Enric Torres Camprubí y Joan Pla Clapés fundaron la empresa Friman el 1968 con el objetivo de distribuir productos congelados a pequeños establecimientos de alimentación. El más curioso, pero, es que en aquella época prácticamente ninguna familia, ni tienda ni local de restauración tenía congeladores. Así empezó la historia de una empresa familiar de Manresa que ha pasado de cuatro a 186 trabajadores en 50 años y que el 2017 facturó más de 40 millones de euros distribuyendo congelados, pero también productos frescos, refrigerados y a temperatura ambiente.
"Cuando ahora se habla de la emprendeduría como una cosa nueva, yo hago una mirada atrás y ya veo los diferentes proyectos que impulsaba mi padre simultáneamente", explica Enric Torres, actual consejero delegado de Friman. "Infinidad de proyectos, que cómo suele pasar, la mayoría acabaron mal", reconoce. Dos, pero, salieron adelante y tuvieron éxito: Friman y la cadena de supermercados Supeco. Un binomio que se retroalimentaba, puesto que los congelados de una empresa se distribuían en la otra.
Enric Torres: "Cuando se habla de emprendeduría como una cosa nueva, yo miro a mi padre y todos los proyectos que impulsaba"
Primero, vendedores de congeladores
Uno de los retos con que se encontraba Friman es que hace medio siglo los equipamientos en las cocinas no contaban prácticamente nunca con congeladores. Así, el congelado era un producto innovador. "El primero que tuvieron que hacer es ser vendedores de electrodomésticos, convencer tenderos y restauradors que los dejaran colocar a las cocinas y tiendas un mueble relativamente gordo donde poder conservar el producto congelado". Friman empezó con un pequeño almacén de poco más de 200 cuadrados y una cámara frigorífica de menos de 60 metros cuadrados. Hoy en día, es extraño que hoteles o grandes restaurantes no tengan congeladores mucho más grandes.
Un espíritu emprendedor e innovador que Torres define con este ejemplo de su padre: "En los años 69-70 él ya miraba en Terrassa unos terrenos para hacer un hipermercado, cuando en el Estado español no sehabía inaugurado ninguno. Friman fue un proyecto de gente que descubre un nuevo producto".
Empresa familiar como filosofía de vida
Una de las claves del éxito, por Enric Torres, es el "liderazgo personal de los fundadores, que permiten avanzar en los años más duros, que siempre son los primeros". Y contar con una cadena de supermercados como Supeco, que en 90 vendieron a un grupo francés, permitía tener más puntos de distribución. Además, el hecho de ser una empresa familiar lo ve muy importante: "Siempre se ha querido, como una base filosófica de la compañía, mantener la identidad de empresa familiar con todas las ventajas: compromiso de un apellido y de una familia en un proyecto familiar". Unos valores, asegura, que permiten superar los momentos de dificultad gracias a todas las personas comprometidas que hay detrás.
Así ha pasado Friman de un pequeño almacén al centro de Manresa con cuatro trabajadores, a una empresa de más de 180 personas, más de 40 millones de euros de facturación, 180.000 entregas el año y más de 4.000 referencias de productos. Además, cuenta con otras divisiones de negocios como tiendas de venta de frescos directo al consumidor.
Regreso en casa
Enric Torres dejó durante unos años la empresa familiar para ir a trabajar a la multinacional que compró Supeco. Pero echaba de menos el día a día de una compañía de familia yvuelve el 1998 con la voluntad de relanzarla: "Transformamos absolutamente el negocio: el sector de la distribución ha bajado y la situación era más frágil". La aparición de los grandes grupos de supermercados lo hacía todo más difícil por una empresa de distribución alimentaria que tenía gran parte de su negocio en este sector.
"Profundizamos en la hostelería y se convierte en el segmento más importando a través de restaurantes, bares, càterings", explica Torres, que asegura que en la actualidad la distribución alimentaria en supermercados es "residual" por Friman. A partir de este momento, también ven la necesidad de ampliar la gama de productos y ofrecer alimentos en cualquier estado de conservación: congelados, frescos, a temperatura ambiente, refrigerados. Aún así el congelado representa el 85% de su negocio.
El consejero delegado de la empresa afirma que "no juzgamos el producto por cómo se conserva"
Además, hace una defensa del producto congelado, que "nunca" lo han relacionado con la mala calidad. "No juzgamos el producto por cómo se conserva, sino que valoramos la utilidad y la necesidad del cliente. La congelación, como la conserva o refrigeración, son sistemas de conservación diferentes que sirven por necesidades, clientes y momentos diferentes", añade. Por ejemplo, destaca que la congelación es una manera de combatir el derroche alimentario y reducir costes de producciones, como la ecológica, que a menudo se escapan de la posibilidad de restaurantes o, incluso, de comedores escolares.
Hacerlo diferente, hacerlo innovando
"Es la mentalidad de crecer constantemente", destaca el consejero delegado, que añade: "No nos preocupa ser tanto los primeros, sino hacerlo mejor, más bien, más diferente y más innovador". Esta es su filosofía, que se ve también reflejada en "reinvertir cualquier recurso al hacer crecer la empresa". "La empresa familiar es insuperable en esto", remata.
Torres: "La empresa familiar es insuperable"
Una mentalidad de crecimiento que en el territorio se traslada al profundizar en su actual mercado: Cataluña, Aragón, País Valenciano y sur de Francia. "No está en los planes el crecimiento territorial: nuestro problema es la última milla, el último kilómetro de lo entrega. Hay muchos espacios en los Països Catalans que todavía podemos aprovechar mejor, mejorar nuestra distribución y buscar la máxima eficiencia en este territorio antes de ir fuera". "Hay suficiente mercado en Cataluña, siempre noshemos sentido cómodos y es nuestra tierra", finaliza Enric Torres.