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Henokiens, un club muy privado

Para formar parte se debe acreditar al menos doscientos años de existencia continuada y que la empresa continúe en manos de la familia fundadora

 Los miembros de Les Henokiens en 2012 | Henokiens.com
Los miembros de Les Henokiens en 2012 | Henokiens.com
Barcelona
14 de Marzo de 2025

De asociaciones empresariales hay de todo tipo y en todo el mundo. Cada una de ellas tiene sus características propias, pero ninguna es tan singular como un club de empresas llamado Henokiens, del que seguramente la mayoría de la gente no ha oído hablar nunca. Este círculo reúne empresas que cumplen unas características muy difíciles de reunir, lo que lo hace extremadamente selecto. La clave es la antigüedad del negocio, que debe acreditar al menos doscientos años de existencia continuada, un filtro que solo un puñado de negocios de todo el mundo puede cumplir. Pero este no es el único requisito que se pide para ser miembro del club, porque también es necesario que la empresa continúe en manos de la familia fundadora, lo que limita muchísimo el derecho de pertenencia. De hecho, en este momento solo hay cincuenta y seis miembros.

 

El club fue creado en 1981 por quien entonces era primer ejecutivo de la empresa de licores Marie Brizard, Gérard Glotin, que además era descendiente del fundador. El negocio de los anises había sido creado por su antepasado en 1755 y en ese momento continuaba con pleno vigor y en manos de la familia. El nombre del club fue inspirado por Enoc (o Henoc), un personaje del antiguo testamento que vivió 365 años (una minucia comparado con su hijo Matusalén, que vivió 962, o con su pariente Adán, que también superó los novecientos). Bueno, según el Nuevo Testamento, Enoc realmente no murió, sino que ascendió al cielo sin pasar por el trágico de la muerte, de manera que es posible que el conteo continúe corriendo. Sea como fuere, Glotin pensó que este sería un nombre adecuado para su club y nunca se ha modificado en los más de cuarenta años de existencia de la entidad.

Entrando más en detalle sobre las normas del club, hay que decir que consideran que la propiedad se mantiene en manos de la familia fundadora si estos son titulares de, al menos, el 50% de los derechos políticos de la compañía y forman parte de los órganos de gestión. Además, se pide solvencia financiera.

 

¿Y quién es capaz de cumplir estos requisitos tan exigentes? Como decíamos antes, en este momento hay cincuenta y seis miembros, con mayoría de compañías francesas (15) por encima de las italianas (14) y las japonesas (10). El resto, muy minoritarias, pertenecen a Alemania, Suiza, Países Bajos, Bélgica, Austria, Reino Unido y Portugal. Hasta el año 2018, Catalunya tuvo un representante, pero el hecho de que la familia Raventós vendiera la mayor parte del capital de Codorniu al fondo de inversión Carlyle provocó que la firma de espumosos tuviera que abandonar el club. Recordemos que los orígenes de Codorniu se remontan a 1551.

La fachada de la sede de Codorniu
La fachada de la sede de Codorniu

Si consultamos la lista de miembros de los Henokiens, lo primero que llama la atención es la antigüedad del socio con raíces más profundas: el hotel Hoshi de Ishikawa (Japón) asegura estar en funcionamiento y en las mismas manos desde el año 717 (faltaba más de un siglo para el nacimiento de Guifrè el Pilós). El establecimiento dispone de un centenar de habitaciones y está especializado en cocina local, especialmente en mariscos. Según explica la familia propietaria, en aquel lejano 717 el monje budista Taicho Daishi subió a la cima del Hakusan para meditar. Una noche, mientras dormía, se le apareció la deidad guardiana del Hakusan y le reveló que a unos veintitrés kilómetros de distancia desde el pie de la montaña encontraría un pueblo llamado Awazu donde había una fuente de aguas termales aún no descubierta. Dicho y hecho, Daishi llegó a la aldea y descubrió la fuente oculta. Después de una serie de pruebas con enfermos y, al ver que se recuperaban milagrosamente, dio órdenes a un discípulo para construir allí un spa. Y hasta hoy.

La siguiente empresa en antigüedad tiene una historia bastante más prosaica: son la alemana The Coatinc Company (TCC) y se dedican a los acabados sobre superficies de metal desde 1502. En ese año, el maestro herrero Heylmann Dresler alquiló los hornos locales para llevar a cabo su trabajo, con lo que comenzó una historia familiar que dura ya más de quinientos años. Hoy en día facturan alrededor de 300 millones de euros y el 51% del capital está en manos de un descendiente de Dresler, Paul Niederstein (la otra parte del capital pertenece a un holding británico).

La tercera empresa del podio tiene relación directa con la industria de la guerra, porque se trata de la célebre fábrica de armas Pietro Beretta, de Brescia (Italia), con orígenes en 1526. Sus pistolas forman parte del Olimpo de las más conocidas del mundo, junto con las Colt, las Browning, y las Smith & Wesson. Aunque fijan el 1526 como inicio de las operaciones, en realidad el siglo anterior el negocio ya estaba en marcha, pero la razón de establecer la fecha indicada es porque la factura más antigua que se conserva es del 3 de octubre de ese año, cuando recibieron un pedido de arcabuces de la República de Venecia. La empresa hoy está gestionada por Ugo Gussalli Beretta, miembro de la decimocuarta generación. La matriz del holding factura 1.400 millones de euros.

Un caso catalán que parece cumplir todos los requisitos es el de Bassols, una firma del sector textil fundada en Vic en 1790 por José Bassols y todo parece indicar que continúa en manos de la misma familia

Quien no aparece en el listado es la empresa del fundador, la compañía de licores Marie Brizard. La razón radica en que en el año 2000, en medio de una fuerte crisis, la familia propietaria decidió vender un 70% del capital al grupo Duke Street, con lo que contravenían uno de los principios que ellos mismos habían definido cuando crearon el club.

Con Codorniu fuera del club, habría que ver si Catalunya puede tener más empresas candidatas a entrar en este club tan selecto. Un caso que parece cumplir todos los requisitos es el de Bassols, una firma del sector textil especializada en sábanas de alta calidad. La empresa fue fundada en Vic en 1790 por José Bassols y todo parece indicar que hoy día continúa en manos de la misma familia.