02
de Mayo
de
2016
Act.
03
de Mayo
de
2016
"Etnia Barcelona sueña al ser la mejor marca de ojeras del mundo", dice David Pellicer (Barcelona 1978), diseñador de la marca. La compañía es heredera de un linaje dedicado a la industria óptica y la visten celebrities y artistas internacionales. Pellicer proviene de una larga tradición familiar de más de 60 años a la industria óptica, de hecho es la tercera generación de una saga dedicada a las ojeras. El posicionamiento de firma caracterizada por un tratamiento explosivo del color ha hecho que facture 48 millones de euros, venda en todo el mundo y crezca a ritmos del 30%.
"Yo jugaba en la fábrica"
"Mi abuelo era fabricante de ojeras, mi padre trabajaba a la Indo y cuando se casó con mi madre montaron su propia fábrica de ojeras", explica el empresario. "Yo jugaba en la fábrica, he crecido rodeado de este mundo", añade.
Él mismo empezó a trabajar al taller de sus padres cuando tenía 17 años, en un momento en que la competencia asiática había hecho muescas sobre su negocio. Pellicer recuperó una marca que su padre había intentado lanzar, Etnia, y lo intentaba vender haciendo de comercial. "Hasta que decidimos cerrar la fábrica, la maquinaria que teníamos estaba obsoleta y no nos permitía ser competitivos", lamenta.
Fue entonces cuando Pellicer marchó a la China: "Empecé a conocer el mercado y a entender que el que quiere es calidad a buen precio". Y decidió emprender su propio proyecto. A Etnia le añadió el apellido "Barcelona" y nació en 2001 con la idea de "ser la marca más creativa y coloreada de la industria óptica internacional". Pellicer fundó la compañía cuando tenía 23 años. Color, precio asequible e incrementar la calidad despacio "han sido las claves de éxito de Etnia Barcelona", celebra el emprendedor.
"Ser los mejores"
Para lograr este objetivo ha ido incorporando los "mejores componentes del mercado". Siguiendo su filosofía, la marca intenta verticalitzar todos los procesos de producción y "hacérnoslo todo nosotros" para tener la máxima calidad y control sobre el producto. En este sentido, Etnia Barcelona sólo externaliza aquello que "no podemos producir por costes, eficiencia operativa, velocidad o calidad". Calidad. Precisamente este es el concepto que une la marca de extremo a extremo: "Tenemos fábricas propias, porque el mercado no nos ofrece ni la rapidez ni la calidad que buscamos al precio que buscamos", dice Pellicer. Pero allá donde la producción propia no llega "procuramos tener los mejores proveedores y productores de componentes".
La marca tiene la sede en Esplugues, donde se diseñan, Italia, donde se hacen los componentes –vidrios, charnelas, componentes metálicos-, y la China , donde se acoplan las ojeras.
La creación de un par de ojeras de principio a fin tiene una duración de nuevo meses. Todo empieza a la planta de Esplugues de Llobregat, donde Pellicer y su equipo se encargan de concebir y diseñar los componentes, combinaciones de color y modelos. "En Barcelona hacemos el prototipatge de las colecciones hasta tener la ojera perfecta con el color perfecto, medida perfecto, barnilles perfectas, etc.", afirma el diseñador.
Y "siempre con los mejores proveedores del mundo". Las lentes de Etnia Barcelona son de Barberini , "las mejores del mercado –de vidrio de altísima calidad-", los bloques de color son de Mazzucchelli , el fabricante más grande del mundo de acetato de celulosa.
Los bloques de color son "exclusivos desde el inicio del proceso creativo". Su proceso de fabricación no tiene nada que ver con el proceso de extrusión o inyección utilizado por la mayoría de los fabricantes de ojeras -menos complejo, que ofrece una calidad mucho más baja y que no es capaz de ofrecer una gama tan rica-. Además, son materiales ecofriendly, reciclables y biodegradables.
Los bloques de acetato de Etnia Barcelona se crean mediante la mezcla de algodón y acetona para crear una pasta. Los pigmentos se añaden utilizando diferentes procesos de prensada. Después se cortan, laminen y mezclan en más de 1.000 combinaciones diferentes. "Un golpe tenemos todos los componentes se envían a la China donde se acabarán de montar las ojeras", explica Pellicer.
