El director general de la empresa mallorquina Huguet, Biel Huguet, estudió arquitectura técnica en la UPC y acabó de formarse en Londres en 1995 como project manager. Un año más tarde murió su padre: "Yo estaba matriculado para estudiar ingeniería industrial, pero entonces cogí la empresa con 23 años", recuerda. En aquel momento ya hacía dos años que su padre sufría cáncer y la empresa casi estaba parada. "Con un socio más la reabrí y reenfoqué a la rehabilitación", dice. Huguet hoy en día es una empresa dedicada a la producción de hidráulicos y terrazzo (también llamado marmolina o piedra artificial), vende en todo el mundo y colabora con marcas con tanto de renombre como Nike, Camper, Manolo Blahnik o Loewe.
Hidráulicos en el Mediterráneo
Huguet es una de las empresas de referencia del diseño y la arquitectura tanto en Baleares y el conjunto del Estado español como a escala internacional. Ha sido finalista a los premios FAD en varias ocasiones y también lo ganó hace cuatro años. Huguet marca tendencia.
"Lo más importante de Huguet es la historia y los valores, no es sólo diseño o productos guapos, también fabricamos"
"Lo más importante de Huguet es la historia y los valores, no es sólo diseño o productos guapos, también fabricamos", remarca el gerente de la empresa. Huguet ha puesto al día productos tradicionales que habían caído en desuso. "Hasta los años 50 o 60 todo el arco mediterráneo estaba lleno de hidráulicos, entonces desaparece y se sustituye con porcelánico", dice. A partir de los años 90 se vuelve a recuperar lentamente esta tradición con el nuevo auge de la rehabilitación, "y nosotros somos de los primeros a dedicarnos".
La empresa la fundó el abuelo de Huguet en 1933: "En aquel momento había 100 fábricas de cemento e hidráulico en Mallorca, era fácil de fabricar y cada barriada lo hacía", rememora. Era la época hegemónica del cemento en todo el arco mediterráneo: vigas y bloques.
En una segunda etapa, con el auge económico turístico y la llegada de inmigración, la empresa se reenfoca a la producción de vigas y bloques industrial, una baldosa más pequeña y barata de producir: "En los 60 y 70 un cierto nuevoriquismo mal entendido nos hace creer que todo aquello tradicional y del pasado nos recuerda a cuando éramos pobres, y esto da lugar a materiales como PVC, gres, moquetas, para derrocar arcos de piedra", explica. La hegemonía del hidráulico desaparece.
Los turistas venidos después de las olimpiadas les atraía el modernismo de Gaudí: "Hidráulico, piedra artificial, vidrio, madera, hierro forjado, oficios que habían desaparecido, a partir de entonces la rehabilitación vuelve después de 30 o 40 años de auge turístico y destrucción de la arquitectura tradicional. Cuando yo estudiaba la asignatura de moda era rehabilitación", recuerda. La construcción de segundas residencias de alemanes a la isla ayudó a este renacimiento de la arquitectura tradicional.
Diseño e innovación en el suelo
El padre de Huguet era poeta, "vivía de la fábrica pero no le interesaba mucho" y la fábrica sobrevive produciendo vigas y bloques de cemento. Cuando la tercera generación aterriza, la propuesta es rehabilitación y mercado local. Pero en veinte años la empresa pasa de hacer producto local a internacional y contemporáneo.
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Material noble, de calidad y personalitzable, manual, único y de producción local. Las redes sociales han ayudado a dar un impulso internacional a Huguet. Y han hecho que actualmente la rehabilitación sea anecdótica.
Y por supuesto, además de diseño, también hay innovación. Huguet produce terrazzos con zapatillas Nike trituradas para la sede aleman de la marca; han hecho las tiendas de Camper de París o La Roca; la tienda de Manolo Blhanik en Hong Kong; restaurantes para José Andrés en Orlando y Dubai; varias tiendas de la marca de lujo Isabel Marant. "Cosas muy chulas, modestamente", ríe.
Las exportaciones de huguet han pasado del 6% al 40% en seis años y la facturación ya se ensarta hasta los 2,1 millones de euros
También han realizado proyectos con los arquitectos Herzog & De Meuron, como el edificio Forum de Barcelona, "pero también hemos hecho prototipos con Gheri Arquitectura, Norman Foster, David Chipperfield, Barozzi Veiga, David Chipperfield y MVRDV", arquitectas de primer nivel internacional. Así, el 40% de su producción se dedica a la exportación internacional y "este año esperamos que sea más, mientras hace seis años era un 6%".
Como otras muchas empresas, la crisis del 2008 les dio el empujón que hacía falta para hacer el salto hacia la internacionalización. La empresa cuenta con una plantilla de 30 personas y trabaja para todo el mundo: desde Europa, sobre todo Reino Unido, hasta Singapur.
El crecimiento de la empresa está íntimamente ligado a las ventas al exterior, y si bien la insularidad no representa un gran obstáculo para Huguet, las barreras como por ejemplo encontrar personal cualificado si que pueden significar un freno para su actividad, remarca el gerente.
El 2015 la empresa facturaba 800.000 euros y este último excercici lo cerraron con casi 2 millones de euros. "En cuatro años hemos crecido mucho con una apuesta potente para comunicar e innovar", remarca. Y en parte es mérito de su Instagram, con más de 60.000 seguidores.
El futuro de Huguet está ligado a "una arquitectura innovadora, creativa y con carácter, profesionales que quieren algo especial, siempre habrá alguien que quiera piezas hechas a medida", dice. Y para estos arquitectos Huguet estará disponible. Paralelamente, la marca hace colaboraciones con diseñadores. Actualmente prepara una con Pentagram, la empresa de diseño más grande del mundo. "El coronavirus ha atrasado la presentación", explica.
Oficio y afecto por la arquitectura y el diseño. Del terrazzo tradicional al terrazzo con Nike. "Esto es el que ofrecemos al mundo", concluye Huguet.