04
de Abril
de
2014
Act.
04
de Abril
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2014
La información es poder. Un comentario dejado caer sin pretensiones, la extensión de una hipótesis no confirmada... Todo acaba circulando tanto por el boca-oreja como por Internet al ritmo de un cohete y, a veces, sus consecuencias son incontrolables. Es el que cada día trabaja para parar, con rigor y profesionalidad, el periodista y escritor Marc Argemí (@marcargemi), autor del bloque "El gran rumor " y fundador de la empresa catalana Sibilare, consultora de gestión estratégica especializada en rumores y gestión de la credibilidad. Políticos, deportistas, médicos o empresarios son sólo algunos de los profesionales a quienes una mala reputación puede jugar un mal pase.
Saber qué se habla de un mismo es tan sencillo como hacer una busca a los buscadors. "Gestionamos crisis sobre personas o instituciones porque a menudo se llaman cosas inexactas que no tienen una fuente clara, son sólo comentarios y la víctima lo puede saber sólo haciendo una busca a Google , lo recoge enseguida", apunta. Y es que como define Argemí a su libro Rumores en guerra (A Contra Viento Editores, 2013), "Internet es la república del rumor", por lo cual recomienda que sea cada empresa quien se trabaje su perfil en Internet.
"El rumor tiene una carta de ciudadanía dentro de Internet mucho más fácil de adquirir que no alrededor de los grandes medios, el entorno offline", declara Argemí, quepone como ejemplo la dificultad que supone salir como sujete al Telediario y la facilidad que hay, en cambio, para estar a la red. "Colarse entre las noticias que inciden sobre tu propia imagen en Internet es mucho más alta", señala.
En definitiva, el trabajo de control de los rumores y de su transformación más allá del tonto comentario tiene que recaer en la cabeza de comunicación y se tiene que asumir desde la dirección general de la empresa. Si no se controla la imagen y la marca pueden surgir situaciones como las que Argemí enumera a continuación para VIAempresa.
1. Aumento del valor de las acciones
El pasado 17 de marzo el operador Vodafone anunciaba la compra de Ono. Sólo cinco días después, el valor de las acciones en bolsa de Jazztel se había disparado hasta un 11%. "Este es un ejemplo positivo. Sube el valor a bolsa porque la hipótesis es quehabrá alguna empresa grande que querrá quedarse con la segunda pequeña que queda al mercado", destaca Argemí. La situación es similar a la que vivieron el Banco Santander y el Popular en septiembre de 2013 arran un rumor que apuntaba la venta de sus activos inmobiliarios. El Santander finalmente anunció en noviembre que compraba la inmobiliaria Altamira. "La sola publicación ya provocó la subida del precio de las acciones", apunta Argemí.
2. Creación de situaciones de pánico
El caos generado en el Brasil arran un comentario sobre la carencia de fondo de una entidad financiera es otro de los ejemplos que cita Argemí. "A pesar de que el rumor no era cierto, podía haberse convertido en noticia", apunta. En mayo de 2013, la policía federal brasileña investigó el origen de un rumor que apuntaba que se habían agotado los fondos de la Caixa Económica Federal. El rumor causó la retirada de 152 millones de reales en dos días en casi la mitad de los estados del país e incluso la presidenta del país, Dilma Rousseff, tuvo que salir a dar explicaciones.
3. Revalorització del precio de una de las partes
En algunos casos, la circulación de rumores puede ser muy positiva por algunos, por ejemplo en el mercado de compraventa de jugadores de fútbol. Es muy positiva por al menos una de las partes. "El hecho que se rumoregi que hay un equipo interesado por el fichaje de determinado futbolista aumenta su ficha", apunta el especialista en rumorologia.
4. Hundimiento del negocio o, incluso, fallada
Hay rumores que pueden probar el cierre de una empresa. " puede pasar", asevera contundente Argemí. Lo ejemplifica con un caso concreto: la pareja de novios que, molesta por el trato de una empresa de càtering, extiende el rumor, desde un bloque anónimo, que esta ha sido la peor experiencia de su vida. Aquello que podría ser sólo una anécdota puede afectar "muy negativamente" la disposición de sus potenciales clientes. "Este tipo de clientes son excesivamente sensibles al riesgo y si hay una única posibilidad que el banquete no marche bien, no lo contratarán", alerta. El motivo, el vínculo entre credibilidad e implicaciones emocionales.
