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Grupo IMAN: rearmarse tecnológicamente para huir de la crisis

La compañía de Terrassa, que cumple 25 años, ha incorporado las nuevas tecnologías a su día a día y ha incrementado un 30% su facturación

    Oficina del Grupo IMAN
    Oficina del Grupo IMAN
    Bàrbara Padilla
    16 de Agosto de 2016
    Act. 16 de Agosto de 2016
    Los orígenes de IMAN se remontan al año 1977, cuando un grupo de profesionales de diferentes organizaciones de servicios se unieron para crear una empresa de seguridad. Con el paso del tiempo, y respondiendo a la creciente demanda del mercado, nació en Terrassa Grupo IMAN (1991): un conjunto de divisiones especializadas que ofrecen soluciones adaptadas a las necesidades de cada cliente, dentro del sector servicios y que el 2015 facturó 228 millones de euros.

    El empresario egarenc Jaume Capdevila fue el fundador de la compañía. En sus inicios, IMAN ofrecía servicios de seguridad y servicios auxiliares y, despacio, fue ampliando su cartera con trabajo temporal, limpieza, selección y formación. El año 2012, los servicios centrales se trasladaron de la calle Unión a la calle Azcárate, debido al desarrollo del negocio y la necesidad de una mayor capacidad de espacio.

    Fue precisamente este año cuando IMAN sufrió una bajada de la facturación, pasando de 138 a 132 millones de euros, y sus fundadores tuvieron que replantear el modelo de gestión y buscar nuevos sectores de actuación. La apuesta por las nuevas tecnologías, la división de trabajo temporal y la apertura de nuevas oficinas, finalmente, ayudaron la firma a huir de la crisis. Así, el 2015 facturó un 28% más que el año anterior.

    Las claves de la recuperación
    "Las nuevas tecnologías son un pilar esencial en el mercado actual: nos permiten dar valor añadido a nuestros clientes, que tienen acceso las 24 horas del día y los 365 días del año a nuestros servicios", argumenta Pere Lluís Parara, director general de Grupo IMAN.

    Dos de sus servicios más punteros son el sistema de firma de contrate vía móvil y el nuevo ERP. "Con la firma de contrate vía móvil, el trabajador puede revisar y firmar documentos mediante su firma electrónica. Se reduce el consumo de papel y el trabajador puede acceder en todo momento a sus documentos, que están almacenados a la "nube"", explica Parara.

    Actualmente, un 40% de los contratos ya se firman con este nuevo sistema. En cuanto al nuevo ERP, mediante tecnología SABE, IMAN ha mejorado la gestión de la red de delegaciones. En una organización descentralizada como la de esta compañía terrassenca, con oficinas a diferentes puntos del territorio nacional, así como en Alemania, Francia y Portugal (donde tienen previsto abrir una segunda delegación), este sistema posibilita la uniformidad en la recogida y el envío de datos.



    Más trabajo temporal y nuevas oficinas
    Además de las nuevas tecnologías, la división de trabajo temporal (IMAN Temporing) también ha hecho crecer la empresa. "Nuestros clientes han visto aumentar su producción, y han tenido que ampliar o formar su plantilla, con la ayuda de IMAN Formación. La recuperación económica de sectores como el industrial o el agrario ha comportado un aumento de la necesidad de trabajadores temporales. Esto lo hemos notado especialmente en Cataluña, Madrid y Levante. Ahora nos llegan más ofertas de trabajo de perfiles tecnológicos", comenta el responsable.

    También los ha permitido facturar más la apertura de nuevas oficinas a territorio nacional. Hoy en día, disponen de 52 oficinas de trabajo temporal y una veintena de oficinas de servicios en todo España. Además, en estos momentos hay propuestas sobre la mesa para proyectar el grupo hacia Latinoamérica. En este sentido, el proyecto más inmediato de la empresa es su internacionalización, para la cual contratarán más gente. "Contamos con un equipo de 483 personas, al cual tenemos que sumar los 20.019 profesionales de la parte operativa de la compañía", señala Parara.

    25 años gestionando talento
    En estos 25 años de Grupo IMAN, la compañía ha pasado de trabajar con perfiles poco calificados a gestionar perfiles más altos. Cuando nació, sólo operaba en Cataluña, y ahora es una empresa internacional con un equipo de profesionales especializados en diferentes sectores, "donde el talento -en palabras de Parara- es un elemento esencial". "El valor diferencial de Grupo IMAN son las personas, así como la transversalidad y las sinergias que se dan entre los departamentos centrales y las unidades de negocio del grupo", relata el director.

    Durante este tiempo, la compañía también ha desarrollado la Responsabilidad Social Corporativa, creando Diswork, un Centro Especial de Trabajo que nació en 2003 con el objetivo de fomentar la integración de las personas con discapacitado al mercado laboral, a través de los servicios auxiliares que ofrece el grupo.

    Nunca es tarde para digitalizarse
    Analizando el conjunto de la compañía, una de las debilidades de IMAN es el tiempo que ha tardado a incorporar las nuevas tecnologías a su día a día. "Estamos trabajando en la transformación digital de la empresa, y esto se puede ver como una debilidad, puesto que hay a empresas que han empezado esta fase antes de que nosotros, pero a la larga será una fortaleza para el grupo. Hemos sabido aprovechar la época de crisis para "rearmarnos" tecnológicamente", dice Parara. En cuanto a las amenazas, IMAN es especialmente "sensible" al marco laboral y a las incógnitas políticas. "Los clientes pueden paralizar inversiones si no ven claro el futuro", reconoce el responsable.