"Cada ojera es una obra de arte"
Pellicer creó la primera línea de la marca "rompiendo los esquemas de color quehabía al mercado", muy basados en colores oscuros, negros o marrones. La primera colección causó sensación en la New York Expo, abriendo los primeros mercados internacionales. En pocos años de vida, la marca aparece a la mayoría de pasarelas importantes -Nueva York, Milà y París- y hoy en día ya se distribuye además de 40 países entre los Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa en general.
Etnia Barcelona se caracteriza por el color "llevado al extremo" y hacer de las ojeras "un instrumento por la expresión" entre el fashion y el arte. "Siempre hemos considerado que cada ojera es una obra de arte", sentencia el empresario.
Es por eso que la marca se alía también con artistas a la hora de diseñar colecciones y promocionarlas. Etnia Barcelona ha trabajado con los fotógrafos Araki Nobuyoshi y Steve McCurry o el artista Yves Klein. Además, una parte de los royalties de las colaboraciones va destinado a una fundación u ONG y del stock que no se vende, la fundación Etnia Barcelona da ojeras a los más necesidades.
La última línea ha nacido con la colaboración de la fundación de Jean Michel Basquiat y la presentan a Brooklin el 12 de mayo. A guisa de anécdota, Pellicer relata que "el representante de Beyoncé nos trucó porque la cantante quería unas ojeras como las suyas por su hija". La marca, pero, ha seducido otras celebrities como las actrices Kate Mara, January Jones, Jessica Biel, Emma Stone, Rachel McAdams, Cara Delevingne o Jessica Alba.
Un futuro deslumbrante
"Exportamos el 92% de la producción, pero queremos entrar a Asia y tener más presencia en América", explica Pellicer. En el Estado español la marca cuenta con unos 1.500 puntos de venta, además de la tienda on-line y a lo largo del 2015 vendieron un millón de ojeras. Con una facturación el año pasado de 48 millones de euros y un crecimiento del 35%, Etnia Barcelona da trabajo 400 personas -unas 75 de las cuales en Esplugues-.
Los planes de futuro de Etnia implican abrir la primera tienda propia a la capital catalana a final de este año. "Será un edificio entero dedicado a la venta con showroom, formación y atención al cliente situado en el barrio del Borne, a la misma plaza de Santa Maria", dice Pellicer. Además, el otro proyecto importante de Etnia Barcelona cerraría el círculo que los progenitores de Pellicer iniciaron: "Planificamos llevar la fábrica hacia Cataluña el 2018 –seguramente al 22@- y nos hace mucha ilusión".
"Yo jugaba en la fábrica"
"Mi abuelo era fabricante de ojeras, mi padre trabajaba a la Indo y cuando se casó con mi madre montaron su propia fábrica de ojeras", explica el empresario. "Yo jugaba en la fábrica, he crecido rodeado de este mundo", añade.
Él mismo empezó a trabajar al taller de sus padres cuando tenía 17 años, en un momento en que la competencia asiática había hecho muescas sobre su negocio. Pellicer recuperó una marca que su padre había intentado lanzar, Etnia, y lo intentaba vender haciendo de comercial. "Hasta que decidimos cerrar la fábrica, la maquinaria que teníamos estaba obsoleta y no nos permitía ser competitivos", lamenta.
David Pellicer, diseñador y CEO de Etnia Barcelona Jodo: Cedida |
Fue entonces cuando Pellicer marchó a la China: "Empecé a conocer el mercado y a entender que el que quiere es calidad a buen precio". Y decidió emprender su propio proyecto. A Etnia le añadió el apellido "Barcelona" y nació en 2001 con la idea de "ser la marca más creativa y coloreada de la industria óptica internacional". Pellicer fundó la compañía cuando tenía 23 años. Color, precio asequible e incrementar la calidad despacio "han sido las claves de éxito de Etnia Barcelona", celebra el emprendedor.
"Ser los mejores"
Para lograr este objetivo ha ido incorporando los "mejores componentes del mercado". Siguiendo su filosofía, la marca intenta verticalitzar todos los procesos de producción y "hacérnoslo todo nosotros" para tener la máxima calidad y control sobre el producto. En este sentido, Etnia Barcelona sólo externaliza aquello que "no podemos producir por costes, eficiencia operativa, velocidad o calidad". Calidad. Precisamente este es el concepto que une la marca de extremo a extremo: "Tenemos fábricas propias, porque el mercado no nos ofrece ni la rapidez ni la calidad que buscamos al precio que buscamos", dice Pellicer. Pero allá donde la producción propia no llega "procuramos tener los mejores proveedores y productores de componentes".
