Se imagina pasar sus 21 días de vacaciones con la persona que cada día le pide entregar un informe? Con quien lo presiona con el deadline de un proyecto? En definitiva, con la persona de quien depende su salario y, por lo tanto, con su mayor dolor de cabeza? Si es empleado o directivo de una empresa con la que no lo une nada más que un contrato laboral, le vendrán escalofríos sólo de pensar. Si, por el contrario, forma parte del clan que dirige una empresa familiar, asumirá el paisaje como algo rutinario.
Las empresas familiares tienen muchas particularidades. La más destacada, el valor casi sagrado quién le otorgan a la unidad. Muchas de ellas deciden que las incontables horas laborales que comparten durando todo el año no son suficientes y optan para pasar también juntos las vacaciones. "Al retorno del verano, el número de enfrentamientos y disputas en familias empresarias crece por el simple hecho de compartir todavía más tiempo y emociones que durante el año", explica el fundador de Family Business Solutions, Ricard Agustín.
El consultor considera muy difícil desconectar por las familias que también comparten los días libres, por el que considera que la solución óptima sería "hacer las vacaciones por separado". Pero la vainica de la unidad familiar es tan alto que esta no se puede considerar una opción. Ante la imposibilidad de separar familia y empresa, en este artículo ofrecemos el mal menor: una guía para evitar que las vacaciones familiares no acaben en siniestro total.
1 - Toma distancias sobre el trabajo
Resulta difícil compartir mesa y una tarde de remull a la piscina con un compañero/familiar de trabajo y no acabar hablando sobre cuestiones relacionadas con la compañía. "Esto no tiene que ser negativo por necesidad, pero va en detrimento de la desconexión, por el que hay que tomar medidas", indica Agustín.
Y las medidas son simples. No tenemos que aprovechar un momento de distensión para acercarnos a alguien y comentar temas de trabajo. "Hay que delimitar los espacios propicios por estas cuestiones. Es una cuestión de disciplina que hay que entrenar para evitar tensiones en un contexto que habría ser de relaxament", asegura Agustín.
2 - Pone límites a las conversaciones sobre trabajo
Y los límites no sólo los tenemos que poner en el espacio utilizado. Si de verdad hay una cuestión laboral que se tiene que tratar durante las vacaciones lo tenemos que hacer con la seriosidad que se merece, pero, a la vez, siendo conscientes que es un paréntesis dentro de un periodo que tendría que ser de total desconexión.
"Si se aprovechan las vacaciones para hacer alguna reunión, que sea breve, con horario de inicio y fin establecido y en algún espacio donde nadie nos pueda interrumpir".
3 - La buena voluntad no es suficiente
Las vacaciones pueden parecer un momento de distensión ideal para forzar reencuentros y acabar con tensiones, pero las mejores intenciones no acaban siempre con final feliz. "Si, por ejemplo, un padre aprovecha una cena para acercar dos hijos que traen todo el año peleados, el riesgo de empeorar las cosas es muy elevado. Cada parte tiene su mochila de razones y van acompañados de parejas e hijos que se pondrán de parte suya. El que era una celebración miedo acabar convertido en un auténtico baile de bastones", advierte Agustín.
El asesor recomienda no adquirir competencias que no nos corresponden ni confiar en la relajación como medicina contra las heridas abiertas durante la convivencia laboral.
4 - Suspende las jerarquías durante las vacaciones
Otro de los grandes focos de conflicto en las vacaciones de la empresa familiar es la anulación de las jerarquías que funcionan durando todo el año. Cómo te diriges con naturalidad a quien ha sido tu superior durante todo el año? Y, si lo consigues, como evitar caer en situaciones que puedan tener consecuencias más adelante?
Agustín considera que luchar contra estas jerarquías "es difícil", pero el contexto de las vacaciones facilita el trabajo. "Sólo salir del marco de referencia ya hace que todos seamos algo más iguales, y el hecho que haya hijos, nietos y parejas lo acaba de equilibrar todo".
5 - No impliques el resto de la familia en cuestiones de trabajo
Y qué papel tiene que jugar la familia extensa? Durante todo el año han sido testigos de los éxitos, fracasos y tensiones provocadas por el proyecto empresarial. Su papel puede ser clave para garantizar la armonía de las vacaciones, siempre y cuando no los forzamos a tomar parte en las situaciones de conflicto.
"Siempre que mantengamos estas personas alejadas de las cuestiones empresariales facilitaremos su participación activa y libre en las relaciones familiares. Si lo hacemos así aportarán la frescura necesaria en las vacaciones familiares".
6 - Utiliza el sentido común
Puede parecer evidente, pero las vacaciones no son el momento adecuado para juntar el padre e hijo que traen sin hablarse durante semanas por la caída de un proyecto estratégico. Al contrario, Agustín recomienda "tomar precauciones si el ambiente previo a las vacaciones ya no es bueno".
Los periodos de vacaciones son ideales para desconectar y encarar el nuevo curso con aires renovados y tomar distancia. En la empresa familiar no es diferente y, de hecho, en estos casos, la presa de distancia, cuanto más literal, mejor. De nuevo, el mejor consejo es hacer las vacaciones por separado y limitar los encuentros a las fiestas de guardar. Siempre, está claro, que esto no provoque una nueva crisis.