"Termino a las 18 h del trabajo y mis compañeros me miran mal", "mi jornada laboral es de 8 a 17 h, pero podríamos decir que la duplico", "he hecho una entrevista de trabajo y me han dicho que no tendré vida personal, pero que avanzaré mucho laboralmente” o “envío correos el fin de semana así se nota que estoy presente”. Éstos son algunos de los comentarios que ha recibido VIA Empresa sobre las horas extras en Catalunya: un tipo de práctica muy arraigada y recurrente en nuestro país desde hace décadas. Las hacemos, no las cobramos y lo peor de todo, no las cuestionamos.
Como apunta Iván Ciudad-Valls, profesor de la UOC y experto en recursos humanos, “antes era bastante habitual en todas las actividades hacer un buen sobresueldo a base de horas extras, las cuales no se declaraban y se pagaban en dinero B. Todo esto es cosa del pasado y aunque todavía hay actividades que mueven dinero no declarado, la vigilancia y control de las autoridades competentes sobre el sistema ha hecho que todo haya cambiado mucho y ya no es tan habitual como antes de que los empresarios trabajen con dinero negro”.
Desde entonces se ha avanzado y, mucho, en el mercado laboral. Como consecuencia el 50% de la contratación de septiembre es indefinida, el registro horario cumple tres años y en breve se aprobará el Estatuto del becario, que regulará las prácticas abusivas de los más jóvenes. Sin embargo, las cifras de la encuesta de población activa (EPA) han hecho saltar las alarmas: el 49% de las horas extras no se pagan en España. Es el nivel más alto desde el segundo trimestre de 2020 y, obviando el período de la covid-19, el mayor porcentaje de los últimos cinco años, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Cristina Torre, secretaria de Acción Sindical de CCOO Catalunya, apunta que “hay un incremento de actividad económica con la recuperación de la salida de la covid-19 y todos los elementos de incertidumbre, de subida de precios, hace que las empresas no contraten a personas en paro y estiran las horas extras para no contratar. Es lo que se detecta en cualquier período de crecimiento económico y más cuando hay incertidumbre a causa de la guerra de Ucrania”.
Torre (CCOO Catalunya): "La salida de la covid-19, la incertidumbre y la subida de precios hace que las empresas no contraten a nuevos trabajadores y alarguen las horas extras de los trabajadores"
“En estos momentos existe un aumento de horas extras desde el último trimestre de 2021. Hace tres trimestres que se incrementan las horas extras, tanto las pagadas y no pagadas. Y en este último trimestre se produce un mayor incremento de las no pagadas, pasando de un 40% a un 49%. De ahí las cifras alarmantes”, continúa la sindicalista de CCOO Catalunya.
El escándalo de las 116.689.865 horas sin retribuir
“Somos un país en el que las empresas hacen mucho fraude con las horas extras. En el último mes se realizaron 4 millones de horas extras y casi la mitad, 1,88 millones, no fueron remuneradas. Por tanto, los trabajadores que las efectuaron ni han cobrado ni han recibido el descanso pertinente. Las organizaciones, aparte de hacer un fraude, están estafando a la sociedad, ya que no se cotizan y repercute en el estado del bienestar y los servicios públicos pertinentes”, apunta a VIA EmpresaNúria Gilgado, secretaria de Política Sindical en UGT de Catalunya
Gilgado (UGT): “Debido a la mala praxis con las horas extra se ha dejado de contratar a más de 2.400 nuevos trabajadores en Catalunya”
“Desde UGT hemos hecho una estimación con la pérdida de cotización de las horas que se realizan y no se pagan y el cálculo final es de 116.689.865 horas que no se han pagado. Es importante realizar el cálculo de cuántos puestos de trabajo estamos dejando de contratar debido a la mala praxis y el cálculo sale alrededor de 2.400 puestos de trabajo perdido en Catalunya”, remarca Gilgado.
