El desastre del pasado 29 de octubre en la Comunidad Valenciana ha movido a muchas personas y empresas a ayudar de diferentes maneras. Las contribuciones han ido desde donaciones hasta servicios de limpieza, pero también han llegado en forma de aplicaciones móvil. Muchos voluntarios se han desplazado masivamente a los diferentes municipios afectados, un hecho que ha generado descoordinación en muchos momentos. Para solucionar esta y otras problemáticas nacióajudadana.es, un portal creado tan solo unas horas después de la tragedia para especificar en qué puntos del territorio hace falta ayuda. Esta ha sido la iniciativa más destacada, pero no la única.
En concreto, ajudadana.es sirve como sitio web que reúne todas las afectaciones de la DANA: desaparecidos, servicio notarial, ayuda psicológica, voluntómetro, casos activos, puntos de recogida y entrega, reclamaciones y ofrecer ayuda. Además de los servicios en línea, también se ha habilitado el teléfono 960 20 25 14 para todos aquellos que no puedan acceder a los apartados a través de su dispositivo. La startup la diseñó Pedro Olivares, un ingeniero informático de 23 años que en solo unos días ya dirige un equipo de trabajo de 30 programadores y diseñadores, entre otros roles.
Más allá de este famoso portal, encontramos más proyectos. Uno de ellos es Anem!, una app en catalán y castellano diseñada por GuruWalk. Nuevamente, el objetivo es coordinar los voluntarios, a pesar de que en este caso en el ámbito del desplazamiento. La idea es el formato de vehículo compartido y nació el pasado 4 de noviembre. Ofrece un espacio para que aquellos que quieran ayudar desde lugares lejanos a Valencia y no tengan medio de transporte, puedan coordinarse con otros voluntarios que sí que disponen de coche.
Ayuda psicológica y mapas, otras alternativas
Una vez llegados en Valencia, es importante saber qué municipios necesitan más voluntarios. Por eso, proyectos como SOS València o Ayuda Terreta incorporan al tradicional mapa de Google Maps diferentes señales que indican el grado de necesidad que hay en las localidades y va actualizando si ya ha llegado la ayuda o si alguien ha confirmado que va de camino.
Por otro lado, Ayudamos Valencia es una startup similar, pero orientada hacia las administraciones. Es decir, funciona de una forma similar (un mapa donde se indican todas las necesidades de los municipios afectados por la DANA), pero en este caso busca facilitar el trabajo de los profesionales que tienen que distribuir la ayuda de los gobiernos de comunidades autónomas y el Estado. En esta aplicación se especifican necesidades como la falta de agua potable o la logística que hay que gestionar según el municipio.
Ayudana trabaja con más de 4.000 psicólogos y ha atendido psicológicamente a más de 150 personas
Además de mapas, hay que destacar también los servicios de ayuda psicológica que se han puesto en marcha. A pesar de que ajudadana.es ya incorpora un portal que conecta con psicólogos profesionales que contribuyen de forma altruista, hay más propuestas de esta clase. Una de ellas es Ayudana, una app que trabaja con 4.000 psicólogos y que ya ha asistido además de 150 afectados por la tragedia. En este caso, su creadora fue María Sáez, una murciana de 20 años que vive en Corea del Sur y que ha encontrado su manera de contribuir.
Recuperar el coche, otra necesidad
Una de las implicaciones más directas del temporal es que muchos coches han quedado totalmente destruidos. Todavía hoy muchos de los propietarios de estos vehículos los buscan, e incluso hay quien coloca un cartel en el vehículo para avisar de que lo ha podido recuperar. Para acelerar esta tarea de identificación ha nacido Tu Coche Dana, una app que conecta a los voluntarios con los propietarios de los vehículos. Cualquier persona puede introducir la matrícula, marca y modelo de un coche encontrado y guardar la información en una base de datos compartidas. De este modo, un filtro puede indicar si el coche se ha dado de alta y en qué estado se encuentra.
La idea nació de otro estudiante. En este caso, René Molina, un chico almeriense de 18 años, contactó con un profesor de su universidad, Juan Francisco Soler, para desarrollar esta iniciativa que pudiera resolver otro problema derivado de la DANA a través de la colaboración ciudadana.