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Qué fue de las fundaciones de las (desaparecidas) cajas?

Las Fundaciones especiales se dedican a la preservación de la cultura y potencian actuaciones sociales destinando 285 millones de euros en cinco años

Las fundaciones de las (antiguas) cajas todavía perseveran | iStock
Las fundaciones de las (antiguas) cajas todavía perseveran | iStock
Barcelona
08 de Enero de 2020

La Fundación Catalunya-La Predera, la Fundación Especial Antigua Caixa Terrassa, la Fundación Pinnae, la Fundación Iluro, la Fundación Especial Antigua Caixa Sabadell 1859, la Fundación Especial Antiguas Cajas Catalanas de Manlleu, Sabadell y Terrassa, y la Fundación Especial Antigua Caixa Manlleu recogieron el testigo de la obra social de las cajas de ahorros catalanas. Como herederas, representan la continuidad pero se reivindican como entidades con perfil propio y con nuevos objetivos que responden a una gestión que ya no tiene nada que ver, a pesar de que su denominación en algunos casos sí que lo recuerda. Desde su transformación, el 2014, las FundacionesEspeciales -tuteladas por el Departamento de Economía de la Generalitat- siguen velando por la preservación de la cultura y potencian actividades sociales focalizadas cada vez más en las personas.

Quedan lejos los presupuestos que gestionaban los años de plenitud económica de las entidades financieras que las sostenían, pero sus recursos actuales no son nada despreciables. El 2018 –los últimos datos conjuntos disponibles- destinaron un total de 61,5 millones de euros, un 2,17% más que el 2017, a 97 proyectos que llegaron a 2,99 millones de destinatarios en todo Catalunya. Así, las fundaciones de antiguas cajas han destinado 285 millones de euros a obra social en cinco años desde su transformación, cuando se independizaron con sólo 51,1 millones. El balance de los últimos cinco años es de 13 millones de destinatarios con un total de 482 proyectos.

El balance de las fundaciones de las antiguas cajas en los últimos cinco años es de 13 millones de destinatarios con un total de 482 proyectos

En esta nueva trayectoria si bien no se puede decir que se hayan especializado sí se evidencia que cada una ha elegido un camino concreto con una nueva gestión que tiene mucho que ver con sus orígenes, su arraigo geográfico y el patrimonio de que disponen. Siguen actuando, pues, en aquello que saben y conocen en profundidad e intentan adentrarse en aquellas nuevas necesidades que muestra la sociedad. La reinserción laboral y social y la sostenibilidad son muestra.

En general, hacen un trabajo orientado a las personas sea desde el ámbito social o cultural y quieren hacerse un lugar sin ser la sombra de la obra social que todavía pueden mantener algunas entidades financieras.

Una de las apuestas de las Fundaciones especiales es su arraigo al territorio como muestra la redistribución de sus acciones, puesto que, el 2018, la demarcación de Barcelona ha perdido peso a pesar de que el número de proyectos se ha estabilizado en torno a prácticamente el centenar de actuaciones y el número de usuarios sigue subiendo. En sólo el último año, Barcelona ha pasado de ser el escenario de 369 el 2017 a 305 proyectos el 2018, en beneficio del resto de demarcaciones catalanas. Es cierto que Barcelona se lleva todavía el 75% del total, pero se tiene que tener en cuenta que todas las entidades pertenecen en origen a esta demarcación.

"Las fundaciones estaban arraigadas en el territorio y lo mantenemos especialmente aquellas que tienen ubicado su patrimonio que es una fuente más de ingresos ya sea por las visitas abiertas al público o por la muestra de exposiciones o actas culturales", señala la directora de la Fundación Antiguas Cajas Catalanas, Belén Latorre.

