Grifols registró un beneficio neto de 486 millones de euros entre enero y septiembre, un 14,7% más respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, mientras que sus ingresos experimentaron un crecimiento del 7,8%, hasta los 4.031 millones. Según ha explicado la empresa este jueves a través de un comunicado, el incremento de las ventas se debe a la producción de derivados del plasma y a la comercialización de un test molecular para detectar la covid-19 al Estado.
En el primer caso -la división Bioscience-, los ingresos entre enero y septiembre se incrementaron un 10,1% interanual, mientras que en el segundo -el área Diagnostic- lo hicieron un 2,3%. Por otro lado, la división especializada a ofrecer servicios a los hospitales y el área de suministros de materiales biológicos experimentaron un descenso de las ventas del 9,8% y del 9,3%, respectivamente.
En el primer caso, la caída de las ventas responde a un retraso de las inversiones y los tratamientos hospitalarios a raíz de la covid-19. En cuanto al segundo, la compañía especifica que la caída se explica por la finalización de ciertos contratos de venta de plasma a terceros.
En este sentido, Grifols subraya que sigue implementando su plan de contención para hacer frente a contingencias derivadas de la covid-19. La farmacéutica calcula que el impacto total de la pandemia sobre sus cuentas será de 205 millones de euros. Sin embargo, al grupo asegura que el plan no tendrá ningún tipo de impacto sobre puestos de trabajo ni niveles de inversión destinados a la innovación.
De hecho, la compañía invirtió 247,3 millones en investigación, desarrollo e innovación (I+D+y) durante los nueve primeros meses del año, una cifra ligeramente por encima de la del mismo periodo del año anterior (244,6 millones). A estas alturas, Grifols forma parte de más de 25 proyectos de investigación internacionales dedicados a descubrir posibles tratamientos para combatir la covid-19.