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La Economía Social quiere ser estructura

La nueva ley de Economia Social i Solidaria de Catalunya regula y normaliza un sector que se ve cómo un agente social de futuro para el país

El consejero de Trabajo, Roger Torrente, con el presidente de AESCAT, Guillamos Llorens, durante la presentación de la ley de ESS | EP
El consejero de Trabajo, Roger Torrente, con el presidente de AESCAT, Guillamos Llorens, durante la presentación de la ley de ESS | EP
Barcelona
09 de Julio de 2021
Act. 12 de Julio de 2021

"Vemos con mucha preocupación que la crisis sea aprovechada cómo una nueva doctrina del shock", apunta el sociólogo Ivan Miró, que ve en la gestión del escenario posterior a la pandemia el peligro de una nueva regresión económica. La Economía Social y Solidaria del país - un sector, según el representante de la Xarxa d'Economia Social a la AESCAT, Jordi Rojas, dedicado a "poner la economía al servicio de las personas y no al servicio del beneficio" - se conjura alrededor de la nueva Ley de ESS, elaborada en colaboración con el Departament de Treball, para evitar esta regresión e impulsar una gestión en un sentido redistributivo de la economía puesto crisis. "Más que una doctrina del shock neoliberal, queremos una oleada de transformación democratizante", insiste Miró.

La incidencia sobre la economía política del país para las cooperativas y asociaciones catalanas, sin embargo, es todavía exigua. Según apunta Rojas, "Sin un instrumento que dé un reconocimiento a la economía social como un actor socioeconómico y sociopolítico del mismo nivel que otros, formal y articulado en ley, es más difícil que podamos hacer incidencia política". La Ley de Economía Social y Solidaria catalana, mucho más ambiciosa que la española o la que rige el sector en otros territorios del estado, apunta a este objetivo. Miró, coautor junto con Jordi Estivill del libro L'Economia Social i Solidària a Catalunya: Fonaments teòrics i riscs, plantea una normativa que supere a las actuales. "La ley española es muy formalista – apunta Miró – queremos una ley que sea más que una foto de lo que ya existe".

Una de las prioridades en la hoja de ruta de la ESS catalana es el establecimiento del sector como parte de los agentes sociales del país, "al nivel de sindicales o patronal", tal como apunta Miró. Según la misma Xarxa d'Economia Social, el logro de una incidencia política ante las instituciones es el primer paso de cara a futuro del sector. Rojas reconoce, en este sentido, que sin este estatus el alcance del ESS como espacio de influencia social es limitado en un periodo de transición en que las decisiones que se tomen alrededor de, por ejemplo, la asignación de los Next Generation EU pueden definir una generación. "Tenemos que tener la capacidad para participar en los grandes espacios de decisión, nos hace falta un reconocimiento público, formal e institucional del ESS como actor sociopolítico".

Todo y la separación que el experto establece entre la Economía Social y el sector público como tal - «el ESS es un espacio diferente del público-estatal y al privado-corporativo – Miró reconoce la necesidad de la colaboración entre las propuestas de Economía Social y Solidaria del país y las administraciones, especialmente en el ámbito local. "Hay que institucionalizar nuestro modelo público-cooperativo – apunta Miró – que es pionero a Europa".

Rojas: "La Ley de Economía Social y Solidaria tendría que estar aprobada en sede parlamentaria este mismo año"

La colaboración con la Generalitat en la elaboración de la Ley ha sido, además, muy fluida. Rojas destaca el papel de la dirección general de Economía Social, y su interlocutor principal, el director Josep Vidal, en la elaboración del documento. La transición entre la consejería de Trabajo de el Homrani y la de Torrent, además, no ha posado mayores problemas. "El consejero Torrente entoma este proyecto como un proyecto propio que pensamos que comparte y apoya", apunta Rojas, que pide al Departament "prioridad" por una ley que, según el representante de la XES, "tendría que estar aprobada en sede parlamentaria este mismo año".

La tradición catalana

"Catalunya está dentro de una corriente internacional de legislación de la Economía Social y Solidaria" - plantea Miró, que entiende la crisis del 2008 como un momento clave para los proyectos que proponen repensar la economía "a escala internacional". El ecosistema catalán es, pero, muy específico dentro de la economía social española y europea. "El ESS catalana se basa, por tejido y filosóficamente, en pequeñas iniciativas", afirma Rojas, que ve necesario que la ley incentive la "intercooperación del tejido social".

