Los avances tecnológicos, así como la aparición de alternativas “baratas” de una calidad equiparable a la de los aparatos profesionales, pueden llevar a pensar que dedicarse al cine o, en su defecto, a las producciones audiovisuales, es mucho más fácil que antaño. Si bien es cierto que hace apenas una década era impensable para muchos directores disponer de ciertos recursos, y que hoy muchos cineastas indies pueden materializar sus ideas con cierta facilidad, resulta mucho más difícil que puedan obtener de ellas unas ganancias dignas.
Obtener todos los recursos necesarios para llevar a cabo el proyecto solo es el primer paso, de muchos, y el pistoletazo de salida de una carrera a contrarreloj hasta finalizar el rodaje. Limitar el tiempo de realización, lo que disminuye los costes, resulta fundamental. Una vez finalizado el montaje, comienza, de nuevo, una carrera para conseguir público interesado en ver la producción. Y, solo después de eso, quizá, llegan los ingresos.
Las producciones independientes se ven forzadas a conseguir grandes audiencias si, además de arte, quieren hacer dinero. Es más, eso es imprescindible para interesar a las grandes plataformas, que parece que acaparan todo el panorama cinematográfico, o a las salas de proyección. Todo rodaje implica una enorme inversión en tiempo y esfuerzo, sin embargo eso no quita la ilusión de terminar la obra. El cine es una dedicación que no está pagada, literalmente, y, en esta lucha diaria, se encuentra Estocástica.
Esta empresa colombiano-catalana nació el 2008, de la mano de Jorge Caballero, bajo el nombre de Gusano Films. Los inicios se desarrollan en el país cafetero, donde tiene toda trayectoria de producciones audiovisuales, muchas de éstas son cine documental. Mantendrán la misma esencia los años posteriores, cuando desembarquen en Barcelona. No es hasta 2017, con la entrada de Anna Giralt, actual CEO de la compañía, que empiezan a producir películas en la ciudad condal.
Anna Giralt: "Buscamos investigar la forma de tratar los temas que realmente interesan, más allá de que sea mainstream o no”
Las producciones de Gusano Films podrían catalogarse como cine independiente. No tanto por la financiación de los proyectos, que proviene de entidades públicas y concursos, sino en el sentido de libertad a la hora de crear. “Buscamos investigar la forma de tratar los temas que realmente interesan, más allá de que sea mainstream o no”, explica Giralt. Así, este cambio (o traslado) se produce por la ganas de crecer y por necesidad. Los fondos públicos destinados a cultura y las producciones audiovisuales se están reduciendo así que “las producciones internacionales son una forma importante de financiar nuestros proyectos”, añade.
Como en los inicios, el cine documental sigue siendo un pilar fundamental en las creaciones de la empresa y son su seña de identidad en un contexto donde la gente parece que empieza a encontrarse saturada por la masificación de un contenido que se tiende a la uniformización, y empieza a difuminar las diferencias entre las plataformas. Hasta hoy, el camino, aunque no ha sido fácil, si ha estado reconocido por distintos organismos e instituciones, que han reafirmado la idea y los valores de la empresa.
Según ha podido saber VIA Empresa, Gusano Films emite hoy (29 de septiembre) su último proyecto, Robin Bank, antes de convertirse en sociedad limitada (SL) y mutar a Estocástica. Esta nueva etapa, aunque conservará la esencia de las primeras producciones y, en definitiva, de Gusano Films, estará marcada por las nuevas tecnologías. Éstas no solo tendrán presencia en las nuevas producciones sino que, además, serán el centro de las nuevas líneas de negocio: unos estudios vinculados a la Universidad Autònoma de Barcelona y un espacio de reflexión que buscará conectar ámbitos tan diversos como la tecnología, las humanidades y el arte, entre otros. “Realmente estamos viviendo un momento importante que en los próximos años, que recordaremos como uno de estos hitos casi tan importantes como la creación de la fotografía”, concluye Giralt.