Es "el auténtico sabor como antes", pero con la innovación de ahora. Embutidos Mitjans celebra 110 años de vida y lo hace con la misma "sensibilidad por el producto" de siempre y llegando a todas partes. Para la cuarta generación de la empresa familiar, situada en Moja (Olèrdola), la crisis de la covid-19 no ha supuesto grandes descalabros puesto que la hostelería representa un 1% de su negocio y, en cambio, el consumidor final ha optado por comprar productos más premium, gourmet y de proximidad en tiempo de pandemia. Esto les ha llevado a elevar casi un 20% sus ventas y a facturar 17 millones de euros, a pesar de que hayan tenido que destinar más dinero para estar a la altura de las medidas sanitarias que requiere cualquier empresa, pero, sobre todo, una compañía de productos esenciales que no ha cerrado en ningún momento durante estos meses y, por supuesto, no ha hecho ningún ERTE.
"Nuestra gran lucha era que no hubiera un rebrote interno", explica el director general de embutidos Mitjans y cuarta generación de la empresa, Josep Maria Mitjans, en una conversación con VIA Empresa, donde relata que "tuvimos que multiplicar por tres el tema de la limpieza, hacer nuevos protocolos e incrementar las EPIs de desinfectantes", entre otras muchas cosas. "Ha sido un reto mantener las operaciones vivas con la crisis de la covid-19 pero hemos salido reforzados", pone encima de la mesa, a pesar de que insiste en la idea de que haber facturado más por haber incrementado las ventas, no quiere decir haber aumentado mucho los beneficios porque la inversión que han tenido que hacer a raíz de la pandemia les ha restado ganancias.
Pero sí que es cierto que las restricciones y la obligación de estar más en casa han comportado que "el consumidor haya ido a buscar el producto de proximidad y haya incrementado la visita y las compras en este tipo de comercio", a parte de que también han crecido en el terreno de la venta en linea a través de sus distribuidores gracias, también, a sus envases innovadores y la personalización que hacen del producto.
Mitjans: "Ha sido un reto mantener las operaciones vivas con la crisis de la covid-19 pero hemos salido reforzados"
Justamente su calidad marca la diferencia y, si bien es cierto que el consumidor catalán y español tiene clara la diferencia entre un producto premium y uno industrial, en el resto de Europa todavía les cuesta asimilar el mensaje. Después de explicar que aunque no sean de Vic también hacen fuets y de calidad, embutidos Mitjans se ha asentado sin problema en el mercado catalán y también en el estatal, a pesar de que a escala española, admite Mitjans, haya algún consumidor que no acepta el producto por ser made in Catalonia.
Ganando terreno internacional...
Además, la empresa familiar va ganando terreno en Europa, pero han tenido que explicar muy bien esta diferencia entre los productos gourmet y los industriales porque, generalmente, confiesa, los europeos "vienen a buscar más un producto de precio". "Ahora tenemos un crecimiento más aceptable", señala el director general de la empresa, al mismo tiempo que reconoce que "tenemos mucha confianza en el mercado internacional y tenemos ganas de poder crecer por aquí" porque uno de sus objetivos más inminentes es "incrementar los clientes de la charcutería especializada con productos diferentes e innovación de productos". De hecho, si en algún momento han perdido clientes en el mercado español, los han recuperado con el mercado internacional. Precisamente a escala internacional han ganado el premio Sabor Superior del International Taste Institute de Bruselas, cosa que demuestra que, cada vez más, Europa va aprendiendo a diferenciar entre los embutidos industriales y los embutidos premium y de calidad.
¿Quién iba a decir a los tatarabuelos de Josep Maria Mitjans, cuando abrieron su primera tienda a finales del siglo XIX, que acabaría siendo una empresa con proyección internacional donde trabajan más de 100 personas y cuentan con dos obradores? Pero lo que no ha cambiado desde entonces es, señala Mitjans, "la sensibilidad por el tema del producto, que sea de calidad, honesto y más sano y, sobre todo, que guarde el tema del sabor original". Además, relata, "también hemos aprendido el legado del oficio, de cómo hacer las cosas para encontrar materias primas que tengan estos estándares".
Pero en 110 años hay cosas que, inevitablemente, sí que cambian como lo es "llevar el producto para que lo puedan disfrutar grupos de gente que aprecien esta calidad más premium y gourmet, llevarlo a toda Catalunya, a escala nacional y un poco a escala internacional", que ahora mismo representa el 3% de su mercado.
...pero desde el territorio
La quinta generación familiar también se ha incorporado a la empresa para continuar sacando adelante estos ideales y, "a pesar de que trabajar aquí no entra por decreto", sus dos hijos decidieron sumarse a la tradición de la familia Mitjans. Y es que, ahora mismo, la empresa cuenta con diferentes departamentos y esto les da la posibilidad de "hacerla atractiva para que trabajen de lo que los gusta".
Mitjans: "Somos optimistas porque sabemos que lo que hacemos tiene un sentido"
De hecho, su hijo estuvo trabajando durante un tiempo en otras cosas y ahora lleva la parte de desarrollo de negocio y estrategia, mientras que su hija está ligada al proceso, la innovación y la mejora continúa. Porque, como dicen, "estos son nuestro espíritu y nuestra pasión, las cuales nos mueven a continuar haciendo nuestro camino hacia el futuro".
Y todo ello lo hacen desde el territorio, un territorio que les ha visto nacer, crecer y expandirse porque, explican, "siempre hemos sido una familia arraigada en la comarca del Penedès y a sus costumbres agrícolas y ganaderos". Esto les da los valores de la proximidad y sostenibilidad, unos valores que les hace ser "optimistas porque sabemos que lo que hacemos tiene un sentido". Y lo que hacen son "productos sanos para disfrutar y compartir como el buen vino".