22
de Julio
de
2015
Act.
23
de Julio
de
2015
Casi 35 millones de personas en España tenemos un terminal de teléfono móvil, y casi dos tercios de estos son del tipo inteligente. Los aparatos de teléfono duran poco, son desechable. Traen dentro de gran cantidad de tecnología que se queda anticuada enseguida bien por el progreso, bien porlaobsolescencia programada. Constantemente aparecen presentaciones y actualizaciones de la iPhone o del Samsung Galaxy cuando hace relativamente poco que el anterior modelo salió al mercado.
"Si supiéramos qué sucede en el África para producir estos teléfonos nos pondríamos las manos a la cabeza", dice Josep Maria Royo, investigador de la Escuela de Cultura de Pau de la Universitat Autònoma de Barcelona. Los productos tecnológicos de todo el mundo dependen de la cadena de suministro africana de estanque y tántalo, por este motivo la compra de muchas de las mesitas, ordenadores y móviles que tenemos en casa "están financiando guerras, conflictos armados, explotación infantil y la muerte de miles de personas", explica el investigador.
Pero no solamente esto, los conflictos por el dominio de las minas de coltan subvencionan las guerras en la República Democrática del Congo, "para no hablar de la explotación laboral de las fábricas que producen smartphones y mesitas", dice Royo.
Por este motivo nació el proyecto Fairphone. Varias ONG de los Países Bajos unieron sus esfuerzos el 2010 para crear una compañía que produjera y comercializara un terminal de telefonía móvil siguiendo el modelo del comercio justo y sostenible. Para iniciar el proyecto pusieron en marcha una campaña de micromecenatge y necesitaban vender como mínimo 5.000 teléfonos. Lo consiguieron con creces.
Royo fue el encargado de la presentación de este terminal en Barcelona el marzo pasado. El investigador comenta que actualmente es bastante fácil encontrar la mayoría de productos del hogar de comercio justo o de proximidad, pero que, en tecnología e informática, esto, es mucho más complicado. El consumo responsable gana adeptos y la gama de productos producidos de manera justa también se ensancha: "Hace cinco años no se podía pensar en una empresa de telefonía móvil que produjera de manera justa, es muy complicado".
La complejidad de los productos tecnológicos, en que intervienen multitud de empresas, hace que el control del proceso de producción se complique. Royo explica que la capacidad que tiene la empresa de presionar los agentes de producción crece si tiene más clientes. Con los más de 60.000 terminales vendidos en Europa del Fairphone, esta empresa intenta respetar toda la legislación laboral internacional y con el producto intenta que el resto de empresas grandes cambien en esta dirección. Aún así, mientras tanto, "la guerra en el Congo continúa", lamenta Royo, por eso insiste que "somos los consumidores los que tenemos el poder de cambiar las cosas escogiendo".
Minerales sin sangre
Una de las principales características del aparato es que la empresa controla toda la cadena de fabricación, de forma que ha buscado una compañía en la República Democrática del Congo que garantiza que el cobalto y el estanque del teléfono están extraídos de minerías certificadas para no estar relacionadas con ningún conflicto armado. Royo añade, en este sentido, que es probable que en breves en Europa se apruebe una legislación que obligue a las empresas a certificar que los minerales empleados no provienen de zonas en conflicto.
Por eso a Fairphone se aseguran que en la obtención de estos elementos no se produzcan conflictos regionales, financiación de guerrillas ni guerras abiertas como los del coltan, que persiguen atesorar un producto escaso pero indispensable para algunos componentes de los móviles u ordenadores portátiles. El aparato está compuesto por 50 minerales y la empresa todavía está trabajando para controlar la procedencia del resto.
Por otro lado, la empresa cuenta con un plan para financiar la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores que trabajan en los centros de producción que tiene en el Asia y tener cura de la seguridad de la plantilla, que nohaya explotación laboral ni infantil y que los trabajadores cobren salarios dignos.
En esta misma línea, este smartphone destaca porque es un teléfono libre y sus componentes son intercambiables, lo cual alarga la vida de este móvil. Es posible cambiarle la batería, añadir componentes o instalar diferentes sistemas operativos.
Además, la compañía también se preocupa por los materiales que se utilizan para producir este terminal de forma que los componentes del teléfono procedan de materiales reciclados y que, a su vez, el mismo terminal se pueda reutilizar o reciclar una vez acabada su vida útil.
El crecimiento del consumo responsable
Daria Koreniushkina, portavoz de Fairphone, explica que "el primer lote de 25.000 Fairphones se vendió por 325 euros cada uno, mientras que el precio para el segundo lote de 35.000 fue de 310 euros por teléfono", así el volumen de negocio para la primera edición fue de 16.013.644 euros. Al mes de marzo habían conseguido vender un total de 70.000 unidades.