El espejo norteño de Europa
"En Catalunya y en España hay un mercado laboral y gestión de la organización del trabajo que es muy presencialista y, si se sale puntual de la oficina, se interpreta que no estás trabajando lo suficiente", apunta la miembro de CCOO Catalunya. En cambio, “en los países nórdicos si una persona se queda tarde en su puesto de trabajo, se interpreta que le falta formación o que es ineficiente en su posición. Por tanto, se trata de un error, ya que se le debe asignar el trabajo según su jornada laboral", continúa Torre. La clave para la experta: hace falta más participación de los sindicatos en la organización del trabajo y dotar de mayor protagonismo su rol en las empresas, u observar con atención a Francia y Alemania, donde los derechos sindicales "son más amplios y con mayor capacidad de incidir en el trabajo".
Otro error, para la miembro de UGT es que en la cuestión cultural "tendemos a pensar que cuantas más horas de trabajo hacemos, más producimos. En cambio, según los informes de Eurostat, más horas no significa más productividad". El profesor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) Eusebi Colàs-Neila se suma a las reivindicaciones y añade que "creemos que debemos estar más horas y hacer más trabajo como un mecanismo informal de ir más allá del cumplimiento que legalmente debemos hacer". Colàs-Neila apunta que "nuestras jornadas laborales se extienden mucho respecto a nuestros vecinos europeos, sobre todo en las jornadas partidas con más de dos horas de descanso al mediodía".
Ciudad-Valls (UOC): "En toda Europa la jornada media de trabajo se ha reducido en la última década acercándose en muchos países a las 35 horas por semana"
"En toda Europa la jornada media de trabajo se ha reducido en la última década acercándose en muchos países a las 35 horas por semana. Es cierto que muchos países del norte de Europa están ya por debajo de las 35 horas, destacando los Países Bajos con una media de 31 horas o Noruega con 33. Es evidente que el papel lo aguanta todo y los datos nos dicen que la jornada ordinaria anual de algunos países europeos son de 200-300 horas menos que en España. En muchas ocasiones la realidad no es ésta, ya que en toda Europa se hacen horas extras no remuneradas. A pesar del derecho a la desconexión digital, muchas personas empleadas siguen trabajando por la empresa fuera de su horario de trabajo", destaca Ciudad-Valls.
"Así pues la diferencia está tanto en la jornada laboral como en el horario de trabajo, es decir, el tiempo que hay entre que inicias y finalizas la jornada diaria de trabajo. Por poner un ejemplo, en una oficina puedes estar ocho horas de jornada laboral y en algunos casos durante los descansos puedes llegar a dos horas entre el desayuno y el almuerzo, lo que hace que la persona trabajadora pueda estar dedicando diez horas, sin entrar a hablar del tiempo que pasas en los desplazamientos, de casa en el trabajo y viceversa. Otro ejemplo puede ser el sector del transporte donde la persona trabajadora no sólo conduce, sino que debe esperar a cargar o descargar, por averías, comida en la ruta, etc.", continúa el experto de la UOC.
¿Sirve el registro por horas?
El registro horario de los trabajadores de las empresas entró en vigor el 12 de marzo de 2019 con uno de los objetivos fundamentales de acabar con las horas extras sin remunerar. Desde UGT apuntan que "hubo mucho revuelo en las empresas, que lo calificaban de atentado y que con esta medida estaban volviendo al siglo XIX". Gilgado responde que "las relaciones laborales del siglo XIX sí que eran una esclavitud y gracias al registro por horas se han podido detectar fraudes". Sin embargo, y debido al inicio de la pandemia de la covid-19, se realizaron más de 4 millones de horas extras extraordinarias y el 51% de ellas no se pagaron, según UGT. "En los años posteriores bajaron las cifras, pero no suficientemente", continúa la experta.
Gilgado (UGT): "Muchas compañías manipulan telemáticamente los registros horarios de los trabajadores"
“A pesar de que el registro horario es obligatorio, hay muchas compañías que hacen trampas y lo manipulan. Algunas de ellas modifican los registros telemáticos y si algún trabajador ha puesto que ha trabajado diez horas al día, lo cambian a ocho”, remarca la sindicalista.
