Los drones se han convertido en el resultado de años de innovación y de tecnología. Han pasado de ser percibidos como un objeto futurista a convertirse en una realidad en nuestro día a día. Para el mantenimiento de infraestructuras, para tareas de vigilancia y seguridad, para la producción audiovisual, o simplemente para saber qué ven los pájaros; los drones, también destinados al ocio, suponen una herramienta muy versátil cada vez más accesible para la sociedad. De hecho, España cerró 2022 con más de 71.100 operadores de drones registrados en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA).
Uno de esos miles de operadores registrados en la AESA es AldoraTech, una iniciativa que cofundaron EduardGómez, FrancescViaplana y FerranLumbierres en 2021, cuando decidieron utilizar la tecnología dron para resolver las necesidades de la sociedad. Se trata de un proyecto que contó con el apoyo de un programa de preaceleración de BarcelonaActiva, y que lleva dos años trabajando para evolucionar hacia las ciudades inteligentes.
España cerró 2022 con más de 71.100 operadores de drones registrados en la AESA
“Identificamos necesidades de ineficiencias logísticas en entornos rurales, así como una falta de recursos esenciales o acceso a servicios básicos, por ejemplo, existen farmacias que solo abren un par de días”, señala Gómez a VIA Empresa, quien añade que, en este sentido, “hay cierto paralelismo con las ciudades con otro tipo de ineficiencias, como la sobresaturación en las carreteras o la contaminación derivada”.
¿Nos entrarán por las ventanas?
A pesar de que la entrega a domicilio con drones permite fantasear en términos futuristas, Aldora Tech se focaliza en el envío en emergencias y servicios médicos. "Es donde tiene más sentido y más valor añadido focalizarse", comenta Gómez. Los drones están capacitados para transportar paquetes de hasta 2,5 kilogramos y, por lo tanto, los envíos de televisores, bicicletas o muebles, queda claramente descartados, así como algunos de los métodos de entrega que se nos pueden venir a la cabeza: los drones, ni entrarán por las ventanas de casa, ni llegarán a las azoteas.
Los drones están capacitados para transportar paquetes de hasta 2,5 kilogramos
“El modelo que queremos proyectar consiste en puntos de distribución entre los cuales los drones volarán, y a los que la población podrá acudir para recoger los pedidos”, explica Gómez. Aun así, se trata de un sector en desarrollo, ya que depende de la normativa actual, que entró en vigor a principios de este año. El cofundador detalla que esta permite realizar operaciones en ciudades, pero falta dar un paso más: “Los países europeos disponemos de un software con el que realizar las operaciones ligadas a una infraestructura digital que conecta a los aviones con los drones, pero hasta que este sistema no esté completamente implementado, no podremos establecer un sistema de envío recurrente”.
Más allá del reparto
Gómez considera que este escenario se dará en verano de 2024, por lo que, hasta la actualidad, Aldora Tech solo ha realizado pruebas demostrativas. La primera tuvo lugar en mayo, un envío de muestras biológicas entre un centro de atención primaria y un hospital. Aun así, el equipo de seis personas que conforma la iniciativa ha decidido empezar 2023 diversificando sus servicios, entre los que se encuentra la fabricación de drones, inspecciones técnicas de infraestructuras a través de estos o servicios de vigilancia.
Con ese aumento de servicios, Aldora Tech prevé incrementar su cifra de negocios. En la segunda mitad de 2022, la facturación fue de 60.000 euros. En la primera mitad de 2023, en cambio, fue de 40.000. "La previsión es que a partir del segundo semestre haya un crecimiento mucho mayor de lo que hemos tenido hasta ahora", apunta Gómez, quien ya piensa en las primeras rutas comerciales "una vez que la normativa lo permita".
Por el momento, Gómez pretende expandir la red de servicios de drones “trabajando conjuntamente con otras empresas del sector dron para crear un tejido empresarial sólido basado en la colaboración”. Según el cofundador, es el camino a seguir para poner su granito de arena a la hora de crear ciudades inteligentes, y de crecer “con la capacidad de poder escuchar, poder adaptarnos, y poder contratar gente, más allá de levantar rondas, que está muy bien, pero también se puede crecer de forma orgánica”. Y es por este motivo que Gómez tiene claro que "preferimos ser un camello en vez de un unicornio".