El día de Miguel Torres

El director general de la empresa familiar Bodegas Torres explica cómo es una jornada de trabajo

Miguel Torres, director general de Bodegas Torres
Miguel Torres, director general de Bodegas Torres
Redacción
26 de Marzo de 2014

Desde septiembre de 2012, Miguel Torres Maczassek, miembro de la quinta generación de esta gran familia de viticultors catalanes, ocupa la dirección generalde Bodegas Torres y comparte la misma misión que sus antepasados: situar Miguel Torres entre las 10 bodegas más importantes del mundo y continuar siendo una empresa familiar elaboradora de vinos y brandies de calidad, conjugando la tradición con la innovación y fuertemente comprometida con el medio ambiente.

A lo largo de los años, la empresa y los vinos que elabora han acumulado premios y reconocimientos a nivel nacional e internacional. El último ha llegado de la mano de la revista británica Drinks International, que lo ha situado en el primer lugar del ranking de las marcas de vinos más admiradas de todo el mundo. Miguel sigue al pie de la letra los consejos de su abuelo, que decía que "las claves del éxito de cualquier empresa vitivinícola pasan para hacer un buen vino, hablar inglés y coger el avión". El inglés lo habla a la perfección, también el francés, y se defiende con el alemán y con el japonés. Y por el que hace el avión, lo coge prácticamente cada semana, ya sea para visitar mercados consolidados o para descubrir de nuevos. Cuando no está viajando, trabaja a las oficinas centrales de la empresa, en Vilafranca del Penedès.

7.00h – Suena el despertador y, medio dormido, me pongo el chándal y las vambes y salgo a correr durante una horeta para encarar el día con energía.

8.00h –Después de una ducha rápida, almuerzo en familia. Pan, fruta y yogur con miel, y una taza de té.

8.45h – Acompaño mis dos hijas en la escuela a pie y el pequeño se queda en casa (sólo tiene 1 año).

9.15h – Llego al despacho, reviso la agenda y contesto las llamadas y los correos más urgentes.

10.15h – Asisto, junto con mi hermana Mireia y mi padre, a la cata semanal que organiza el departamento de Producción-Técnico. Una cita que procuro no saltarme nunca, a menos que esté de viaje. Para nosotros es clave realizar un seguimiento exhaustivo de los vinos así como de los cupatges finales.

11.30h – Empieza la ronda de reuniones del día con los directores de los diferentes departamentos. Los primeros son los directores de exportación y nacional para revisar las ventas y analizar mercados.

12.30h – Reunión telefónica de seguimiento con la empresa filial de la China o de Suecia . Hablamos de cómo van las cosas respecto a los objetivos que nos hemos marcado.

14.00h – Comer de garbanzos. Como mínimo una vez al mes como con compañeros de trabajo, a cada comida hay personas diferentes y de diferentes departamentos. Es una comida informal donde los explico como va la empresa y ellos me dicen cosas que se tendrían que mejorar o que los preocupa.

15.30h – Después de comer, retomo las reuniones. Me veo a menudo con el equipo de marketing para estudiar propuestas de nuevos diseños y valorar nuevos proyectos.

17.30h – Reunión telefónica de seguimiento con la empresa de Chile o Brasil. Por la diferencia horaria los tenemos que trucar siempre por la tarde.

18.30h – A medida que las oficinas van quedando vacías y no hay peligro de interrupciones, aprovecho para contestar correos, hacer algunas llamadas, etc. Es una buena hora para trabajar los temas que me requieren más concentración e incluso para tratar temas con la familia. A menudo me reúno con mi padre para tratar temas concretos.

20.00h – Salgo finalmente del despacho y voy rápido hacia casa para poder disfrutar de los hijos. Siempre que puedo, los baño, los pongo el pijama y los pongo a dormir. Mi mujer es una excelente cocinera, cenamos todos juntos con una buena copa de vino y hablamos de las cosas que hemos hecho aquel día. Si hay tiempo miramos las noticias.

22.00h – Con la casa en silencio, aprovecho para hablar tranquilamente con mi mujer, leer el diario o releer algún artículo que me ha parecido interesante y acabar de contestar algún correo que me ha quedado pendiente.

23.30h – Me pongo a la cama y, si el sueño me lo permite, leo cuatro páginas del libro que tengo a la mesita Los móns de Isidre Mata del Rincón, la historia de un labrador del Penedès durante la guerra del francés.