La reciente presentación del Talent Arena en el Mobile World Congress (MWC), el Congreso de Talento de Talentum y las miles de conversaciones mantenidas con directivos de varios sectores han vuelto a poner de manifiesto uno de los grandes retos que afrontan las empresas: la falta de talento. Aunque este sea un tema recurrente, es fundamental continuar hablando, puesto que encontrar soluciones en este déficit es clave para superar la barrera que representa. El déficit de talento no solo limita la capacidad de crecimiento de las organizaciones, sino que también pone en peligro la competitividad de sectores clave y de nuestras economías en un mundo en constante evolución tecnológica y digital.
Según datos globales, el 75% de las empresas tienen dificultades para cubrir puestos de trabajo críticos. Este déficit de talento tiene varias causas, entre las cuales destacan:
Evolución tecnológica acelerada: La rápida transformación de los sectores como la inteligencia artificial, la ciberseguridad o las energías renovables genera una demanda de profesionales que crece más rápidamente de lo que el sistema educativo puede cubrir.
Desconexión educativa: Muchos currículums académicos no se adaptan a las competencias requeridas por el mercado laboral. Esto crea una brecha entre la formación que ofrecen las instituciones educativas y las necesidades de las empresas.
Baja inversión en formación continua: Especialmente en sectores tecnológicos, donde las habilidades necesarias están en constante evolución, la falta de formación continua dificulta que los profesionales puedan actualizarse adecuadamente.
Este problema es especialmente crítico en sectores como la sostenibilidad o la tecnología, donde la falta de profesionales cualificados impide a las empresas aprovechar todo su potencial. Además de identificar y formar nuevos profesionales, las empresas se enfrentan a otro gran reto: retener el talento que ya tienen. Los trabajadores actuales buscan más que un buen salario; desean experiencias laborales enriquecedoras, flexibilidad y un sentido de propósito.
"Muchos currículums académicos no se adaptan a las competencias requeridas por el mercado laboral"
Las empresas que consiguen retener talento destacan por:
- Propuestas de valor atractivas: Salarios competitivos, beneficios sociales y apoyo al desarrollo personal.
- Flexibilidad laboral: Horarios adaptables, posibilidad de trabajo remoto y espacios de trabajo inclusivos.
- Cultura empresarial positiva: Fomento de la inclusión, reconocimiento y apoyo al bienestar de los trabajadores.
- Inversión en formación continua: Planes de desarrollo profesional personalizados para mantener a los trabajadores motivados y actualizados en sus competencias.
Desde esta perspectiva, para afrontar este desafío, es imprescindible también transformar los sistemas educativos y de formación. Algunas acciones clave para mejorar esta situación podrían incluir:
Introducción de nuevas metodologías y herramientas: Integrar el aprendizaje basado en proyectos, las competencias digitales, el trabajo colaborativo desde las primeras etapas educativas, así como dar prioridad a la enseñanza del modelo STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Artes y Matemáticas) desde la educación primaria.
Fortalecer la colaboración entre educación y empresa: Integrar las empresas en el mundo educativo, fomentar prácticas profesionales dentro de los currículums académicos y establecer programas de mentoría con expertos del sector. Así mismo, los estudiantes podrían trabajar en casos y proyectos reales como parte de sus trabajos de final de curso.
Capacitación continua de los docentes: Asegurar que los educadores tengan las herramientas y conocimientos actualizados para preparar los estudiantes ante los retos del mercado laboral, especialmente teniendo en cuenta los cambios acelerados que se producen en nuestro entorno.
No existe una receta mágica para resolver este problema, pero varios países han implementado políticas exitosas para afrontarlo:
Suiza es considerada un líder mundial en la gestión del talento gracias a sus programas de formación dual, que combinan teoría y práctica, en entornos laborales atractivos con condiciones de vida excelentes y con una inversión continua en investigación e innovación.
Estados Unidos, con centros tecnológicos como Silicon Valley, ha creado ecosistemas de innovación que atraen talento global, a pesar de que luchan para retenerlo a largo plazo.
Singapur ha reformado su sistema educativo con programas intensivos en tecnología y ha desarrollado planes de actualización laboral para adultos.
Hay que encontrar nuestra propia receta, a pesar de que ejemplos de otros países nos pueden servir de inspiración. Tenemos que establecer y aplicar políticas con urgencia, puesto que nuestra competitividad depende de ello.
La falta de talento no es solo un problema local, sino global, que requiere la colaboración entre empresas, instituciones educativas y gobiernos. Uno de los ingredientes clave para la solución es una apuesta decidida por la transformación educativa, iniciativas que incentiven nuevas vocaciones en sectores estratégicos y políticas que ayuden a retener talento en el territorio.
Este desafío, lejos de ser solo una barrera, puede acontecer una oportunidad para las empresas que decidan liderar el cambio, adoptando culturas laborales innovadoras y estrategias flexibles. Iniciativas como el Talento Arena del MWC, junto con otros eventos similares, son plataformas ideales para generar conciencia y movilizar acción alrededor de este tema crucial.
Si abordamos este reto de manera conjunta, podemos convertirlo en una fortaleza y asegurarnos que nuestra sociedad esté preparada para el futuro, con empresas competitivas y con talento para afrontar los desafíos globales.