Las exportaciones en Catalunya hace ocho años que no paran de crecer y ya son 17.000 las compañías que apuestan por abrir nuevos mercados en el extranjero. El país se ha abierto al mundo y su economía, también. Pero que hay detrás de la internacionalización de la empresa catalana? El Tribuna, organizado por Sant Cugat Empresarial, ha reunido en la Masía Rosàs de Sant Cugat del Vallès a representantes de Grifols, Moventia y Eurofragance, tres compañías punteras en su sector, para analizar el proceso de poner en marcha nuevos negocios más allá de las fronteras catalanas.
Y una de las primeras reflexiones es si una compañía se lanza a la internacionalización por la vocación de crecimiento o por la necesidad de sobrevivir. A menudo, los dos factores son indestriables. "Mi abuelo hace 109 años tenía vocación de ir fuera, ya hizo el doctorado en Alemania", ha explicado Raimon Grífols, Co-Ceo de la farmacéutica con sede en Sant Cugat. Así, "la vocación siempre ha sido". Pero en 80 surgió también la necesidad: "La administración no pagaba y, si queríamos seguir vivos, teníamos que irnos". El 2019, Grífols concentra el 75% de ventas, producción y plantilla en los Estados Unidos y con suyos por medio mundo.
Vicepresidenta corporativa de Moventia: "Convertir una mala experiencia en una oportunidad"
"Fue una vocación y una oportunidad de crecimiento", ha asegurado Santiago Sabatés, presidente de Eurofragance, una compañía nacida en los 90 y que "siempre ha considerado el mundo" su azulejo de juego. "Estamos en un país y un mercado pequeño. Nacer en España te obliga a salir si quieres tener un cierta medida", ha añadido. Hoy en día, esta compañía de fragancias dispone de sedes y centros de producción en países como Dubai, India, Singapur, México y Estados Unidos.
La historia de Moventia, empresa dedicada al transporte de personas y a la venta de vehículos privados, también bebe de la internacionalización. El fundador de la compañía, casi centenaria, fue el abuelo de SílviaMartí, actual vicepresidenta corporativa de Moventia; y después de la Guerra Civil tuvo que ir a Francia y empezar de cero. "Convertir una mala experiencia en una oportunidad", resume. Así, durante la crisis financiera iniciada el 2008, la empresa volvió a mirar hacia el mundo, principalmente para exportar su conocimiento en la movilidad de las personas. Y actualmente tiene proyectos de movilidad en Helsinki, Francia, Perú y, incluso, a La Meca. "Hay vocación, pero también necesitado", concluye.
La adaptación en el nuevo país
Los tres empresarios han coincidido al remarcar que es clave conocer el país donde quieres abrir negocios y para hacerlo es imprescindible contar con personas de confianza que conozcan el terreno. "Es clave ponerte en el lugar de los otros cuando llegas a un país, hay culturas muy diferentes", ha asegurado Raimon Grífols, que añade: "Siempre confiamos en una persona local".
Para Santiago Sabatés, la adaptación a la cultura empresarial del país es básica para sacar adelante nuevas áreas de negocio. "Somos una compañía multicultural, no actuamos de manera colonial sino integradora y damos autonomía a las regiones", enfatiza el presidente de Eurofragance.
Pero a menudo no es sencillo. Y pueden haber contradicciones morales. Así lo ha explicado Sílvia Martí: "Yo a La Meca no he ido ni me dejarán entrar". Y lo tiene claro: "Si hay cultura diferente, tienes que hacer un ejercicio de empatía y tener cintura".
La huella catalana
Y en un contexto global, con suyos y ventas en todo el mundo, que queda de la identidad de una empresa? "Las ventas son americanas, pero el ADN es de aquí, es muy importante mantener las raíces", afirma el co-Ceo de Grifols, que tiene claro que si se pierde la identidad, en su caso la catalana, la empresa quedaría reducida a "números, acciones y bolsa". "Se tiene que mantener el corazón", remata. Y esta voluntad se traduce en las sedes de Grifols en todo el mundo, donde intentan divulgar su identidad a trabajadores y socios: "Se los enseñamos qué comemos aquí".
"Intentamos mantener la cultura de empresa allí donde vamos, porque exportamos un modelo de negocio y no un producto", expone por su parte la vicepresidenta corporativa de Moventia.
