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Grupo Castilla, pioneros en software para recursos humanos

La compañía es una de las líderes en España y está en pleno proceso de crecimiento con la compra e integración de otras empresas

La cúpula de Grupo Castilla. | Cedida
La cúpula de Grupo Castilla. | Cedida
Tarragona
07 de Diciembre de 2020

Cuando en 1979 Carlos Castilla recibió el primer encargo para desarrollar un sistema de nóminas, la informática en nuestro país no tenía nada que ver con la actualidad. Castilla, ingeniero agrónomo de profesión y forofo de la informática, fue un pionero en el mercado de los software para gestionar nóminas, que entonces era prácticamente virgen. Abrió una oficina en Reus, empezó a desarrollar un programa con lenguaje Cobol, y puso en marcha una red comercial de empresas a nivel nacional, en cada comunidad autónoma. Los ordenadores empezaban a llegar a las empresas, y la contabilidad y las nóminas fueron las primeras en notarlo. Todas las empresas que tenían trabajadores a su cargo tenían que gestionar los sueldos. "Fuimos pioneros. Hoy en día salen competidores como setas, pero entonces era diferente. Nadie sabía nada de informática", explica Carles Castilla, CEO de Grupo Castilla e hijo del fundador.

 

La compañía llegó a estar formada por más de 30 sociedades diferentes repartidas en todo el estado, pero la gestión era complicada. Pero esto, en 2014 empezó la unificación y simplificación de su estructura organizativa, que culminó en 2019. Desde hace casi dos años, Grupo Castilla ya opera como una única empresa con una sede central en Riudoms, en el Baix Camp. En el edificio, de más de 2000m2, se ubican la Software Factory, el servicio de atención a usuarios, los servicios administrativos y la mayor parte del equipo directivo. Al mismo tiempo se mantiene una amplia red de oficinas repartidas por el estado que trabajan para la emprendida matriz. En estos años, la empresa ha culminado también el proceso de relevo generacional.

Castilla: "Fuímos pioneros. Hoy en día salen competidores como setas, pero entonces era distinto. Nadie sabía nada de informática" 

Más de 180 trabajadores, 2.300 clientes, 15 oficinas y una facturación de 12,5 millones de euros: estas son las cifras que definen Grupo Castilla en su último cierre fiscal. Del total de facturación, entre un 15 y un 20% se dedican a I+D+i, para mantener los sistemas actualizados y en la vanguardia de la tecnología. La actividad principal de la empresa se centra en diseñar, desarrollar y comercializar soluciones HCM (Human Capital Management): licencias, servicios de consultoría, implantación y formación, mantenimiento, actualización, asistencia y apoyo. Las soluciones de software son de diferentes tipos en función del perfil de empresa y se adaptan a las necesidades de los clientes. La principal ventaja de sus soluciones es que permiten gestionar el ciclo de vida completo de un trabajador desde un punto de vista integral.

 

En plena estrategia de crecimiento

La empresa se encuentra ahora de lleno en un momento de expansión. El marzo de 2020 integró la catalana Data Process, con sede en Granollers, especializada en software de nóminas. Este mes de octubre anunció la adquisición del 100% de Thinking People, una consultora aragonesa líder en la región, especializada en servicios de consultoría estrategia de recursos humanos. Finalmente, este mes de noviembre se ha hecho pública la adquisición de la unidad productiva de gestión de recursos humanos de Almerimatik, y la apertura de una nueva oficina en Almería de Grupo Castilla.

Este crecimiento inorgánico complementa el crecimiento orgánico de la propia empresa. Buscan integrar compañías que tengan experiencia y conocimiento en los diversos aspectos que hay alrededor de un departamento de recursos humanos: software, diseño y consultoría de recursos humanos, gestión de nóminas... "Son empresas muy buenas, pequeñas y muy especialistas en su materia", explica Carles Castilla. El objetivo es conseguir una facturación de 20 millones de euros en 2022.

Sede central Riudoms Grupo Castilla

Sede central Riudoms del Grupo Castilla. | Cedida

Y es que Grupo Castilla tiene claro que hay mucho recorrido para crecer en su sector, que está muy fragmentado. "Ahora mismo facturamos 12,5 millones sobre los 2.000 millones posibles de volumen del sector", explica Carles Castilla. Por eso no se plantean hacer todavía el salto en otro país, hasta que no se consolide la posición de liderazgo. "La internacionalización por una compañía pequeña es un reto demasiado grande. Hemos visto a otras empresas que han desaparecido para hacer el salto antes de tiempo, o han perdido el control del negocio. Nosotros somos más conservadores: hasta que no podamos replicar el modelo, no queremos ir a otro país", asegura Castilla.

Precisamente en momentos de crisis como el actual, este crecimiento inorgánico es más recomendable que nunca: es un buen momento para integrar otras empresas. En cambio, la venta nueva a cliente final baja, porque las compañías no se aventuran a cambiar su software de recursos humanos en momentos de incertidumbre. Sí que ha crecido, en cambio, la necesidad de migrar los sistemas a la nube, instalar nuevos módulos o recibir asesoramiento, por culpa de la crisis sanitaria y económica.

Un acierto ubicarse en el sur de Catalunya

Desde Grupo Castilla aseguran que uno de los aciertos más grandes como empresa ha sido ubicarse en el Campo de Tarragona, lejos de la presión de las grandes ciudades. A pesar de que la mayor parte de sus clientes no están en la provincia, sino en todo el estado, el hecho de estar en una zona menos masificada ha sido la clave para retener el talento. "Los perfiles informáticos, tecnológicos, científicos... son muy escasos. Cuando nació la Universitat Rovira i Virgili empezaron a salir ingenieros, y no había empresas para ir a trabajar. Para nosotros fue perfecto: pudimos captar todo este talento joven", explica Carles Castilla. Su tasa de fidelización de empleados es muy alta, y la mayoría de plantilla lleva entre 20 y 30 años trabajando en la empresa. En las grandes ciudades, en cambio, hay más empresas tecnológicas donde ir a trabajar. "Si estuviéramos en Barcelona o en Madrid, seguramente no hubiéramos crecido tanto", asegura Castilla.