Freixenet es una de las marcas catalanas más emblemáticas y de las pocas que puede presumir de haber multiplicado ventas a pesar de la crisis, y a pesar del boicot a las marcas catalanas del resto de España. Por eso es normal que el New York Times haya querido conocer la opinión del presidente de la compañía, Josep Lluís Bonet, sobre el proceso independentista catalán. Un proceso que a Bonet le preocupa puesto que, según sus declaraciones, "Cataluña tendría que continuar siendo una parte esencial de España".
"Los empresarios tienen derecho a preocuparse si los políticos crean tensiones en lugar de buscar diálogo", asegura Bonet, que también reconoce el boicot que sufren marcas catalanas como Freixenet. Por este boicot, precisamente, Freixenet ha apostado para vender fuera, al mercado internacional que ha permitido a la compañía de cava crecer en ventas al exterior, mientras que en España las ventas de cava catalán cayeron más de un 6% durante el año pasado. "Freixenet se dedica a hacer buen cava y a venderlo con éxito en todo el mundo", aseguraba el director de comunicación de la compañía y hermano del presidente, PedroBonet.
Tal y como recogió VIAempresa, Bonet ya se mostraba hace unos meses un firme defensor de la internacionalización. "Saldremos adelante si internacionalizamos más nuestras marcas: la de cada empresa, pero también las marcas Barcelona y Cataluña", aseguró, añadiendo que es un "optimista visceral" cuando se trata de plantearse el futuro de las empresas catalanas.
Doctor en Derecho por la Universitat de Barcelona y profesor por oposición, Bonet es el presidente de Freixenet desde el año 1999, después de haber ocupado a la compañía varios cargos anteriormente, como el de consejero y director general. Bonet traen un siglo gestionando la compañía y es gracias a los miembros de la familia que la empresa, arraigada en la tradición, destaca también por su innovación.
Dos maestros como referentes
El mismo Josep Lluís Bonet señalaba a VIAempresa dos personas influyentes en su formación. Una, el catedrático Josep Lluís Sureda; y la otra, su tío Josep Ferrer Sala, de quién aprendió que en el negocio del cava hay que tener puesto un ojo a los viñedos y el otro sobre los datos. El bisabuelo de Josep Ferrer, Francesc Sala y Farrés, puso la semilla de Freixenet , una compañía familiar nacida de los vinyets de Can Sala, en Sant Sadurní d'Anoia, y que hoy factura 500 millones de euros el año. Freixenet es líder mundial en el sector del cava con etiquetas señeras como Carta Nevada, abierta el 1941; y Cordón Negro, estrenada el 1974, dos marcas nacidas en medio de crisis políticas y económicas.
A banda, Bonet es presidente del Foro de Marcas Renombradas Españolas (desde el 2002) y del Consejo de Administración de Feria Internacional de Barcelona. También ha sido presidente del Comité bilateral hispano hispano-japonés de cámaras de comercio. Además, ha presidido la Asociación para el Fomento del Desarrollo Agroalimentario, de la feria Alimentaría de Barcelona y del Salón Intervin, Azuela como de la Delegación Alt Penedès de la Cámara de comercio, Industria y Navegación de Barcelona desde 1998, y Vocal del Consejo Regulador de la D.O. Penedès y de la D.O. Vinos de Cataluña, entre otros cargos.
Josep Lluís Bonet, las dos caras de Freixenet
El presidente de Freixenet cree que Cataluña tendría que continuar siendo parte esencial de España y centra los esfuerzos de la compañía en la internacionalización
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