El rol de Inspección del Trabajo
Hace unas semanas, la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz afirmó que en España se realizan 27 millones de horas extras al mes, la mitad de las cuales no son compensadas. “La ministra dijo que esto era intolerable y que desde la Inspección de Trabajo activarían un algoritmo que fiscalizaría las horas no retribuidas. Este algoritmo parece que obtiene indicios en función de algunas variables como la plantilla, la cifra de negocio, etc., para aportar datos de horas extras no declaradas, pero por supuesto, esto debe evaluarse y verificarse por personas. Sin obviar también, que los Inspectores de Trabajo no tienen los suficientes recursos y están totalmente desbordados trabajando en condiciones precarias. Les falta personal y recursos en relación con la población activa que deben vigilar y controlar y, además de todas las nuevas necesidades que plantean las relaciones laborales, no se lo ponen nada fácil”, precisa el académico de la UOC.
Ciudad-Valls, profesor de la UOC, explica que “muchas empresas no han recibido ninguna visita de la Inspección de Trabajo por el tema de registro horario y es muy probable que todavía no se haya implantado en cuanto a calle, pero lo que dicen los datos de la EPA es que no ha tenido ningún impacto visible el registro de jornada obligatoria. Pero tampoco es tan fácil probar que se hacen horas extras no remuneradas porque ante la entrevista con los Inspectores de Trabajo deben ser las mismas personas trabajadoras quienes deben reconocer que lo están haciendo y después debe existir un sistema de registro de jornada”, sigue.
Gilgado: “En España sale más a cuenta no realizar el registro horario ni pagar horas extras, ya que la posible sanción puede estar entre los 600 y 6.000 euros”
La miembro de UGT comparte las declaraciones de Ciudad y remarca que “en nuestro país sale muy a cuenta no aplicar la ley, ya que muchas empresas han decidido que les sale más a cuenta una posible sanción que es muy baja y que está en torno a los 600 euros y como mucho pueden llegar a los 6.000 euros. Por tanto, es más baja la multa que pagar las horas extraordinarias no remuneradas. Al final ese registro no está siendo efectivo. Y, como se ha explicado antes, Inspección del Trabajo no da abasto”.
La industria ¿un buen ejemplo?
Para Ciudad, realmente "no hay ningún sector concreto ni ningún país de ejemplo en las horas extras, ya que es un problema global del mercado de trabajo en todo el mundo". “Es cierto que en aquellos sectores en los que hay mucha presencia sindical no es tan frecuente como otros. Por ejemplo: los funcionarios públicos tradicionalmente han gozado de retribución para alargar su jornada. Policías o médicos, entre otros funcionarios públicos, históricamente han excedido las horas extras anuales y éstas eran retribuidas, aunque en la actualidad, ya son compensadas con descanso. La misma condición de funcionario hace que tengan mayores facilidades para reclamar la contraprestación por horas extras realizadas y no compensadas”.
Gilgado (UGT): "El sector industrial es uno de los que más regulan las horas extras, mientras que la hostelería es el más fraudulento"
Por un lado, el sector industrial podría ser uno de los más regulados, ya que existen procesos productivos y está más establecido el precio de la hora extra, destaca Torre. "Sobre todo por picos de trabajo puntuales", continúa. Por otra parte, Gilgado explica que “el sector más fraudulento es el de la hostelería. Utilizan la siguiente fórmula: te contrato por 4 horas, trabajas 12 y te pago 8”. Incluso la experta precisa que en ferias como el Mobile World Congress y la vanguardia de la tecnología “se realizan contratos de 8 horas y se trabajan 12 y 14 diarias. Y también en sectores calificados como la abogacía, en el que puedes llegar a trabajar entre 10 y 12 horas diarias, sin remuneración extra”. Por tanto, las empresas no quieren acabar de contratar y estiran las horas extras para realizar las actividades sin contratar gente, continúa Torre.
En cualquier caso, siempre que exista una relación laboral el registro de la jornada aportará una prueba judicial de cuál es la jornada real y esto abre la puerta a nuevas reclamaciones. Otra cosa son los falsos autónomos que están fuera de todo control. Pero esto es ya por otro capítulo.
La trampa de las horas extras en Catalunya tiene un elemento ligado a la incertidumbre del momento, al modelo laboral, al miedo a perder el trabajo y a un elemento cultural que será difícil de cambiar: “Termino a las 18 h del trabajo y los compañeros me miran mal”.