"Sabemos cosas que no podemos explicar". Así lo ha asegurado XavierFerràs, profesor de Operaciones, Innovación y Data Sciences de Esade, en la conferencia inaugural de la octava edición de AdvancedFactories, una edición que hasta el próximo 11 de abril definirá el futuro de la fabricación avanzada con la inteligenciaartificial. Los tres días del congreso, que se consolida como el evento líder en automatización y robótica industrial del sur de Europa, agruparán, en 30.000 metros cuadrados, 567 firmas expositoras y más de 27.000 directivos y profesionales del sectorindustrial que, todos juntos, dejarán un impacto económico de 62 millones de euros para la ciudad de Barcelona.
La octava edición de Advanced Factories generará un impacto económico de 62 millones de euros en Barcelona
La paradoja de Polanyi y el reto de entendernos con las máquinas
En el primer acto celebrado en el auditorio principal de la Fira de Barcelona Gran Via, Ferràs ha iniciado la ponencia La revolución cognitiva: innovación y globalización en la era de la inteligencia artificial explicando una de las grandes barreras a superar en el desarrollo de la IA: la paradoja de Polanyi. "¿Es posible explicar a un ciego qué es el color azul? No lo es. No hay un código para hacerlo, ni palabras. Conocemos cosas que no podemos explicar", ha señalado. De la misma manera, este fenómeno representa el desafío de automatizar una determinada tarea que a los humanos nos resulta sencilla de llevar a cabo, pero muy difícil de explicar.
La #InteligenciaArtificial se capaz de cambiar el mundo. @XavierFerras nos ofrece una sesión inspiradora para el futuro de la #Industria40 en #AF2024 sobre #IA. pic.twitter.com/8nh90fufxa
— Advanced Factorías (@AdvanFactories) April 9, 2024
Tareas tan simples como diferenciar un chihuahua de una magdalena: los humanos lo tenemos muy claro, pero, ¿somos realmente capaces de explicarlo? Ferràs, quien con humor ha propuesto este ejemplo, ha comentado uno muy próximo a los catalanes, el del Hospital Clínic de Barcelona. "Durante la pandemia, el hospital contaba con un sistema que consistía en una red neuronal entrenada con millones de casos de pacientes con covid-19, capaz de anticipar qué le sucedería al próximo paciente". De la misma manera que a los humanos nos resultaría muy difícil explicarle a un ordenador la diferencia entre un muffin y un chihuahua, el sistema desarrollado en el Hospital Clínic no sabría explicar qué es la covid-19. Pero era capaz de personalizar el tratamiento de la covid-19 a sus pacientes, reduciendo la mortalidad en un 50% de los casos.
La ley de Moore, "la gran fuerza que está moviendo el mundo"
A pesar de que la IA ha sido el hilo conductor de la ponencia, el profesor de Esade ha recordado "la gran fuerza que está moviendo el mundo": la ley de Moore. Se trata de la proyección de una tendencia histórica que expresa que cada dos años se duplica el número de transistores en un microprocesador. Este hecho se traduce en la fabricación de chips cada vez más pequeños y potentes y, por tanto, en un continuo incremento en la capacidad de procesamiento de las computadoras, motivo por el cual Ferràs ha recordado dos hitos históricos para el campo de la supercomputación: las derrotas de Gary Kaspàrov ante el Deep Blue en ajedrez y la de LeeSedol ante el algoritmo de Google, AlphaGo, en el popular juego de origen asiático, el Go.
"En la partida de AlphaGo contra lo que hasta entonces era 18 veces campeón del mundo en el Go, la máquina, después de entrenarse jugando contra sí misma, tenía una percepción de la realidad más amplia, estaba enseñando una nueva estrategia que desde la perspectiva humana, nosotros nunca hubiéramos desarrollado", ha comentado Ferràs, recordando que Go es un juego de intuición estratégica: "Un campeón de Go nunca podrá explicarte por qué hace un movimiento u otro. Tienen un don que se genera con entrenamiento, los jugadores acaban fluyendo durante la partida e intuyendo qué ficha deben mover". Conocen cosas que no pueden explicar.
"Hemos llegado al núcleo de cómo se construye la inteligencia"
"Con el ChatGPT hemos visto destellos de pensamiento humano, es algo sorprendente, hemos llegado al núcleo de cómo se construye la inteligencia", ha continuado Ferràs, afirmando que hemos conseguido "mucho más" que un loro estocástico: el ChatGPT cuenta con 175.000 millones de nodos -el número de neuronas que tenemos los humanos- que se sitúan en un ordenador de Microsoft, la compañía que, precisamente, prevé desarrollar un superordenador de 100.000 millones de dólares. "El ChatGPT se está estudiando como si fuera un ser vivo", ha asegurado el profesor de Esade.
El papel de la IA en un periodo de inestabilidad geopolítica
Sin embargo, Ferràs sitúa la IA en un período de inestabilidad geopolítica originado en la década de los noventa, cuando se consideró que "la globalización había muerto". "¿Qué más da hacer chips de patatas o de semiconductores?". Es una de las cuestiones que, según Ferràs, tenía lugar en un contexto en el que el bajo costo de la producción era la gran prioridad, y externalizar los procesos de fabricación a países de Asia era lo más común. "Se perdió el control de la tecnología", ha continuado el profesor de Esade, quien ha apuntado que, en la actualidad, los clústers territoriales son los que, poco a poco, recuperan la actividad.
La inversión en I+D interna en España representa el 1,4% del PIB
La gran externalización a los países asiáticos producida en las últimas décadas, ha sido recientemente acompañada de un hito que ha cambiado el panorama geopolítico: en 2022, China superó a Estados Unidos en calidad y cantidad de producción científica. "China despierta al mundo de la tecnología, quiere convertirse en la gran potencia del planeta. Y es una potencia que no bebe de nuestras fuentes, no sabe nada de la antigua Grecia ni de la Revolución Francesa", ha añadido Ferràs, comentando que en los últimos cinco años el mundo ha comenzado a fracturarse a raíz de la crisis de Huawei, el conflicto -actualmente vigente- en el que el gobierno de Estados Unidos acusa a la empresa china Huawei de espionaje. "Esta rivalidad se acentuó durante la pandemia, mientras Europa… Europa tenía miedo. Porque Europa, sin una producción de chips, vuelve al paleolítico".
En esta misma línea, Ferràs ha detallado que la inversión en I+D interna en el Estado representa el 1,4% del PIB, mientras que la de Europa es "de un dos y pico": "Si tenemos en cuenta que la inversión en I+D mundial sobre el PIB es de un 2,7%, eso significa que otros territorios invierten mucho más que nosotros", ha señalado el profesor de Esade, quien ha anunciado que "sin ir más lejos, solo Amazon ha invertido cuatro veces más que el país".
A pesar de todo, Ferràs ha comentado que "Europa no está mal". "Todavía es un gran continente innovador, de hecho, entre las 10 economías más innovadoras del mundo, siete u ocho son países europeos", ha apuntado, mostrándose optimista: "Vienen unos años brutales para la innovación, donde el ChatGPT es la punta del iceberg de una revolución tecnológica que está por venir".