5. Información negativa, la única información
Hay muchas empresas, todo y lo era mediática donde vivimos, que descartan salir a los medios. Su política comunicativa es la invisibilidad. Y puede sucederlos que se divulgue un rumor negativo sobre ellos y que esta sea la única información que circule sobre la empresa. "Esta información, encima negativa, es la única que tiene la gente sobre la empresa porque antes nunca se había publicado nada", reflexiona el especialista haciendo referencia en un caso real al cual no pone nombre.
Saber qué se habla de un mismo es tan sencillo como hacer una busca a los buscadors. "Gestionamos crisis sobre personas o instituciones porque a menudo se llaman cosas inexactas que no tienen una fuente clara, son sólo comentarios y la víctima lo puede saber sólo haciendo una busca a Google , lo recoge enseguida", apunta. Y es que como define Argemí a su libro Rumores en guerra (A Contra Viento Editores, 2013), "Internet es la república del rumor", por lo cual recomienda que sea cada empresa quien se trabaje su perfil en Internet.
"El rumor tiene una carta de ciudadanía dentro de Internet mucho más fácil de adquirir que no alrededor de los grandes medios, el entorno offline", declara Argemí, quepone como ejemplo la dificultad que supone salir como sujete al Telediario y la facilidad que hay, en cambio, para estar a la red. "Colarse entre las noticias que inciden sobre tu propia imagen en Internet es mucho más alta", señala.
En definitiva, el trabajo de control de los rumores y de su transformación más allá del tonto comentario tiene que recaer en la cabeza de comunicación y se tiene que asumir desde la dirección general de la empresa. Si no se controla la imagen y la marca pueden surgir situaciones como las que Argemí enumera a continuación para VIAempresa.
1. Aumento del valor de las acciones
El pasado 17 de marzo el operador Vodafone anunciaba la compra de Ono. Sólo cinco días después, el valor de las acciones en bolsa de Jazztel se había disparado hasta un 11%. "Este es un ejemplo positivo. Sube el valor a bolsa porque la hipótesis es quehabrá alguna empresa grande que querrá quedarse con la segunda pequeña que queda al mercado", destaca Argemí. La situación es similar a la que vivieron el Banco Santander y el Popular en septiembre de 2013 arran un rumor que apuntaba la venta de sus activos inmobiliarios. El Santander finalmente anunció en noviembre que compraba la inmobiliaria Altamira. "La sola publicación ya provocó la subida del precio de las acciones", apunta Argemí.
2. Creación de situaciones de pánico
El caos generado en el Brasil arran un comentario sobre la carencia de fondo de una entidad financiera es otro de los ejemplos que cita Argemí. "A pesar de que el rumor no era cierto, podía haberse convertido en noticia", apunta. En mayo de 2013, la policía federal brasileña investigó el origen de un rumor que apuntaba que se habían agotado los fondos de la Caixa Económica Federal. El rumor causó la retirada de 152 millones de reales en dos días en casi la mitad de los estados del país e incluso la presidenta del país, Dilma Rousseff, tuvo que salir a dar explicaciones.
3. Revalorització del precio de una de las partes
En algunos casos, la circulación de rumores puede ser muy positiva por algunos, por ejemplo en el mercado de compraventa de jugadores de fútbol. Es muy positiva por al menos una de las partes. "El hecho que se rumoregi que hay un equipo interesado por el fichaje de determinado futbolista aumenta su ficha", apunta el especialista en rumorologia.
4. Hundimiento del negocio o, incluso, fallada
Hay rumores que pueden probar el cierre de una empresa. " puede pasar", asevera contundente Argemí. Lo ejemplifica con un caso concreto: la pareja de novios que, molesta por el trato de una empresa de càtering, extiende el rumor, desde un bloque anónimo, que esta ha sido la peor experiencia de su vida. Aquello que podría ser sólo una anécdota puede afectar "muy negativamente" la disposición de sus potenciales clientes. "Este tipo de clientes son excesivamente sensibles al riesgo y si hay una única posibilidad que el banquete no marche bien, no lo contratarán", alerta. El motivo, el vínculo entre credibilidad e implicaciones emocionales.
5. Información negativa, la única información
Hay muchas empresas, todo y lo era mediática donde vivimos, que descartan salir a los medios. Su política comunicativa es la invisibilidad. Y puede sucederlos que se divulgue un rumor negativo sobre ellos y que esta sea la única información que circule sobre la empresa. "Esta información, encima negativa, es la única que tiene la gente sobre la empresa porque antes nunca se había publicado nada", reflexiona el especialista haciendo referencia en un caso real al cual no pone nombre.