A contrario del que pasa en territorios del Estado como el País Vasco, con una tradición de grandes cooperativas de carácter tradicional, Catalunya tiene un ecosistema de pequeñas iniciativas que, según plantea la XES a su hoja de ruta, tendrían que cooperar, integrarse y, potencialmente, crecer. "La base de nuestros proyectos – piensa Rojas – es la intercooperación. La ley tiene que permitir que las cooperativas no solo escalen porque crezcan, sino porque cooperen". Miró coincide, reivindicando que la nueva ley "tiene que promover una mayor dimensión de las unidades de ESS". El ejemplo, según el sociólogo, es Italia: un modelo de grandes consorcios cooperativos formatos por unidades más pequeñas que colaboran, pero orgánicamente son diferentes.

Un cooperativismo plural

"Dentro del ESS catalana hay diferentes orientaciones: de mercado, de complemento a la administración y también de transformación social", apunta Miró. Las diferencias en objetivos, funcionamientos internos y tamaños de las iniciativas sociales y cooperativas catalanas han sido una dificultad para generar una unidad de acción en el sector, y la Ley de Economía Social tiene que servir, según las mismas bases publicadas por el Departament de Treball, para "crear una identidad común para la economía social y solidaria del país".

Las necesidades sociales de los últimos años, unidas a la tradición del cooperativismo de base de la economía social catalana, han generado, además, nuevas tipologías de ESS que, opinan desde la Xarxa d'Economia Social, tendrían que estar reconocidas por la nueva Ley. Según Miró, las "figuras que han surgido espontáneamente de la actividad social", como las iniciativas feministas de curas comunes, tendrían que estar normativitzades. "Hay que establecer un marco de referencia sobre que quiere decir ser Economía Social y Solidaria a Cataluña".

Miró: "Si la ley impulsa valores compartidos todas las iniciativas podrán aprender mútuamente"

La clave reside en la caracterización de Solidaria. Cómo recuerda Rojas, muchas de las leyes de Economía Social del Estado reconocen exclusivamente el cooperativismo tradicional, dedicado al mercado. El representante de la XES en AESCAT plantea que la Ley siga una concepción de economía que vaya más allá de la economía puramente formal. "Nuestro concepto de economía es todo aquello que hace posible sostener la vida", afirma Rojas. Una buena ensambladura del sector pasa, pues, para encontrar el marco normativo en que encajen desde cooperativas tradicionales a cooperativas de consumo, espacios de curas mutuas y otros nuevos modelo de economía solidaria. "Si la ley impulsa valores compartidos – concluye Miró – todas las iniciativas podrán aprender mutuamente". Incluso, afirma el sociólogo, cuando los horizontes puedan, a veces, no parecer los mismos. "Sin minimizar las contradicciones de la ESS, es momento de hacer piña".

Operar a los márgenes

En la opinión de Rojas, además de ampliar las fronteras del que se entiende como Economía Social, se tiene que trabajar con todos aquellos espacios sociales que pueden compartir valores y proyectos con el sector. "El ESS tiene que moverse también en las iniciativas que surgen en su periferia, incluso en el pequeño comercio local, que se pueda integrar en el entorno de la economía social", espera Rojas. La colaboración entre ESS y comercio de proximidad es relevante para el proyecto que se construye con la ley, pero también con otros espacios transformadores, como los nuevos sindicalismos o los movimientos sociales. "Tenemos que funcionar como vehículo por todas estas iniciativas que no están integradas en espacios de la economía formal", opina Rojas.

La ley es un apoyo a la estrategia de la ESS, pero no tiene que ser la única estrategia. "La ley es un instrumento más, pero si posamos nuestra estrategia al servicio de la ley nos equivocaríamos, piensa Rojas. Miró, por su parte, voz en la ley una herramienta para generar "movilizaciones sociales que abren escenarios transformadores". La colaboración entre economía social y los movimientos ecologista, feminista o vecinal son esenciales, según el sociólogo, para lograr los objetivos compartidos. "El conjunto de los actores que trabajan por bien común son imprescindibles para hacer otras políticas económicas", concluye Miró.