho, tanto por motivos naturales de consolidación, como por otros de inesperados ocasionados por agentes externos. Digámosle pandemia o guerra de Ucrania. Hasta el 2018, las principales actuaciones tanto de empresas como de entidades públicas respecto a los ODS eran de divulgación y de entendimiento. En el 2019, en cambio, empezaba a percibirse la "necesidad de acelerar la implantación de la agenda 2030 en los planes de las empresas", tendencia que se vio parada y reestructurada en el 2020 por la covid-19. Pero una vez pasado el primer periodo de la pandemia, cuando los ODS han podido volver a estar presentes en el día a día de las empresas, se ha evidenciado otra realidad: "la aplicación de la agenda provoca tensiones" y, además, no es un proceso sencillo: "afecta a intereses pero también hábitos, y estos últimos son más complicados de cambiar".
Esta es la lectura que hace Ángel Pes, director del Observatorio de los ODS y las empresas españolas y director del CEI (Centro de Estudios Internacionales). Pes, quien también fue subdirector general de CaixaBank durante 18 años, ha clausurado de la presentación del quinto informe del observatorio, titulado Las tensiones en la transición hacia la sostenibilidad, elaborado por la Cátedra de LiderazgoS y Sostenibilidad de Esade y el Observatorio Social de la Fundación "la Caixa".
El estudio, que mide la contribución en la Agenda 2030 de 101 empresas españolas cotizadas, extrae este año una conclusión muy positiva: la implicación de las empresas en el desarrollo sostenible cada vez es más grande. Esta apuesta se ve reflejada, especialmente, en los informes o memorias anuales que hacen las compañías sobre su propia actividad. Si en el 2017 -primer año de estudio del Observatorio- solo el 51% de las empresas analizadas mencionaban los ODS en sus informes no financieros, en el 2021 esta cifra se ha incrementado hasta el 77%. Es decir, tres de cada cuatro empresas tienen presentes los objetivos de sostenibilidad marcados por la ONU.
Mientras que las empresas del sector energético y tecnológico tienen más presentes los ODS, el sector inmobiliario es el que va más atrasado
El informe, además, constata que se trata de una tendencia transversal que se ha generalizado en casi todos los sectores. Eso sí, son las empresas del sector energético y tecnológico las que lideran este aspecto y, en cambio, el sector inmobiliario el que va más atrasado.
Los datos corroboran que "hay una tendencia al alza de consolidar el discurso de la sostenibilidad", indica Ferran Curtó, miembro del Observatorio y director adjunto de la Cátedra de LiderazgoS y Sostenibilidad de Esade. Curtó apunta que "no hay marcha atrás en este camino", a pesar de que lamenta que todavía hay un gran reto por delante: "pasar del discurso a la acción".
La falta de liderazgo y cohesión
En este contexto, además, no ayudan nada las tensiones geopolíticas y socioeconómicas que vive Europa, las cuales, según indica el Observatorio, "ponen en riesgo la transición hacia la sostenibilidad". Los nuevos planes estratégicos como el Pacto Verde se tendrán que desarrollar en un contexto complicado: "aumento de precios de las materias primas, los alimentos, los fertilizantes y los hidrocarburos, la inflación creciente, las interrupciones de las cadenas de suministro global, las restricciones a la movilidad, las diversas brechas existentes, que se pueden agravar por los desajustos en la economía...".
Las tensiones geopolíticas y socioeconómicas que vivimos ponen en riesgo la transición hacia la sostenibilidad
Es por este motivo que el Observatorio destaca la urgencia de actuar y de contar con nuevos liderazgos políticos y empresariales. En el ámbito político, de hecho, Anna Mª González, miembro del observatorio y directora de proyectos de la cátedra, señala que las cumbres actuales no están funcionando para frenar las emisiones anuales de CO2. No están sirviendo para resolver el problema de manera global: "China y la India han tirado de combustibles para recuperar la economía", hecho que ha provocado que "solo estos dos países hayan sido los responsables del 50% de las emisiones de CO2 del 2020 de todo el mundo".
La tensión del cambio de paradigma
Según el informe de Esade y CaixaBank, la aplicación de planes de sostenibilidad también genera tensiones dentro del tejido empresarial. "¿Qué esfuerzos y qué sacrificios estoy dispuesto a hacer a corto plazo en otros ámbitos para lograr este objetivo a largo plazo?", se cuestiona Josep Santacreu, CEO de DKV Seguros. La sostenibilidad implica dinero, tiempo, esfuerzo, recursos y atención.
Y no es fácil ser la prioridad. De hecho, implica un cambio de paradigma, que está más presente "en un colectivo de gente más joven", indica Ángel Castiñeira, miembro del observatorio y director de la cátedra, poniendo de ejemplo a la catalana Heura: "En Heura no se plantea hacer nada que no sea sostenible. Y una vez que saben que es sostenible, miran que sea rentable también". El orden habitual de aquellas empresas que intentan ser sostenibles es otro: "hay quién está intentando hacer que sus productos rentables sean también sostenibles". Para Castiñeira, "ni las empresas ni los directivos están todavía alineados en la misma sintonía", y por eso vemos velocidades diferentes y tensiones.
De los ODS más aclamados, a los más postergados
La sostenibilidad está integrada en los discursos de las empresas. Veíamos que tres de cada cuatro compañías menciona los ODS a sus memorias anuales, pero no lo hace del mismo modo con los 17 objetivos. Las menciones son muy desiguales y hay unos que son claramente aclamados y otros que continúan siendo postergados. Entre los más mencionados destacan el ODS 8, de Trabajo digno y crecimiento económico, que lo mencionan el 70% de las empresas, el ODS 13, de la Acción por el clima, mencionado por el 66%, y el ODS 9 (de Industria, innovación e infraestructura), el 12 (de Producción y consumo responsables) y el 17 (de Alianzas para lograr los objetivos), que lo tienen presente seis de cada 10 empresas.
Menos del 20% de las empresas tienen presentes los ODS que hacen referencia al hambre y a la vida submarina
En cambio, los ODS 2, sobre el Hambre, y el 14, de la Vida submarina, son mencionados por menos del 20% de las empresas. En este sentido, Curtó señala que en los próximos años "veremos cómo estos ODS postergados pasan a mejores posiciones".
El informe destaca también los ODS ascendentes, aquellos que han recibido en los últimos cuatro años una atención creciente por parte de las empresas. Son los ODS 3, de Salud y Bienestar, el 8, de Trabajo digno y crecimiento económico, el 10, de Reducción de las desigualdades y el 12, de Producción y consumo responsables.