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La belga Greenpulse aterriza en Barcelona para abastecer a toda España

La compañía apuesta por la capital catalana para establecer su sede e impulsar en todo el Estado uno de los proyectos más grandes de plantas fotovoltaicas del país

Las placas fotovoltàiques de la belga Greenpulse | Cedida
Las placas fotovoltàiques de la belga Greenpulse | Cedida
Redacció VIA Empresa
Barcelona
28 de Julio de 2020
Act. 30 de Julio de 2020

La empresa belga GreenPulse, especializada en el desarrollo, financiación, construcción y gestión de plantas fotovoltaicas en cubiertas industriales y de grandes superficies y con sede en Barcelona, ha firmado un acuerdo con Pladur y con Etex Iberia Exteriors para instalar tres plantas fotovoltaicas de autoconsumo en las fábricas de Valdemoro, Gelsa y Valladolid. El acuerdo permitirá a GreenPulse entrar en España con uno de los proyectos más importantes que se han puesto en marcha en el país en cuanto a autoconsumo industrial en cubierta, que suma un total de 8MWp de potencia.

Se trata de una iniciativa pionera en España, donde las plantas fotovoltaicas en grandes cubiertas todavía no están muy desarrolladas. Además, el proyecto no necesita ninguna inversión por parte del cliente donde se instala: la financiación corre a cargo de GreenPulseal 100% y, a través de un contrato de compra de electricidad, GreenPulse se convierte en el proveedor de electricidad del cliente durante 20 años.De este manera, clientes como Pladur® y Etex Iberia Exteriors se ahorrarán entre un 15% y un 30% del coste de la energía, además de mejorar enormemente en sostenibilidad.

El proyecto, cuya construcción se iniciará a principios de 2021, permitirá reducir las emisiones de CO2 de las plantas de Pladur® y de Etex en 2.868 toneladas al año, y generará 12 gigavatios hora de electricidad verde por año, equivalente a 492,7 hectáreas de bosque nuevo, necesarias para capturar esta cantidad de CO2 en un año.

Los proyectos de autoconsumo que la compañía realiza mejoran la sostenibilidad de las plantas de producción donde se instalan, reduciendo su huella de carbono al funcionar con energías renovables de kilómetro cero. De esta manera, consiguen que las fábricas consuman la electricidad verde que ellas mismas generan, con el ahorro energético que ello supone.