Corría el año 1933 cuando el ingeniero y futuro presidente de la República al Exilio, Emilio Herrera, ingresó con todos los honores a la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Desde los inicios de su carrera militar destacó como el experto en aeronáutica más importante del Estado y sorprendió con el diseño de una "escafandra estratonàutic" que años después inspiraría la NASA para crear sus trajes espaciales. Y que motivó este ilustre personaje a crear esta vestimenta si todavía faltaban años por el inicio de la cursa espacial? El hecho que él ya había iniciado su particular maratón. Herrera se estrenó a la academia con la presentación de un globo de 37.000 metros cúbicos capaz de subir a 26 kilómetros de altura, hasta la estratosfera, y pensado tanto por experiencias científicas cómo por el inicio del turismo espacial. El estallido de la Guerra Civil puso fin al sueño de este ingeniero de Granada. Más de 80 años después, se puede hacer realidad gracias a Bloon, el primer vehículo de turismo espacial en Europa creado por la empresa Cero 2 Infinity en colaboración con la Elisava.
Bloon es un globo propulsat por helio, de 120 metros de diámetro, con espacio para seis personas y con capacidad para levantarse hasta 36 kilómetros por encima de la superficie terrestre. Una distancia que el director general de la empresa, José Mariano López, describe como "espacio cercano". "Si todo va bien, en un par de años podremos ofrecer quieres que permitirán a los viajeros llegar a una distancia suficiente como para ver la curvatura de la Tierra, el cielo negro y las estrellas en pleno día, tal y como lo hacen los astronautas", explica el ingeniero y responsable del proyecto.
La empresa ofrecerá viajes de unas cinco horas de duración, con dos horas de paseo espacial que quedarán por el recuerdo de los pasajeros. "Al margen de la misma experiencia de salir al espacio, buscamos la exclusividad y la personalización de los viajes, de forma que nuestros clientes puedan casarse, hacer experimentos científicos o probar el menú de su chef preferido con la Tierra al suyos pies", explica López.
"Nuestros clientes podrán casarse, hacer experimentos científicos o probar el menú de su chef preferido con la Tierra al suyos pies"
La exclusividad en la oferta tiene que ver con el alto coste de los vuelos. Hablamos de centenares de miles de euros. Unos precios sólo al alcance de los turistas más benestants, pero que suenan a calderilla si los comparamos con los 60 millones de euros que cuesta viajar al espacio con la Agencia Espacial Rusa, el operador que actualmente tiene el monopolio en el mercado del turismo espacial. "Contamos con menos capital que el resto de competidores que quieren entrar en este sector, pero gracias al diseño del globo propulsat por el helio, sabemos que llegaremos antes y con precios más competitivos. El Bloon es una solución ganadora a la cursa del turismo espacial", remarca el ingeniero.
Diseño e innovación
Bloon es un proyecto disruptiu, no sólo por el que significa la fabricación de un globo con capacidad para llegar al espacio, sino también por los materiales utilizados. La comodidad de los viajeros ha sido un principio fundamental en su diseño y, en este aspecto, la participación durante nuevo meses de un equipo de alumnos de Elisava dirigidos por cuatro tutores del centro ha sido esencial.
Entre sus aportaciones contamos la espuma de uretà que imita la estructura de un cartílago por las paredes de la cápsula, butacas compuestas por materiales como el Technogel –que se adapta a las formas del cuerpo-, o la iluminación con Papel de luces Led para mejorar la experiencia visual de los turistas. "Los estudiantes contribuyen con talento, ideas y materiales nuevos. Ha aportado un gran valor en la ergonomía y el aprovechamiento del espacio, hasta el punto de haber revolucionado del todo el diseño del interior del globo", afirma López.
El director general de Elisava, Javier Peña también valora positivamente la colaboración de la institución académica con Cero 2 Infinity. "Del mismo modo que ellos buscan ideas frescas, nosotros estamos interesantes en proyectos singulares y de futuro, y el diseño de Bloon se ajusta a estos parámetros".
"Los estudiantes contribuyen con talento, ideas y materiales nuevos. Ha aportado un gran valor en la ergonomía y el aprovechamiento del espacio"
De hecho, Peña valora la oportunidad que han encontrado para participar en un proyecto que califica de "innovación disruptiva". "Cuando conocimos la empresa vimos que querían soluciones radicalmente diferentes a las que hasta ahora se encontraban al mercado. Esto nos ha permitido investigar y encontrar materiales que son novedades en el mercado y que ya podemos utilizar, así como hacer un estudio integral de la experiencia, teniendo en cuenta tanto las necesidades de la empresa, como los condicionantes legales y la integración final del usuario con el globo para maximizar la experiencia a través de un espacio con capacidad para comunicar".
Peña también destaca la participación de un equipo de alumnos y tutores pluridisciplinari, con capacidad para entender el diseño de una forma holística. "Combinamos los estudiantes de ingeniería de diseño industrial, capaces de entender para adaptar los productos a las necesidades de la sociedad, con los alumnos del grado de diseño, que aportan la parte de la creatividad y la visión de futuro. Esta suma es la que nos trae a crear diseños disruptius y que, a la vez, son una realidad".
Tan reales como que en un par de años el Bloon iniciará la era del turismo espacial en Europa.