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Gelatinas Juncà, el resurgimiento de una empresa ahogada

La empresa familiar con sede en Banyoles ha doblado la producción y ampliado el mercado después de invertir un millón de euros para incrementar el rendimiento y ampliar su capacidad productiva

Los técnicos tendrán que desarrollar las habilidades personales
Los técnicos tendrán que desarrollar las habilidades personales
Judith Vives 
21 de Octubre de 2015
Act. 21 de Octubre de 2015
"Acudimos a todas las fuentes posibles para conseguir una financiación que nos sacara del pozo donde estábamos. Sólo nos quedaba probar la vida fuera de la tierra!". No fue fácil, tal como recuerda, con humor, el director general de Gelatinas Juncà, Ferran Juncà, pero la firma pudo finalmente dar por cerrada, el año pasado, una profunda crisis que, desde el 2010, lo había dejado en una situación muy débil, descapitalitzada y con dificultad para acceder al crédito bancario y a la financiación institucional. La compañía, que en 2011 superó un concurso de acreedores, cerró el 2014 con beneficios e inició el ejercicio del 2015 anunciante una inversión de un millón de euros, una cifra que iguala la ya invertida en 2014 a su planta de Banyoles.

Gelatinas Juncà, empresa familiar fundada en 1947, es actualmente el fabricante más grande de gelatina español que opera en Europa, con un accionariado 100% catalán. La gelatina, que se obtiene de la piel, huesos y cartílagos de animales, se aplica en ámbitos como la alimentación, la industria farmacéutica, la cosmética y la dietética.

El año 2010, la empresa hizo frente a una difícil situación económica causada por una crisis financiera global. La familia Juncà decidió entonces modernizar el sistema de gestión de la empresa, encargando a Ferran Juncà la aplicación de un Plan de Viabilidad que hiciera posible la optimización de los recursos y la modernización del sistema de fabricación sin renunciar a la R D. Este plan permitió cerrar el ejercicio del 2014 con resultados positivos y encarar el futuro con optimismo.

Pedir dinero hasta la China
Superar la crisis no fue fácil. El director general recuerda que se buscó financiación en todas partes. "Incluso en la China. Al final, a través de un operario pudimos conseguir 500.000 euros de un inversor iraní que nos hizo confianza", relata Juncà. "También apelamos a la familia, que aportó un crédito participativo que se convirtió en acciones en agosto del 2015", añade.

Por otro lado, Gelatinas Juncà también trucó a la puerta del Instituto Catalán de Finanzas (ICF). "El 2011 no nos lo concedieron, pero el 2015, con unos resultados positivos y constatados,facilitaron un crédito conjunto con el Banco de Sabadell de 300.000 euros cada uno". Con estos apoyos financieros, la empresa pudo abrir el ejercicio del 2015 con el anuncio de una inversión de un millón de euros destinada a incrementar el rendimiento y doblar la capacidad productiva para dar alcance nuevos mercados internacionales.

La empresa exportó el año pasado un 52% de la producción en Europa, principalmente al Benelux, Alemania, Reino Unido y Francia. Según Juncà, el objetivo es llegar al 60% en nuevos mercados como Taiwán, Chile y los Estados Unidos.

Gelatinas Juncà mira ahora al futuro con optimismo. "El 2014 entramos en el camino de los beneficios con unos beneficios de 1,3 millones de euros y en julio de 2015 ya traíamos las mismas ganancias, con una previsión de doblar los beneficios a final de año". Este optimismo se traduce en los dos grandes proyectos que la empresa tiene sobre la mesa.

Por un lado, una línea exclusiva por la producción de gelatina de piel de vaca que los permita convertirse en el principal proveedor europeo de este tipo de producto apto por los mercados Hallal y Koser. Por otra, una línea de producción de col·lagen de alta gama. "Por suerte, ahora no llueve y los bancos nos dejan paraguas", concluye Juncà.