Jordi Basté rebosa energía. No importa si son las seis de la mañana o las ocho de la tarde. Habla deprisa, pero con seguridad, no esquiva las preguntas y modula la voz para mantener la atención de los que participamos en la entrevista en el Fishhh! de la calle de Modolell. Es puro magnetismo. Viéndolo, se entiende por qué lidera y presenta el programa con más audiencia de la radio catalana.
Entre sorbos a una copa de vino blanco, Basté se explica, razona, se hace preguntas en voz alta y admite cuando no tiene las cosas claras o suficiente información para opinar. En la más de una hora de conversación grabada, uno de los elogios de la noche se lo lleva alguien que no tiene relación con el mundo del fútbol o del deporte. Es para Jordi Ramos, uno de los productores de Basté en Rac1. Es la persona que, además, le gestiona la agenda. “Soy muy caótico y necesito a alguien como Jordi Ramos a mi lado”, asegura el periodista, que dice que da libertad a su productor por la confianza absoluta que deposita en él.
Por muy obvio que sea, queremos remarcar que Basté es periodista. ¿Por qué lo decimos? Pues porque lo demuestra a lo largo de la noche. Un detalle lo avala: es curioso – o chafardero en el buen sentido- porque, cuando aparece algún tema interesante en la mesa, él pregunta, toma nota mental y aprende. Y no es algo impostado para hacer sentir bien a quien habla. También muestra ser un buen periodista cuando da los varios titulares que se recogen en la transcripción de la entrevista. Cuando asegura que Laporta es el Prozac del Barça, todo el mundo exclama: "¡Éste es el titular!".
"Se hizo amigo de Pep Guardiola un día antes de que el de Santpedor debutara con el Barça de Cruyff en un partido ante el Cádiz en el Camp Nou"
En plena cena, surgen las anécdotas, los off the record y algunos cotilleos. Una de las que más sorprende es cómo se hizo amigo de Pep Guardiola. Un día antes de que el de Santpedor debutara con el Barça de Cruyff en un partido ante el Cádiz en el Camp Nou, Basté entrevistó al centrocampista y se jugó una comida que sería titular, algo que Guardiola no veía nada claro. Basté ganó: Guardiola salió en el once inicial y tuvo que pagar una comida en el restaurante Tramonti. Lo que no sabía el 4 culé es que el periodista jugaba con ventaja: Joan Patsy, periodista de confianza de Cruyff, le había dicho que Guardiola sería titular sin que el futbolista supiera nada. Éste fue el inicio de una gran amistad.
Poco antes del postre, la conversación colectiva se divide en dos grupos. Acompañado por algunos de los asistentes, Basté sale a fumar un cigarrillo en la calle. Explica que ahora ya no fuma - antes, consumía un par de paquetes al día - pero se permite una excepción después de una buena comida.
Pasadas las once de la noche, la energía de Basté ya se ha transmitido a los comensales. Sólo así se entiende la promesa colectiva que pone punto final a la cena: si el Barça gana la liga, Lluís de Buen, propietario de Fishhh!, cerrará expresamente el local para cenar de nuevo a todos los presentes. Alguien hace números con la clasificación en voz alta, pero la dureza de las matemáticas no asusta a nadie. La esperanza es lo último que se pierde también con el Barça.