Cuando Laia Comas fue de Erasmus a Lisboa hace trece años se encontró con algunas dificultades para encontrar alojamientos más allá de las residencias de estudiantes. A raíz de esta experiencia, nada más volver a Barcelona decidió iniciar el proyecto Inèdit para alquilar habitaciones a estudiantes para ofrecer pisos preparados y donde compartir experiencias con otros chicos y chicas de todo el mundo. Más de diez años después, gestiona unas 120 plazas y ahora han abierto el primer alojamiento fuera de Barcelona,
De Lisboa a Barcelona
"El 2010 fui a Lisboa para hacer el Erasmus con dos amigos y nos cuesta muchísimo encontrar alojamiento", explica Laia Comas. A través de una empresa, encontraron un piso espectacular, pero que al llegar, vieron que no estaba amueblado. Tampoco encontraron oferta de alquiler de habitaciones. Al cabo de unos meses se trasladó a otro piso, que era más viejo, pero lo compartió con personas otras nacionalidades.
"La experiencia de vida fue mucho más increíble", recuerda. "A raíz de mi experiencia pensé si la gente que llegaba a Barcelona para estudiar o trabajar tenía todos estos problemas. Y surgió el proyecto de Inèdit cuando volví", detalla.
Una experiencia inédita
El objetivo era que cualquier persona que llegara a Barcelona para una estancia larga se encontrara un piso totalmente preparado, al mismo tiempo que viviera una experiencia con otras personas de todo el mundo con intereses similares y a la vez conociera la ciudad y la cultura. "De aquí surge el nombre de Inèdit, una experiencia de vida que te pasa una vez a la vida", resume la fundadora.
Y así el 2011 alquila el primer piso en Barcelona por realquilar las habitaciones, con todos los trámites legales necesarios, y espacios compartidos. Y con una calidad y bienestar primordiales. Fue en agosto y en septiembre ya lo tenía todo alquilado. "Quedé con ellos para ir a cenar, les enseñé Barcelona, vamos a ver castellers y surge la experiencia inédita de vivir la experiencia e integrarse", destaca.
Es un modelo de innovación?
Desde fuera puede parecer que el modelo de realquilar de habitaciones hace años que existe, pero Laia Comas destaca que desde Inèdit ofrecen mucho más: "Hasta entonces, en Barcelona, para un público estudiante o profesional, la oferta era una residencia de estudiantes o el típico piso de estudiantes y amigos". El primero, apunta, un concepto más frío. El segundo, sin la experiencia de compartir vida.
"Nosotros aportábamos el nuevo concepto de coliving, que ya existía en los Estados Unidos. Pretendíamos crear pequeñas familias con personas de todo el mundo dentro de una vivienda, con toda la libertad. Si llegas solo a Barcelona, tienes acceso a una vivienda con personas en una situación similar a la tuya", enfatiza.
El perfil de coliver
Inèdit se dirige a estudiantes universitarios o de posgrado y doctorados, pero también a emprendedores, investigadores o nómadas digitales, un modelo de vida que ha crecido a raíz de la pandemia. Comas destaca que un hecho que los diferencia es el filtraje de los inquilinos, puesto que a través de entrevistas previas conocen los candidatos y los unen a pisos con personas con quienes comparten intereses o gustos.
"Esto no existía, fue totalmente innovador el 2012. Además de la experiencia de integrarse, que te lleven a ver castellers, comer calçots, etc.", insiste. La estancia media es de entre seis y ocho meses.
De Brasil a Australia
Con estas premisas abrieron el primer piso y los primeros inquilinos lo conocieron a través de Facebook. Fueron jóvenes de entre 20 y 27 años de Portugal, Lituania y Alemania que llegaban a Barcelona para hacer un intercambio o el Erasmus.
Y a partir de aquí empiezan a alquilar más pisos para ampliar la oferta, con un crecimiento sólido y siempre con recursos propios. Cuando llenaba un piso, alquilaba otro. Rusia, China, Japón, Tailandia, Polinesia o Latinoamérica son algunas de las regiones de origen de estudiantes y trabajadores que han pasado por Inèdit durante su estancia a Barcelona.
Laia Comas: "Somos unos grandes embajadores de Barcelona y Catalunya"
"Somos unos grandes embajadores de Barcelona y Catalunya y atraemos personas con formación y que vienen a integrarse, conocer y descubrir", celebra.
Han tenido gente de todos los continentes, destacando los europeos: "La diferencia de culturas a veces puede ser una dificultad para convivir, pero es muy enriquecedor, siempre aprendes cosas. Y le enseñamos nuestra cultura, nuestra manera de hacer. Comer calçots es alucinante para muchos".
La Covid como punto de inflexión
Inèdit continúa su crecimiento hasta que a inicios de 2020 tienen una comunidad de más de 150 personas. Ya antes, habían ampliado su abanico para atraer un público más adulto, de investigadores o trabajadores, que pasan temporadas en Barcelona.
Y llega la Covid, lo que supone un golpe muy importante para Inèdit. La llegada de personas se desplomó y muchos pisos, que alquilaba Inèdit directamente, se quedaron vacíos. Esto los obliga a reducir un 50% la oferta de plazas y empiezan a cambiar el modelo de gestión: además de alquilar directamente los pisos, empiezan a gestionar viviendas de otros particulares.
Con el sistema de Inèdit, la rentabilidad para los propietarios es más elevada. Además, presumen de no haber tenido ni un solo impago en doce años.
Los nómadas digitales
Pero la Covid-19 también supone un cierto cambio de paradigma. La figura del nómada digital, emprendedores y jóvenes que teletrabajan o impulsan nuevos proyectos desde cualquier punto del mundo, han aumentado. Y Barcelona es una de las ciudades preferidas para instalarse y opciones como Inèdit los aportan espacios cómodos y nuevas experiencias, también para compartir conocimientos con perfiles similares y tejer comunidades.
Laia Comas: "Tienen una calidad de vida que en el centro de Barcelona es imposible"
Esto ha llevado a Inèdit a ir más allá de Barcelona y ya gestiona la primera vivienda fuera de la capital catalana: una casa unifamiliar en Bellaterra. Estos nómadas ya no necesitan estar cerca de centros de trabajo y algunos prefieren vivir en zonas más tranquilas, casas más grandes y espacio exterior. En poco tiempo ya han alquilado todas las habitaciones.
"Tienen una calidad de vida que en centro de Barcelona es imposible", sentencia. Ya están buscando otras viviendas similares en Bellaterra, Cerdanyola o Sant Cugat. Además, a medio plazo, quieren valorar el Pirineo o la costa, también cómo una nueva forma "de explorar y descubrir Catalunya". Pero con el mismo modelo de estancias largas.
La consecuencia del precio de la vivienda?
En los últimos años, Inèdit ya se abrió a perfiles más adultos. Pero Laia Comas también apuesta por el coliving cómo una opción alternativa a las residencias por gente mayor o incluso por familias. Aún así, es un modelo que puede esconder las consecuencias del incremento del precio de la vivienda en las grandes ciudades con la única alternativa de tener que compartir piso con desconocidos.
"No es real que el coliving surja a raíz de las subidas de precio de la vivienda. Surge por las necesidades de vida de las personas, es una nueva manera de vivir por nuevas generaciones, hacer de la vivienda un servicio", asegura Comas, que concluye: "Yo no me planteo hacer la compra de una vivienda por toda la vida: hay la parte económica, pero no me veo viviendo 30 años en la misma casa".