Asistencia, excelencia, cultura, medio ambiente y patrimonio

En cuanto al destino de estos fondos, de los 61,5 millones invertidos el 2018, el 44,7% se destinó a proyectos de asistencia social; el 43,4% en educación y cultura; el 6% a fomento para la excelencia y el 5,9% a la difusión y protección del patrimonio natural y del medio ambiente. Las personas están en el foco de muchas de las acciones, explica Xavier Bas, subdirector general de la Fundación Catalunya La Pedrera, y menciona lo programa REMS (Reforzar y Estimular la Memoria y la Salud) que tiene como objetivo la mejora de la calidad de vida y el bienestar emocional de personas con deterioro cognitivo leve o moderado derivado de enfermedades neurodegeneratives (Alzheimer, Parkinson...) ictus, o déficits de memoria propios del envejecimiento. O también el proyecto de la cooperativa social MANS dedicada a la producción, transformación y comercialización de fruta y verdura ecológica.

En el caso de La Fundación Antiguas Cajas Catalanas (FACC), Belén Latorre destaca el papel que están haciendo las fundaciones especiales y reflexiona como, en los años de la crisis económica y coincidiendo con los recortes presupuestarios, fueron una herramienta muy eficaz para llegar allá donde la administración no volcaba bastante recursos. "Hemos sido muy eficientes, nos hemos focalizado en lo que era más útil y permitía rentabilizar y maximizar los recursos para hacer más actuaciones y llegar además beneficiarios", argumenta. La directora de esta fundación pone énfasis en sus proyectos, centrados básicamente en el ámbito de la cultura -"somos la única entidad que alcanza todas las disciplinas artísticas", explica- con la entrega de premios destinados a jóvenes profesionales que buscan salida en el mercado cultural y destaca que "no sólo se trata de darlos una dotación económica, sino que va más allá en el que es el acompañamiento y seguimiento posterior", de tal manera que por ejemplo en el galardón para teatro el premio incluye la planificación de una gira por todo Catalunya. Y, para acoplarse a los nuevos tiempos, inician el 2020 con una nueva distinción: el premio BBVA a la Innovación en Sostenibilidad Medioambiental, dirigido a pequeñas y medianas empresas, y autónomos con el objetivo de promover la innovación y sostenibilidad en el ámbito empresarial.

La Fundación Catalunya-la Pedrera invierte el 60,1% del total de fondos destinados a obra social del conjunto de las fundaciones especiales

Del conjunto de Fundaciones Especiales, la principal entidad es la Fundación Catalunya-la Pedrera -que tiene su origen en la transformación de la Caixa de Ahorros de Catalunya, Tarragona y Manresa que se fusionaron en CatalunyaCaixa- que se nutre fundamentalmente de los ingresos del edificio de La Pedrera –Bien cultural del patrimonio mundial por la Unesco- y del espacio cultural y medioambiental Mont Sant Benet. De los 61,5 millones destinados a obra social para el conjunto de fundaciones especiales, un 60,1% del invertido corresponde a esta entidad, que es totalmente independiente de CatalunyaCaixa, entidad integrada en el BBVA, un banco que el 2012 también adquirió Unnim –fruto de la fusión de Caixa Terrassa, Sabadell y Manlleu- y se ha convertido en el principal patrocinador de la Fundación Especial Antiguas Cajas Catalanas donde soporta el 90% de sus actividades.



Los orígenes de las otras seis fundaciones especiales son: la Fundación Iluro (heredera de la obra social de Caixa Laietana, entidad que acabó integrada en Bankia); la Fundación Especial Pinnae (heredera de la obra social de la antigua Caixa Penedès, que se integró a BMN) y la red comercial en Catalunya acabó adquiriendo el Banco Sabadell.

Las cifras expuestas incluyen sólo las fundaciones de las antiguas cajas que están bajo la tutela de la Generalitat, pero hay que recordar también la actividad de la Fundación Bancaria La Caixa, que se nutre de las aportaciones de Criteria, el holding de participadas de La Caixa, y que está bajo el protectorado del Ministerio de Economía, al ser de ámbito nacional. La Fundación Bancaria La Caixa ha destinado un total de 2.530 millones de euros a obra social en todo España entre el 2014 y el 2018.