Seguramente, en alguna calle, aparcadas, en movimiento o donde sea, todos hemos visto una moto Cooltra. Ahora se mueven por todas partes, pero ya hace 14 años que nació la empresa. Todo empezó cuando su CEO, Timo Buetefisch, vino a Barcelona y se le estropeó su moto. No tuvo alternativa y fue entonces cuando pensó en que podría ser una buena idea montar algo enfocado tanto al turismo como la ciudadanía local. Así lo explica el portavoz de la empresa, Jan Trullàs, en una conversación con VIA Empresa, en que recuerda que su objetivo es tanto ayudar a la gente como a las empresas en su movilidad.
Desde 2006, Cooltra ha crecido muchísimo y ahora ya forman parte de la compañía más de 400 personas. "Es como el Netflix de las motos", apunta Trullàs, que subraya que han cubierto un "espacio de mercado libre" con un alquiler a largo plazo donde está todo incluido "y no te tienes que preocupar por nada". De hecho, Cooltra tiene la flota más grande de Europa con unas 16.000 motos repartidas por todas partes y tienen tres vías diferentes de negocios: los particulares, las empresas y las administraciones públicas.
Si bien es cierto que cuentan con clientes como Domino's Pizza -con más de 700 motos alquiladas- o JustEat -con unas 200-, también lo es que ahora mismo donde juegan fuerte es en el terreno público. Y es que, según el portavoz de Cooltra, "la empresa pública es como el espejo" porque entonces las empresas privadas se suman al carro de la movilidad eléctrica. De hecho, ellos fueron los primeros en alquilar motos a través de una app y crearon un "modelo muy importante" que ya está totalmente implantado en grandes ciudades como Barcelona, Madrid, Valencia, Lisboa o Milán, entre otros. Y este es el principal motor de la empresa.
Camino de la nueva movilidad
Aquí tienen mucho terreno de juego y más ahora que la covid-19 ha hecho rebajar las peticiones turísticas de alquileres de motos. "El turismo ha caído", admite Trullàs, que añade: "El motosharing lo hace la gente de la ciudad, la persona que va a trabajar". La pandemia, pues, les ha traído "nuevas oportunidades". La gente con miedo al transporte público ha apostado por el alquiler de motos eléctricas y, además, muchas empresas que "quieren la alternativa de la movilidad sostenible" ofrecen esta opción a sus trabajadores.
Y no sólo esto. Negocios que antes del coronavirus no habían pensado en hacer repartos a domicilio, también han optado por esta opción de la mano de Cooltra, cosa que les ha hecho "aumentar el negocio". "Estamos contentos porque realmente no nos esperábamos que la remontada fuera tan rápida y que los resultados volvieran a ser buenos en un periodo tan corto, lo esperábamos peor, y tenemos optimismo por el simple hecho de sobrevivir", aplaude Trullàs.
Trullàs: "El ICF nos ha ayudado a poder mantener las relaciones que tenemos con terceros y a continuar invirtiendo en los proyectos que teníamos previstos"
En este sentido, la empresa garantiza una seguridad 100% contra el virus puesto que todavía higienizan más las motos, los cascos y todo lo que gira en torno a su alquiler.
Todo ello ha sido posible gracias al Instituto Catalán de Finanzas (ICF), que ha concedido un préstamo de 1,6 millones de euros a la empresa. "Nos han ayudado a poder mantener las relaciones que tenemos con terceros y a continuar invirtiendo en los proyectos que teníamos previstos", asegura el portavoz de Cooltra, que sentencia que, en definitiva, "nos han ayudado a mantener la actividad normal". "No cerraremos con la facturación que esperábamos, pero estamos muy contentos".
El ICF puso en marcha a principios de la crisis sanitaria diversas líneas de financiación para apoyar al tejido económico. El crédito a Cooltra, asegura la entidad, además de dar liquidez a la empresa en tiempos complejos, también pone de relieve el apoyo y compromiso del ICF verso las iniciativas de micro movilidad sostenibles que apuestan por energías no contaminantes.