Entusiasta, comprometido, ilusionado y con ganas de contribuir a la sociedad. Así es como le gusta presentarse a Josep Ametller (1974), un conocido empresario catalán que forma parte de la octava generación de una familia de campesinos del Penedès. Recientemente, se ha propuesto formar parte del "club de las 5 h", es decir, despertarse a primera hora de la mañana para ser más eficiente, productivo, estratégico y evitar cualquier distracción del día a día. El menor de los cinco hermanos Ametller, junto con su hermano Jordi Ametller, se puso "manos a la obra" a inicios del nuevo siglo y, con tan solo 30.000 euros de presupuesto, empezaron a levantar lo que hoy se conoce como Ametller Origen. ¿El resultado dos décadas después? 143 tiendas en toda Catalunya, una cuota de mercado del 3,5%, 4.000 trabajadores y una facturación que ronda los 552 millones de euros anuales.
Con tan solo 30.000 euros de presupuesto, Josep Ametller y Jordi Ametller "levantaron" Ametller Origen
¿Qué les motivó a buscar fruta, productos frescos y verduras? Sobre todo sus orígenes, ya que desde pequeños, abuelos, padres y nietos —once personas en total— vivían juntos en una pequeña finca, mientras cultivaban sus viñedos. Los Ametller iban al mercado ambulante y Josep, que era el más pequeño, tomó las riendas de la vocación cuando muchos de sus hermanos optaron por otros caminos en la vida. "Quería repetir en el futuro la experiencia de cerrar el círculo, es decir, recolectar el producto fresco y venderlo en el mercado", declara en una conversación con VIA Empresa.
Posteriormente, trabajó durante ocho años en Alcoa, una empresa americana que tenía presencia en el Penedès. Ametller explica, divertido, que fue la única entrevista de trabajo que ha hecho en su vida y que le salió bien, porque lo contrataron para el puesto. Durante esos años, le gustaba el trabajo, tenía reconocimiento y una buena remuneración, pero sentía que la vocación de emprendedor lo perseguía y le propuso a su hermano Jordi el camino que sería el futuro Ametller Origen. De los mercados ambulantes, pasaron a pequeñas tiendas de calle, cada vez más grandes, hasta un recorrido de más de 23 años de historia.
Vivir el día a día con tu hermano
"Jordi y yo tenemos la suerte de ser la primera generación del negocio y eso cambia todo el paradigma", declara Ametller. "Además, antes de socios éramos amigos y eso no ha cambiado con los años", destaca. Según Josep Ametller, las claves del éxito en una empresa familiar tienen que ver con la complicidad, la comunicación, mantener la esencia y la satisfacción de trabajar juntos desde el primer día. Para entender cada función, Josep se encarga del liderazgo de la compañía, mientras que su hermano gestiona toda la producción de la parte agrícola.
Las claves del éxito familiar: complicidad, comunicación y mantener la esencia y satisfacción de trabajar juntos desde el primer día
Uno de los motivos que lo hacen sentir más orgulloso es haber abierto una tienda en la Vall d'Aran, que "no es fácil" porque se encuentra a más de tres horas y media de las principales sedes de Ametller. Además, una de sus prioridades es reformar constantemente las tiendas de todo el territorio. ¿Respecto a los trabajadores? Se muestra orgulloso, ya que uno de los cambios más notables en materia laboral que han promovido es el aumento salarial del 20% y también las medidas de conciliación: “El 90% de los trabajadores de Ametller Origen tiene dos días seguidos de descanso y eso es difícil de implementar en la cadena de distribución”, señala Ametller. Una medida que les ha supuesto más contratación de personal y una nueva reorganización más "compleja de lo que podemos imaginar".
También quieren apoyar el talento sénior —a partir de los 50 años— y que muchos se "jubilen" en los supermercados, como ha sucedido con un plan iniciado hace diez años. Una curiosidad de la compañía: ofrecen a todos los empleados asistencia médica privada gratuita que incluye también la cobertura dental.
La transparencia como factor vital
Una de las claves que definen la personalidad del menor de los Ametller es la transparencia, tanto personal como profesional. "Lo que heredé de mi estancia en una empresa americana es la transparencia. Son muy buenos en eso", continúa. "Siento que en Catalunya y España somos bastante opacos a la hora de compartir detalles y, por eso, quiero que los trabajadores participen en la transparencia y conozcan los resultados de cada tienda", explica.
Ametller: "Lo que heredé de mi estancia en una empresa americana es la transparencia. Son muy buenos en eso"
Toda una vida de emprendedor permite adentrarse en el mundo del liderazgo y la gestión de equipos, y uno de los grandes consejos tiene que ver con el hecho de que "siempre podemos aprender de quien menos te esperas". "Todo el mundo te puede sorprender y tienes que estar preparado", declara el líder. Y cuatro consejos iniciales para un futuro emprendedor: debes iniciar un proyecto que sea vocacional, no te muevas por el dinero —puede llegar o no—, necesitas un equipo de buenas personas y que tengan una buena actitud.
Una de las tareas que tiene la administración catalana, según Ametller, consiste en desburocratizar gran parte del día a día de los empresarios del país. ¿La solución? "Lo podrían gestionar empresas especializadas y se recuperaría posteriormente con rapidez". La agilidad, según Ametller, sería positiva y reduciría costos en el sistema público. “Hace falta una visión de eficiencia sin perder el control. Todos estamos en el mismo barco", precisa.
Ametller: "Levantarse sin ilusión es el peor castigo"
nivel mundial, un Ametller crítico, considera que en lugar de luchar contra el cambio climático, nos estamos matando los unos a los otros. "Los egos y el egocentrismo se imponen por encima del bien común", remarca. Y una frase sin rodeos: "en este mundo sobra testosterona".
Almendro: "En este mundo sobra testosterona"
¿Retos de futuro? Ametller cree que si lo visitamos en diez años espera que lo encontremos "igual de ilusionado y entusiasta". "Levantarse sin ilusión es el peor castigo que puede tener una persona", declara. Y concluye: "si le pasa un día a un trabajador de mi equipo no hay problema, pero si ya es una semana seguida, es el momento de buscar soluciones".