Raimon Grifols: "Yo no me siento nada estimado ni en Catalunya ni en España"
A pesar de la voluntad de mantener las raíces en sus negocios en todo el mundo, a menudo este amor no es correspondido. Así lo ha sentenciado, de manera muy contundente y con resignación, Raimon Grífols: "Yo no me siento nada estimado ni en Catalunya ni en España. Se sienten más orgullosos de nosotros en otros lugares. Aquí, nadie te quiere ayudar, no sé si es por envidia. Estamos más a gusto a otros lugares". Y ha rematado: "Nadie te quiere ayudar en nada ni tienen orgullo. En Suiza están orgullosos de Novartis y nosotros somos una de las farmaceuticas grandes, y nadie está orgulloso del nuestro I+D o inversiones, les importa un bledo".
Una opinión compartida por Santiago Sabatés, que pone un ejemplo por visibilitzarlo: "Yo cojo un avión y voy a los Emiratos Árabes y me recibe el ministro. Al embajador español lo invito a la celebración de los 25 años de la empresa, viene dos horas tarde y ni nos conoce".
Y el presidente de Eurofragance lo relaciona con el hecho que en el Estado español "el éxito está mal valorado, se le da un contenido malicioso y se lo intenta perjudicar". Y lanza un mensaje claro en la clase política: "No ha sabido dar valor a las empresas. Echo de menos valentía política para decir que los empresarios somos buenos compañeros de viaje".
En este sentido, Sílvia Martí ha recomendado que comunidades autónomas y países defiendan más su talento local, por ejemplo en concursos públicos y con la legislación. Y es que mientras Moventia gestiona el sistema público de bicis en Helsinki, entre otras, en Barcelona el Bicing era gestionado por una compañía norteamericana. "Vas al País Vasco, en cambio, y te encuentras una barrera gigante", señala.
La fiscalidad, una excusa para la internacionalización?
Tanto desde Grifols como Eurofragance han asegurado que no miran las ventajas fiscales de los países para escoger su próximo destino. Aún así, la farmacéutica tiene algunas de sus sedes en Irlanda, un espacio con una fiscalidad muy reducida: "Pagar impuestos está bien, porque quiere decir que ganas dinero, pero cuanto menos se paguen mejor". Y pone precisamente el ejemplo de Irlanda: "Hace quince años no eran nada y hoy es impresionante, en talento, trabajo, empresas". Un hecho que, según dice, merece una reflexión.
"A nosotros no nos mueve la fiscalidad, vamos a lugares donde hay talento y hay mercado", ha expuesto por su parte el presidente de Eurofragance, a pesar de reconocer que, por ejemplo en Singapur, hay muchas ventajas: "No queremos administraciones business friendly, pero que al menos sean neutrales".
Más allá de la fiscalidad, sí que consideran que hay países donde abrir y hacer negocio es mucho más sencillo, como pueden ser Estados Unidos, Singapur o Dubai. Como ejemplo han puesto que en los Estados Unidos, por ejemplo, toda la burocracia de compraventa de una empresa se puede hacer electrónicamente. "En Estados Unidos se puede hacer en treinta minutos y nosotros traemos años en Perú", ha resumido la vicepresidenta de Moventia, en relación a un concurso que ya tienen adjudicado sobre movilidad personal y que todavía no ha arrancado.
Directora general de Industria: "La internacionalización es clave para ponernos en el mundo"
"La internacionalización es muy importante y en un país pequeño más", ha enfatizado Maria Matilde Villarroya, directora general de Industria de la Generalitat, presente también en el Tribuna Sant Cugat Empresarial. En este sentido, ha destacado el impulso de la economía catalana: "Con la crisis, el empresario vio que el mercado catalán se le hacía pequeño y miró fuera. Hace ocho años que crecen las exportaciones y Catalunya es la primera comunidad autónoma exportadora, con un 25% del toda, y la segunda es Andalucía a mucha distancia, con un 11%".
Además, ha reivindicado el papel de la administración, especialmente a través de las oficinas al extranjero para ayudar a la internacionalización y captación de oportunidades por el país: "Cada euro que ponen en una oficina, se convierte en 39 euros en exportaciones y 16 euros en inversión extranjera". "La internacionalización es clave para ponernos en el mundo", ha finalizado.
Por su parte, el presidente de Sant Cugat Empresarial, Joan Franqueza, ha reclamado en la clase política que colabore porque Sant Cugat "continui siendo un referente empresarial" y se trabaje de manera conjunta entre el sector privado y público. "Somos una ciudad que pone alfombra roja a las empresas", ha asegurado la alcaldesa de Sant Cugat, Carmela Fortuny.