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Grefusa: del cacahuete a los Gublins y al snack 'healthy'

La empresa valenciana cumple 90 años logrando el nivel más grande de facturación de su historia, 111,7 millones de euros, y firma alianzas estratégicas con dos marcas europeas del sector

Agustín Gregori, CEO de Grefusa
Agustín Gregori, CEO de Grefusa
València
29 de Abril de 2019

Quien no ha consumido en su niñez (de acuerdo, y también siendo adulto) Gublins, Papa Delta o El Piponazo? Quien no conoce a Grefusito? Quizás no todo el mundo sabe que es un cacahuete, pero sí que relacionarán esta mascota con la marca valenciana Grefusa, originaria de la capital de la Ribera Alta, Alzira. Hoy, 90 años después de su creación, factura más de 100 millones de euros al año y continúa creciente. El CEO de la empresa, Agustín Gregori, nos cuenta las claves de su éxito.

 

De almacén agrícola a los snacks

Hagamos un poquito de historia. Los orígenes de Grefusa los encontramos en 1929, cuando José Gregori Furió creó un almacén de productos agrícolas en Alzira. Su especialidad eran los cacahuetes, en concreto de una variedad valenciana muy apreciada, el Collaret. Inicialmente se especializaron en frutos secos.

El primer relevo generacional se produjo en 1962, cuando la empresa pasó a manso de los hijos, Alfredo y Agustín Gregori (padre del actual CEO). Estos decidieron empezar una nueva actividad, el tueste de frutos secos. Pero el gran salto llegó en 1986, cuando "tomaron una decisión valiente" para Grefusa: entrar al mundo de los snacks y abordar el mercado a través del canal impulso, "desconocido para los grandes competidores" del momento.

 

"La innovación siempre ha estado presente en Grefusa, forma parte de nuestro ADN y el salto a los snacks fue una de las primeras muestras de la visión revolucionaria de nuestra empresa familiar"

"La innovación siempre ha estado presente en Grefusa, forma parte de nuestro ADN y el salto a los snacks fue una de las primeras muestras de la visión revolucionaria de nuestra empresa familiar", asegura Gregori. Así nació, en 1986, la famosa mascota Grefusito, y los primeros snacks extrusionados.

Después lanzaron las exitoses marcas Papa Delta (1988), El Piponazo (1990), Gublins (1991) y MisterCorn (1993).

Llegamos al año 2000, cuando se inicia el tercer relevo generacional y el último hasta la actualidad. Agustín Gregori se hace con el mando de la empresa y continúa innovando. Grefusa lanza en 2001 las populares Pipas G Tijuana y en 2007 se adapta a las nuevas preocupaciones del consumidor y crea la marca Snatt's, de snacks "saludables", healthy, como por ejemplo rosquilletes con pipas y cereales, harinas y legumbres. Esto los ha ayudado a conseguir varios premios nutricionales y a posicionarse en este sector.

La fàbrica de Grefusa a Alzira | Grefusa

La fábrica de Grefusa en Alzira | Grefusa

Más de 600 trabajadores y 111,7 millones de facturación

Hoy Grefusa cuenta con una plantilla de más de 600 trabajadores, que "aumenta año tras año", y cerró 2018 con la facturación más grande de su historia, 111,7 millones, un 9% más respecto al ejercicio anterior. Gregori revela que el objetivo de la empresa de cara al futuro es "intentar superar" los 140 millones de euros, "consolidar" la presencia en la categoría de frutos secos y continuar siendo "la marca referente de la snacking saludable".

El CEO considera que la empresa se encuentra "en un momento apasionante": "El año 2018 ha sido un año de inflexión gracias a la firma de dos alianzas estratégicas con empresas líderes del sector, con las que esperamos acometer proyectos de crecimiento y solidez: Intersnack, líder europea de snacks, patatas y frutos secos y Frutorra, líder portuguesa en frutos secos". "Nuestro objetivo de empresa es divertir y sorprender nuestros consumidores con productos que son únicos, por su sabor y por su calidad, elaborados con los mejores ingredientes y procesos", asegura.

Grefusa se nutre de éxitos, pero también de fracasos

Agustín Gregori echa la vista atrás para valorar qué ha sido lo gran éxito de Grefusa. Destaca, "sin duda", "por el grado de fidelización de sus consumidores", el producto Pipas G Tijuana. De hecho, incluso han bautizado a sus amantes como "Tijuanáticos", muy activos en las redes sociales, donde Grefusa los anima a participar en varios sorteos.

Pero, como en toda gran empresa, no todo han sido aciertos. El CEO confiesa que tienen unos cuántos casos de productos que fracasaron comercialmente –"de los que estamos muy orgullosos y que recordamos con especial aprecio", asegura- y cita uno del que "el consumidor todavía se recuerda": Papadelta Pika Pika, una versión de la snack de siempre con sabor dulce, a fresa y mora. "Nos gusta atrevernos a innovar, sorprender y esto a veces implica lanzar al mercado productos que son un reto y un gran aprendizaje", sostiene Gregori.

Sin ese atrevimiento innato de esta familia emprendedora de Alzira, quizás nunca habrían salido de los cacahuetes y ahora no estaríamos hablando de ellos.