La marca tiene la sede en Esplugues, donde se diseñan, Italia, donde se hacen los componentes –vidrios, charnelas, componentes metálicos-, y la China , donde se acoplan las ojeras.
Etnia Barcelona se hacen con bloques de color de "la mayor calidad" Jodo: Cedida |
La creación de un par de ojeras de principio a fin tiene una duración de nuevo meses. Todo empieza a la planta de Esplugues de Llobregat, donde Pellicer y su equipo se encargan de concebir y diseñar los componentes, combinaciones de color y modelos. "En Barcelona hacemos el prototipatge de las colecciones hasta tener la ojera perfecta con el color perfecto, medida perfecto, barnilles perfectas, etc.", afirma el diseñador.
Y "siempre con los mejores proveedores del mundo". Las lentes de Etnia Barcelona son de Barberini , "las mejores del mercado –de vidrio de altísima calidad-", los bloques de color son de Mazzucchelli , el fabricante más grande del mundo de acetato de celulosa.
Los bloques de color son "exclusivos desde el inicio del proceso creativo". Su proceso de fabricación no tiene nada que ver con el proceso de extrusión o inyección utilizado por la mayoría de los fabricantes de ojeras -menos complejo, que ofrece una calidad mucho más baja y que no es capaz de ofrecer una gama tan rica-. Además, son materiales ecofriendly, reciclables y biodegradables.
Los bloques de acetato de Etnia Barcelona se crean mediante la mezcla de algodón y acetona para crear una pasta. Los pigmentos se añaden utilizando diferentes procesos de prensada. Después se cortan, laminen y mezclan en más de 1.000 combinaciones diferentes. "Un golpe tenemos todos los componentes se envían a la China donde se acabarán de montar las ojeras", explica Pellicer.
"Cada ojera es una obra de arte"
Pellicer creó la primera línea de la marca "rompiendo los esquemas de color quehabía al mercado", muy basados en colores oscuros, negros o marrones. La primera colección causó sensación en la New York Expo, abriendo los primeros mercados internacionales. En pocos años de vida, la marca aparece a la mayoría de pasarelas importantes -Nueva York, Milà y París- y hoy en día ya se distribuye además de 40 países entre los Estados Unidos, Canadá, Australia y Europa en general.
Etnia Barcelona se caracteriza por el color "llevado al extremo" y hacer de las ojeras "un instrumento por la expresión" entre el fashion y el arte. "Siempre hemos considerado que cada ojera es una obra de arte", sentencia el empresario.
Es por eso que la marca se alía también con artistas a la hora de diseñar colecciones y promocionarlas. Etnia Barcelona ha trabajado con los fotógrafos Araki Nobuyoshi y Steve McCurry o el artista Yves Klein. Además, una parte de los royalties de las colaboraciones va destinado a una fundación u ONG y del stock que no se vende, la fundación Etnia Barcelona da ojeras a los más necesidades.
La última línea ha nacido con la colaboración de la fundación de Jean Michel Basquiat y la presentan a Brooklin el 12 de mayo. A guisa de anécdota, Pellicer relata que "el representante de Beyoncé nos trucó porque la cantante quería unas ojeras como las suyas por su hija". La marca, pero, ha seducido otras celebrities como las actrices Kate Mara, January Jones, Jessica Biel, Emma Stone, Rachel McAdams, Cara Delevingne o Jessica Alba.
Un futuro deslumbrante
"Exportamos el 92% de la producción, pero queremos entrar a Asia y tener más presencia en América", explica Pellicer. En el Estado español la marca cuenta con unos 1.500 puntos de venta, además de la tienda on-line y a lo largo del 2015 vendieron un millón de ojeras. Con una facturación el año pasado de 48 millones de euros y un crecimiento del 35%, Etnia Barcelona da trabajo 400 personas -unas 75 de las cuales en Esplugues-.
Los planes de futuro de Etnia implican abrir la primera tienda propia a la capital catalana a final de este año. "Será un edificio entero dedicado a la venta con showroom, formación y atención al cliente situado en el barrio del Borne, a la misma plaza de Santa Maria", dice Pellicer. Además, el otro proyecto importante de Etnia Barcelona cerraría el círculo que los progenitores de Pellicer iniciaron: "Planificamos llevar la fábrica hacia Cataluña el 2018 –seguramente al 22@- y nos hace mucha ilusión".