20
de Marzo
de
2015
Conseguir edificios que gasten menos energía y de forma más eficiente es posible. Esta es una de las razones de ser de la alianza de la emprendida ingeniera leridana Sinagro y de la consultora de soluciones energéticas E3G; dos empresas donde trabajan cinco empleados que operan de forma conjunta y que el año pasado facturaron 260.000 y 160.000 euros, respectivamente.
Para recuperar la inversión que supone reducir el gasto en gas o calefacción se necesitan una media de entre dos y tres años. Los socios de la firma, Toni Gimbernat y Joan Guàrdia, comentan que las empresas muestran interés a ahorrar en su factura energética, pero no están dispuestos a hacer un gasto importante al cambiar la instalación. Aquí es donde empieza el trabajo de E3G y Sinagro. "Asumimos el coste de la inversión y la recuperamos con el ahorro generado".
En una primera fase, Sinagro realiza un estudio de consumo inicial, analiza los datos y propone un plan de viabilidad. Guardia explica que, una vez disponen de estos datos, "determinamos la inversión y el ahorro que conseguiremos". A partir de aquí, empieza el trabajo de E3G. "Nos dedicamos a buscar la mejor solución para llevar a cabo la instalación", precisa Gimbernat. La consultora permite que los clientes escojan entre la financiación bancaria o el privado.
Ahorro, eficiencia y control remoto
Sinagro y E3G ofrecen un servicio energético global que va desde el asesoramiento, la financiación, la instalación hasta la monitorització del proceso. Uno de los ejemplos más ilustrativos es el proyecto del Monasterio de Piedra a Nuévalos (Zaragoza). Allá, el calor se produce con un sistema de biomasa. "Hemos pasado de una potencia de 1.100 kW a los 580", recuerda Gimbernat. En este caso, comenta que el cliente puede calcular el ahorro en la factura de la calefacción. "Al Monasterio de Piedra, el gasto anual se ha reducido de los 140.000 a los 65.000 euros". Paralelamente, el consumo energético baja un 60%.
El caso del Monasterio de Piedra demuestra, tal como aseguran los propietarios de E3G y Sinagro, como se puede producir un cambio de mentalidad a la hora de planificar el consumo energético de un edificio. Este proviene de un trabajo de análisis basado en los datos. Guardia insiste en el hecho que "apostamos por la biomasa, una fuente de energía que se mantiene con un precio estable y resulta eficiente". Las mejoras en el sistema de las instalaciones del complejo derivan en que el control del gasto y del consumo se hacen remotamente con un sistema de tele-gestión, "de forma que desde un ordenador o desde un dispositivo móvil el cliente es quien comprueba y decide sobre el ahorro".
Gestión propia e implicación
Además del ahorro del 60% en el consumo, la reducción de la factura de la calefacción y el control del gasto, Guardia afirma que el servicio energético de E3G y Sinagro favorece una "gestión propia del sistema energético de un edificio y aparte la gente se implica en su mantenimiento".
Más allá del proyecto del Monasterio de Piedra, E3G y Sinagro han optimizado el sistema de climatización del campus de Wellington de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) con un sistema basado en el intercambio térmico con pozos geotérmicos que utiliza agua del nivel freático. Del mismo modo, al Colegio Episcopal de Lleida se optó por un cambio de combustible, pasando del gasóleo al gas natural. La financiación de estas obras también se llevó a cabo con el ahorro conseguido.
Gimbernat y Guardia insisten en el hecho que se encargan de todo el proceso, desde el cálculo del consumo inicial hasta la monitorización posterior. Ahora tienen su punto de mira a las instalaciones energéticas de las viviendas particulares. "No puede ser que cada casa tenga una caldera diferente. Es un gasto y una carencia de eficiencia innecesaria", lamenta Guardia. Por este motivo, apuestan por el asesoramiento y la pedagogía porque la población adquiera conciencia de qué controlar el ahorro es posible. El objetivo al final del camino es llegar a conseguir que una casa o un edificio tengan un consumo energético cero.
Para recuperar la inversión que supone reducir el gasto en gas o calefacción se necesitan una media de entre dos y tres años. Los socios de la firma, Toni Gimbernat y Joan Guàrdia, comentan que las empresas muestran interés a ahorrar en su factura energética, pero no están dispuestos a hacer un gasto importante al cambiar la instalación. Aquí es donde empieza el trabajo de E3G y Sinagro. "Asumimos el coste de la inversión y la recuperamos con el ahorro generado".
En una primera fase, Sinagro realiza un estudio de consumo inicial, analiza los datos y propone un plan de viabilidad. Guardia explica que, una vez disponen de estos datos, "determinamos la inversión y el ahorro que conseguiremos". A partir de aquí, empieza el trabajo de E3G. "Nos dedicamos a buscar la mejor solución para llevar a cabo la instalación", precisa Gimbernat. La consultora permite que los clientes escojan entre la financiación bancaria o el privado.
Ahorro, eficiencia y control remoto
Sinagro y E3G ofrecen un servicio energético global que va desde el asesoramiento, la financiación, la instalación hasta la monitorització del proceso. Uno de los ejemplos más ilustrativos es el proyecto del Monasterio de Piedra a Nuévalos (Zaragoza). Allá, el calor se produce con un sistema de biomasa. "Hemos pasado de una potencia de 1.100 kW a los 580", recuerda Gimbernat. En este caso, comenta que el cliente puede calcular el ahorro en la factura de la calefacción. "Al Monasterio de Piedra, el gasto anual se ha reducido de los 140.000 a los 65.000 euros". Paralelamente, el consumo energético baja un 60%.
El caso del Monasterio de Piedra demuestra, tal como aseguran los propietarios de E3G y Sinagro, como se puede producir un cambio de mentalidad a la hora de planificar el consumo energético de un edificio. Este proviene de un trabajo de análisis basado en los datos. Guardia insiste en el hecho que "apostamos por la biomasa, una fuente de energía que se mantiene con un precio estable y resulta eficiente". Las mejoras en el sistema de las instalaciones del complejo derivan en que el control del gasto y del consumo se hacen remotamente con un sistema de tele-gestión, "de forma que desde un ordenador o desde un dispositivo móvil el cliente es quien comprueba y decide sobre el ahorro".
Gestión propia e implicación
Además del ahorro del 60% en el consumo, la reducción de la factura de la calefacción y el control del gasto, Guardia afirma que el servicio energético de E3G y Sinagro favorece una "gestión propia del sistema energético de un edificio y aparte la gente se implica en su mantenimiento".
Más allá del proyecto del Monasterio de Piedra, E3G y Sinagro han optimizado el sistema de climatización del campus de Wellington de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) con un sistema basado en el intercambio térmico con pozos geotérmicos que utiliza agua del nivel freático. Del mismo modo, al Colegio Episcopal de Lleida se optó por un cambio de combustible, pasando del gasóleo al gas natural. La financiación de estas obras también se llevó a cabo con el ahorro conseguido.
Gimbernat y Guardia insisten en el hecho que se encargan de todo el proceso, desde el cálculo del consumo inicial hasta la monitorización posterior. Ahora tienen su punto de mira a las instalaciones energéticas de las viviendas particulares. "No puede ser que cada casa tenga una caldera diferente. Es un gasto y una carencia de eficiencia innecesaria", lamenta Guardia. Por este motivo, apuestan por el asesoramiento y la pedagogía porque la población adquiera conciencia de qué controlar el ahorro es posible. El objetivo al final del camino es llegar a conseguir que una casa o un edificio tengan un consumo energético cero.