El primer vuelo de Ryanair a España no salió desde el aeropuerto del Prat ni desde el de Barajas. En 2002, un avión de la compañía irlandesa despegó desde Girona con destino a Frankfurt. Un vuelo con billetes a 10 euros y que tuvo una ocupación del 80%, con algunos asientos vacíos. Comenzaba la era del low cost en nuestro país con un modelo de negocio "peculiar": aviones con alta ocupación volando constantemente y aterrizando en aeropuertos secundarios, con millonarias subvenciones de las arcas públicas para llevar a cabo nuevas rutas. ¿Los precios? Muy atractivos para las clases populares, ya que se podía viajar a Londres por 12 euros o a Milán por 20
Un tercio de los ingresos de Ryanair se deben a los ingresos suplementarios, es decir, la venta a bordo de comida, bebidas, tarjetas de lotería y perfumes
El 2004 fue un año de inflexión para Ryanair en nuestro país, ya que rozó los tres millones de pasajeros desde Girona, y en plena apuesta de la aerolínea irlandesa, marcó su máximo en 2008, con 5,5 millones de usuarios. Ahora bien, ¿cómo lograba beneficios Ryanair con una política de precios tan ajustada si se comparaba con Iberia, que entonces reinaba en todos los aeropuertos españoles? En primer lugar, aparte de la gran ocupación de los aviones, destacaban los ingresos suplementarios y los servicios auxiliares. Es decir, la venta a bordo de comida, bebidas, tarjetas de lotería e, incluso, perfumes. Según explicaba la compañía a los medios de comunicación en la celebración de sus 20 años en España, un tercio de los ingresos provienen de este apartado. Recientemente, también han conseguido más ingresos gracias a las políticas de equipaje y facturación de maletas, la elección de asientos o Ryanair Priority, para ser de los primeros en entrar y salir del avión.
Otro elemento a considerar es la flota de aviones, ya que el 94% de ellos tiene el mismo tipo de aeronave, el Boeing 737. Un hecho que les permite reducir los costes que puede suponer la revisión, el mantenimiento y la reparación de la nave.
Una relación con Catalunya llena de altibajos
Ryanair, además de liderar la llegada de millones de turistas al país, también ha protagonizado diversas polémicas a lo largo de los años. Con la bienvenida a Catalunya llegaron los primeros elogios, ya que creó más de 100 puestos de trabajo en el aeropuerto de Girona y 1.000 más indirectos en una demarcación abierta al turismo con el atractivo de la Costa Brava. Había más de 40 vuelos diarios a Italia, Inglaterra, Alemania, Irlanda o Bélgica, entre otros. Ahora bien, rápidamente el sindicato UGT alertó de que muchos trabajadores cobraban el salario mínimo.
Ryanair creó 100 puestos de trabajo en el aeropuerto de Girona y 1.000 indirectos en la demarcación
Durante los últimos años, algunos pilotos de Ryanair han denunciado presiones de altos directivos para cargar los aviones con el combustible justo. Incluso, algunos de ellos aterrizaron de emergencia en Valencia por falta de gasolina. También ha sido acusada de vulneración del derecho a huelga, incumplimientos en la contratación, cesión ilegal de trabajadores, un ERE improcedente, rebajas salariales contrarias a la ley y el despido de los principales representantes sindicales.
Como curiosidad, la región que más dinero ha dado a Ryanair para que vuele a los aeropuertos es Catalunya. La aerolínea ha recibido fondos a través de la Generalitat, la Diputació de Girona y la Cambra de Comerç de Girona desde que comenzó a operar en el aeródromo gerundense y, solo entre 2008 y 2011, se embolsó 14 millones de euros a través de promoción turística. En total, la aerolínea irlandesa ha recibido como mínimo 112,7 millones de euros para abrir bases y volar a Girona, Reus y Lleida desde su llegada.
La región que más dinero ha dado a Ryanair para que vuele a los aeropuertos es Catalunya
De hecho, el think tank ecologista Transport & Environment explica que en 52 de los 214 aeropuertos a los que vuela Ryanair en Europa están subvencionados por el poder público.
Girona se "pone las pilas" y da la bienvenida a Transavia o Jet2
Con la crisis financiera de 2008, la reducción de las subvenciones y la apertura de Ryanair en Barcelona, la compañía hizo "caer" el número de pasajeros cada año en el aeropuerto de Girona: en 2016 cerró con 1,7 millones de usuarios. Al ver los cambios, desde el aeropuerto de Girona diversificaron el modelo operativo y dieron la bienvenida a aerolíneas como Transavia o Jet2, para convertirse en un área de influencia en Girona, Barcelona y también el sur de Francia.
Durante 2020 y en plena pandemia de la covid-19, Ryanair desapareció prácticamente de Girona con algún vuelo ocasional hasta que, para sorpresa, en 2023 anunció que volvía a apostar por el aeropuerto ubicado en Vilobí d’Onyar (la Selva) y reactivaba la base operativa. De hecho, durante el invierno de 2023 ofrecieron 42 frecuencias semanales de entradas y salidas respecto a las 10 que había en el invierno de 2022, lo que representa un aumento del 70%. Elena Cabrera, portavoz de Ryanair en España, Portugal, Francia y Marruecos, también se mostraba muy favorable a la llegada de la estación del AVE en el aeropuerto de Girona: "cuanto mejores sean las infraestructuras, más flujos puede haber".
Durante 2020, Ryanair desapareció prácticamente de Girona con algún vuelo ocasional
En estos momentos, Ryanair tiene más de 6.000 trabajadores en España y se prevé que puedan aumentar hasta los 10.000 durante los próximos años. Durante los últimos meses, Ryanair ha reforzado su presencia en Barcelona, donde es la segunda aerolínea después de Vueling, que recientemente ha celebrado sus 20 años de vida.
Por eso, sus vuelos a Barcelona durante mucho tiempo solo aterrizaban en Girona, exactamente a 90 kilómetros del destino imaginado. De hecho, los vuelos a Milán suelen aterrizar en Bérgamo, a 60 kilómetros. Y los que van a París aterrizan principalmente en Beauvais, a 89 kilómetros del museo del Louvre, a una gran distancia. Pero ahora Ryanair se está "consagrando" también en París al utilizar el término París Vatry como un aeropuerto a 164 kilómetros del destino. Prácticamente, se puede decir que, en la mayoría de los casos, se invierte más tiempo en llegar a París que en hacer el vuelo. Pero Ryanair es así. Con todos sus defectos y virtudes