Francesc Casabella se ha convertido en el nuevo presidente de la cadena de congelados La Sirena, como culminación del proceso por el cual el equipo directivo ha asumido el control de la compañía. Empieza así una nueva etapa en la cadena líder de congelados en España. El grupo inversor británico 3y ,que adquirió La Sirena a Agrolimen en 2005, ha puesto fin a su inversión a la Sirena y lo ha vendido a Casabella y su equipo directivo por el precio simbólico de un euro. A cambio, los nuevos propietarios asumen la deuda de la compañía, que asciende a los 91,7 millones de euros.
El que hasta ahora era el directorgeneral de La Sirena, Francesc Casabella, se sitúa, pues, a la presidencia de la compañía con el objetivo de ejecutar un plan estratégico que tiene que permitir reducir las pérdidas en el horizonte del 2015. Las claves de este plan estratégico pasan para hacer la empresa más competitiva, reduciendo costes y rebajando precios. "La Sirena es una empresa rentable y genera cash flow, pero tiene problemas en el balance. Creemos que tiene futuro pero se tenía que cambiar el modelo del capital riesgo", explica Francesc Casabella a La Vanguardia.
Experiencia en el sector
Casabella llegó a la Sirena en 2008 como director general. Aterrizaba a la compañía con una larga experiencia a su detrás en el sector de Distribución y Gran Consumo. Formato en las escuelas de negocio de Esade e Iese, Casabella trabajó a la firma auditora PricewaterhouseCoopers antes de entrar al sector de la alimentación y la distribución, primero a La Piara, del grupo Nutrexpa, y posteriormente al grupo Condis Supermercados, donde trabajó hasta el 2008 cuando entró a La Sirena.
Un año después de asumir la dirección general de la cadena de congelados consiguió el premio al mejor directivo implicado en el área de recursos humanos, otorgado por el grupo MC. En una entrevista en motivo de este premio, Casabella definía la gestión de los recursos humanos como la conjugación "del verbo alinear, pero no sólo con la estrategia de cada empresa sino, sobre todo, con los intereses y motivaciones de las personas que la integran. Considero que ir a trabajar no tiene que ser nada que canse ni sea aburrido. Si llena y motiva, pasan las horas volante y se aporta valor".