Si hay una cara con la cual se asocia la Unión General de Trabajadores (UGT) en Cataluña, es la de Josep Maria Álvarez (Belmonte de Miranda, Asturias, 1956). Secretario general del sindicato a nuestro país desde el 1990, Álvarez ha sido el encargado de recoger la Cruz de Sant Jordi con la cual ha sido distinguida UGT.
Una distinción con la cual la Generalitat hace un "reconocimiento a la tradición histórica de este sindicato", según el comunicado emitido por UGT. Además, se ha valorado "la renovación que ha llevado a cabo en nuestro país; y la lucha por los derechos laborales y sociales de los trabajadores y su compromiso por una sociedad más justa y solidaria que se vinculan a su papel en la construcción nacional de Cataluña ".
Orígenes trabajadores
Hijo de una familia campesina asturiana de seis hermanos, Álvarez empezó a trabajar como camarero a los 14 años, un golpe acabados los estudios primarios y sin haber conseguido entrar a la escuela laboral. Un trabajo que realizó durante cuatro años, antes de llegar a Barcelona.
El 1975, y ya habiendo cursado estudios de Formación Profesional a Noreña , llega a Cataluña en autobús y con 20 compañeros más para trabajar en la Maquinista Terrestre y Marítima (el actual Alstom). Aquel mismo año se afilia a la UGT y empieza a interesarse por lengua y la realidad social de Cataluña.
El maquinista sindical
Desde entonces, la trayectoria de Josep Maria Álvarez ya no se puede desvincular de la de la lucha sindical. El 1976 pasa a ser secretario de Acción Sindical de la sección sindical de su empresa, así como miembro del comité de empresa de la Maquinista desde las primeras elecciones sindicales.
Cuatro años más tarde ya ocuparía un cargo de responsabilidad dentro de la UGT, como secretario de organización de la Federación del Metal, donde llega a ser secretario general del Sindicato del Metal de Barcelona, el de más afiliación de la Confederación.
El mayo de 1990, Josep Maria Álvarez se convertía en secretario general de la UGT en Cataluña, relevando en el cargo a Justo Domínguez. Con tantos años como líder, Álvarez se ha convertido en la cara pública y más reconocida de la UGT en Cataluña; y lo será al menos hasta el 2017, cuando acabará el que ha anunciado que será su último mandato, el séptimo consecutivo.
Compromiso de país
En estos 24 años, Álvarez ha destacado para consolidar la organización interna de la UGT en Cataluña; y para impulsar una mayor soberanía de la organización catalana respete la sede de Madrid . En este sentido, destaca el compromiso para la normalización lingüística del mundo laboral, que quiere situar la lengua catalana al alcance de los trabajadores como un derecho y un elemento de garantía de cohesión social.
Precisamente este aspecto le valió en 2003 el premio de Honor Lluís Carulla en reconocimiento al impulso de la lengua y cultura catalanas en el ámbito sindical.
Josep Maria Álvarez, el maquinista de UGT
El secretario general del sindicato ha recogido la Cruz de Sant Jordi con la cual se ha distinguido la entidad
23
de Abril
de
2014