Fairphone empezó con sólo un par de personas, pero, según indica Koreniushkina, han crecido muy rápidamente: "El año pasado yatrabajaban 42 personas y nuestro equipo sigue creciente".
El teléfono sólo está disponible en Europa y con un gran éxito de la primera edición, de la segunda ya se ha recibido una gran cantidad de pedidos de Alemania, los Países Bajos, Suiza, Austria y Reino Unido. Este el pasado jueves empezó el periodo de precomanda por la segunda tongada de teléfonos justos.Ya sehan pedido más de 4.600 de los 15.000 necesarios para empezar la producción. La política de precomandes, explican desde Fairphone, ayuda a poner hilo a la aguja a la producción pero también a mantener la independencia de la iniciativa.
Según indican desde la empresa, "el cercano Fairphone está en la fase final de desarrollo. Estará disponible después del verano o a finales de este año". Y es que, según el web del proyecto, actualmente el teléfono no está a la venta y trabajan en el siguiente modelo, con el que esperan competir con móviles de gama mediana-alta. Se lanzará este verano y esperan vender 175.000 unidades.
La gran diferencia respeto la primera edición es que este golpe han desarrollado su propio diseño original, "que hemos concebido y creado desde cero", cosa que los permite influir más en la cadena de suministro y "identificar las áreas que requieren más intervención social y ambiental". Esto quiere decir que la empresa es capaz de tener un mayor control sobre el lugar de donde los materiales vienen, como se hacen y los proveedores con quienes colaboran.
Un rival por las grandes marcas
Si nos fijamos en las especificidades técnicas del teléfono, se observa que no tiene nada a envidiar a otros teléfonos de gama alta. El Fairphone tiene 1GB de RAM y 16 GB de almacenamiento interno. La pantalla es de 4,3 pulgadas, con una resolución de 960×540 píxeles. Cuenta con dos cámaras, una delantera de 1,3 MP y otra posterior de 8 MP. Cuenta con Dual SIM y funciona con Android 4.2 con una interfaz personalizada.
Koreniushkina ve la nueva edición del Fairphone como "el siguiente paso hacia el logro de una economía más justa". Por eso creen que el Fairphone es una herramienta para inspirar a toda la industria para abordar las cuestiones de la cadena de suministro de la electrónica: "Hemos identificado cuatro áreas de acción en que trabajamos para crear un cambio positivo: la minería, el diseño, la fabricación y el ciclo de vida".
Al mostrar a la gente de donde provienen las cosas que compran "creamos una mayor demanda de productos éticos", dice Koreniushkina y añade: "Así estamos cambiando la forma en que los productos se hacen".
"Si supiéramos qué sucede en el África para producir estos teléfonos nos pondríamos las manos a la cabeza", dice Josep Maria Royo, investigador de la Escuela de Cultura de Pau de la Universitat Autònoma de Barcelona. Los productos tecnológicos de todo el mundo dependen de la cadena de suministro africana de estanque y tántalo, por este motivo la compra de muchas de las mesitas, ordenadores y móviles que tenemos en casa "están financiando guerras, conflictos armados, explotación infantil y la muerte de miles de personas", explica el investigador.
Pero no solamente esto, los conflictos por el dominio de las minas de coltan subvencionan las guerras en la República Democrática del Congo, "para no hablar de la explotación laboral de las fábricas que producen smartphones y mesitas", dice Royo.
Por este motivo nació el proyecto Fairphone. Varias ONG de los Países Bajos unieron sus esfuerzos el 2010 para crear una compañía que produjera y comercializara un terminal de telefonía móvil siguiendo el modelo del comercio justo y sostenible. Para iniciar el proyecto pusieron en marcha una campaña de micromecenatge y necesitaban vender como mínimo 5.000 teléfonos. Lo consiguieron con creces.
Royo fue el encargado de la presentación de este terminal en Barcelona el marzo pasado. El investigador comenta que actualmente es bastante fácil encontrar la mayoría de productos del hogar de comercio justo o de proximidad, pero que, en tecnología e informática, esto, es mucho más complicado. El consumo responsable gana adeptos y la gama de productos producidos de manera justa también se ensancha: "Hace cinco años no se podía pensar en una empresa de telefonía móvil que produjera de manera justa, es muy complicado".
La complejidad de los productos tecnológicos, en que intervienen multitud de empresas, hace que el control del proceso de producción se complique. Royo explica que la capacidad que tiene la empresa de presionar los agentes de producción crece si tiene más clientes. Con los más de 60.000 terminales vendidos en Europa del Fairphone, esta empresa intenta respetar toda la legislación laboral internacional y con el producto intenta que el resto de empresas grandes cambien en esta dirección. Aún así, mientras tanto, "la guerra en el Congo continúa", lamenta Royo, por eso insiste que "somos los consumidores los que tenemos el poder de cambiar las cosas escogiendo".
