La elegancia de James Bond, la personalidad de James Brown y el amor por las marcas es el origen de James Brand & Co, una agencia de creatividad nacida en Barcelona que ha revolucionado el sector. "Queríamos crear un concepto nuevo de agencia, renovar una idea que había quedado obsoleta y actualizarla para los nuevos tiempos", explica su fundador, Jordi Albert García, que puso en marcha el proyecto hace 14 años.
Empezaron a trabajar con comercios y pequeñas empresas. Poco a poco fueron ganando visibilidad y el boca-a-boca hizo el resto. Actualmente, trabajan con empresas cómo Inditex, Munich, Grupo Planeta, CaixaBank o Telefónica diseñando campañas publicitarias, eslóganes o logotipos o contenidos audiovisuales.
Albert García: "Si quieres ofrecer ideas diferentes, necesitas cerebros diferentes"
"Si quieres ofrecer ideas diferentes, necesitas cerebros diferentes". Con esta premisa nació James Brand & Co, que en su equipo incorporó ingenieros, psicólogos, filósofos, músicos, fotógrafos, arquitectos o economistas con experiencia en el mundo publicitario. Una unión nunca vista en el sector. El objetivo era "pensar diferente de verdad". "Si no, las ideas acaban siendo muy similares. Tenemos una riqueza cultural y de perfiles diferentes, te permiten tener ideas y resultados diferentes. Ideas frescas y que no se asemejen al resto", resume.
Un concepto disruptivo para destacar en una época donde la población recibe centenares de mensajes cada día a través de múltiples canales. Muchos quedan en el olvido y solo unos pocos cumplen el objetivo de entrar a los ciudadanos. "Una agencia sin clientes, sino con fans", resume.
El proceso creativo
La creatividad como bandera
Uno de los grandes momentos es siempre el proceso creativo, cuando se pone en marcha la maquinaria (el cerebro) de los trabajadores para extraer una nueva idea, que es completamente diferente si sale de un ingeniero o un psicólogo. "Posamos todas las ideas sobre la tabla y los directores creativos, que lideramos la mejora de las ideas, le damos forma", destaca el fundador.
Esta frescura y transversalidad es lo que fue llamando la atención de grandes marcas: "Todos buscaban frescura y fórmulas nuevas. Están acostumbradas a trabajar con grandes grupos internacionales de agencia, de formatos más rígidos. Nosotros tenemos más capacidad de flexibilidad, muchas ganas, motivación. Y un formato nuevo".
De Barcelona a Nueva York
James Brand & Co empezó su trayecto compartiendo oficina con otras empresas en Barcelona. Poco tiempo después, abrieron un segundo espacio en la capital catalana y el crecimiento se fue consolidando. Después dieron el paso con una delegación en Madrid, País Vasco y Baleares.
Y pocos años después de su creación, ya cuenta con equipos creativos a BuenosAires, Osaka, Nueva York, Miami, Berlín o Amsterdam. Y ya preparan su aterrizaje en Francia e Inglaterra. A menudo con gente local: "Nos aporta el punto de vista desde otros ambientes y ciudades, otro prisma". Entender la cultura y la forma de ser de cada lugar es imprescindible para obtener los mejores resultados.
Albert García: "Las grandes ideas o el eslogan mundial tiene su realidad en una ciudad o zona, se tiene que aterrizar el mensaje"
"Las necesidades de las marcas en parte son globales y responden a una política de marca corporativa. Pero después existe el hecho local. Las grandes ideas o el eslogan mundial tiene su realidad en una ciudad o zona, se tiene que aterrizar el mensaje". James Brand & Co cuenta con una treintena de trabajadores y tiene una facturación anual de unos 2,4 millones de euros, sumando los negocios de las diferentes empresas del grupo. Stradivarius, Reebok, Amnesia, Decimas, Adidas o Danone son otras empresas con quienes trabajan.
Actualmente, el grupo está trabajando para poder ampliar su red de agencias propias durante los próximos años creando su incubadora de start-ups, un laboratorio propio de neuromarketing, un observatorio de nuevas soluciones disruptivas en marketing, un bufete de asesoramiento legal para branding y campañas creativas y una consultoría en marketing deportivo.