Minerales sin sangre
Una de las principales características del aparato es que la empresa controla toda la cadena de fabricación, de forma que ha buscado una compañía en la República Democrática del Congo que garantiza que el cobalto y el estanque del teléfono están extraídos de minerías certificadas para no estar relacionadas con ningún conflicto armado. Royo añade, en este sentido, que es probable que en breves en Europa se apruebe una legislación que obligue a las empresas a certificar que los minerales empleados no provienen de zonas en conflicto.
Por eso a Fairphone se aseguran que en la obtención de estos elementos no se produzcan conflictos regionales, financiación de guerrillas ni guerras abiertas como los del coltan, que persiguen atesorar un producto escaso pero indispensable para algunos componentes de los móviles u ordenadores portátiles. El aparato está compuesto por 50 minerales y la empresa todavía está trabajando para controlar la procedencia del resto.
Por otro lado, la empresa cuenta con un plan para financiar la mejora de las condiciones laborales de los trabajadores que trabajan en los centros de producción que tiene en el Asia y tener cura de la seguridad de la plantilla, que nohaya explotación laboral ni infantil y que los trabajadores cobren salarios dignos.
En esta misma línea, este smartphone destaca porque es un teléfono libre y sus componentes son intercambiables, lo cual alarga la vida de este móvil. Es posible cambiarle la batería, añadir componentes o instalar diferentes sistemas operativos.
Además, la compañía también se preocupa por los materiales que se utilizan para producir este terminal de forma que los componentes del teléfono procedan de materiales reciclados y que, a su vez, el mismo terminal se pueda reutilizar o reciclar una vez acabada su vida útil.
El crecimiento del consumo responsable
Daria Koreniushkina, portavoz de Fairphone, explica que "el primer lote de 25.000 Fairphones se vendió por 325 euros cada uno, mientras que el precio para el segundo lote de 35.000 fue de 310 euros por teléfono", así el volumen de negocio para la primera edición fue de 16.013.644 euros. Al mes de marzo habían conseguido vender un total de 70.000 unidades.
Fairphone empezó con sólo un par de personas, pero, según indica Koreniushkina, han crecido muy rápidamente: "El año pasado yatrabajaban 42 personas y nuestro equipo sigue creciente".
El teléfono sólo está disponible en Europa y con un gran éxito de la primera edición, de la segunda ya se ha recibido una gran cantidad de pedidos de Alemania, los Países Bajos, Suiza, Austria y Reino Unido. Este el pasado jueves empezó el periodo de precomanda por la segunda tongada de teléfonos justos.Ya sehan pedido más de 4.600 de los 15.000 necesarios para empezar la producción. La política de precomandes, explican desde Fairphone, ayuda a poner hilo a la aguja a la producción pero también a mantener la independencia de la iniciativa.
Según indican desde la empresa, "el cercano Fairphone está en la fase final de desarrollo. Estará disponible después del verano o a finales de este año". Y es que, según el web del proyecto, actualmente el teléfono no está a la venta y trabajan en el siguiente modelo, con el que esperan competir con móviles de gama mediana-alta. Se lanzará este verano y esperan vender 175.000 unidades.
La gran diferencia respeto la primera edición es que este golpe han desarrollado su propio diseño original, "que hemos concebido y creado desde cero", cosa que los permite influir más en la cadena de suministro y "identificar las áreas que requieren más intervención social y ambiental". Esto quiere decir que la empresa es capaz de tener un mayor control sobre el lugar de donde los materiales vienen, como se hacen y los proveedores con quienes colaboran.
Un rival por las grandes marcas
Si nos fijamos en las especificidades técnicas del teléfono, se observa que no tiene nada a envidiar a otros teléfonos de gama alta. El Fairphone tiene 1GB de RAM y 16 GB de almacenamiento interno. La pantalla es de 4,3 pulgadas, con una resolución de 960×540 píxeles. Cuenta con dos cámaras, una delantera de 1,3 MP y otra posterior de 8 MP. Cuenta con Dual SIM y funciona con Android 4.2 con una interfaz personalizada.
Koreniushkina ve la nueva edición del Fairphone como "el siguiente paso hacia el logro de una economía más justa". Por eso creen que el Fairphone es una herramienta para inspirar a toda la industria para abordar las cuestiones de la cadena de suministro de la electrónica: "Hemos identificado cuatro áreas de acción en que trabajamos para crear un cambio positivo: la minería, el diseño, la fabricación y el ciclo de vida".
Al mostrar a la gente de donde provienen las cosas que compran "creamos una mayor demanda de productos éticos", dice Koreniushkina y añade: "Así estamos cambiando la forma en que los productos se hacen".