La palabra 'digital', en términos generales, da miedo. También al tejido empresarial, donde según el tercero informe Transformación digital en RRHH, elaborado por Íncipy, las compañías sacan un 3,4 sobre 10 en todo el que hace referencia al cambio. Qué está pasando? Cuál es lo mucho problema? El primero, que no se puede concebir la digitalización como una transformación basada únicamente en la tecnología. La segunda, que no todo es marketing, social media y redes sociales.
Una de las personas que más tajante se ha mostrado con esta mentalidad es la presidenta de Íncipy, Joana Sánchez: "No se puede hacer una transformación digital si no cambiamos la cultura". Por eso sus estudios siempre se centran en el capital humano. "Las empresas que abordan el proceso y tienen éxito es porque junto al director de tecnología y el CEO hay un director de recursos humanos", ha insistido.
Sánchez: "Las empresas que tienen éxito en la transformación digital es porque junto al director de tecnología y el CEO hay un director de recursos humanos"
También hay que sumar, como traba, que no hay bastante diversidad. Lo ha manifestado la vicepresidenta del Instituto y directora digital de RRHH, Mireia Estertor, que ha recordado que el cambio se tiene que acompañar de equipos multidiversos. "Unos van convenciendo los otros; unos ayudan y otros tienen frenos. Los que son embajadores rebajan el miedo y ayudan a rebatirla con su valentía", ha justificado.
Porque como idea general, el equipo que ha elaborado el estudio ha recordado que el más importando no es visualizar el cambio, sino actuar.
Comunicar de manera bidireccional
Las empresas son conscientes que tienen un reto en recursos humanos y se ponen las pilas. Al menos un 75% de las más de 100 compañías encuestadas así lo afirman, a pesar de que la mayoría de estas se encuentra todavía en una fase muy inicial.
El uso de redes sociales para el reclutamiento de talento, la implantación de nuevos canales y herramientas digitales en comunicación interna o la digitalización de procesos son las iniciativas que cerca del 70% de los participantes ya han puesto en marcha, seguido de un cambio de roles y de reorganización del equipo para adaptarse a la mencionada transformación. El dato negativo, pero, la pone el pequeñísimo 20% de las empresas que ya lo hace con un plan de ruta muy definido.
Estertor: "Pasaremos de las comunicaciones push a canales donde la gente buscó la información por sí misma"
Este tercer informe elaborado por Incipy también concluye que uno de los clásicos como lo es la intranet de las empresas empieza a ceder lugar a otro tipo de comunicación interna más transmèdia y bidireccional. Hablamos de pantallas de TV, redes sociales corporativas o apps. Una solución que tiene que ayudar a solucionar la "infoxicació" que Estertor ha criticado que sufren las empresas porque todos los departamentos quieren explicar qué hacen. "Las nuevas herramientas permiten acceder a toda la información de proyectos que se hacen", ha insistido, "pasaremos de las comunicaciones push a canales donde la gente buscó la información por sí misma a través de redes sociales".
Todo esto ayuda a entender que el 53% de las 100 organizaciones que han participado en el informe utilicen alguna red social para el trabajo colaborativo en red, un dato que crece tres puntos respecto del año anterior.
Más perfiles preparados
A pesar de que los ejecutivos y directores de recursos humanos saben que es importante dar más pes al social media, el estudio remarca que hace falta más diversidad y no sólo centrar todos los esfuerzos en Linkedin y pensar en perfiles corporativos sociales para los recursos humanos. De aquí que el employer branding sea una de las asignaturas pendientes de las compañías, puesto que son pocas las que ya han adaptado sus canales de difusión a la busca de nuevos trabajadores.
En esta línea, Estertor remarca que los futuros profesionales ya no basan únicamente su decisión en la información que muestran las compañías en sus páginas web, sino que la cultura, la filosofía y el trato entre los compañeros de equipo son elementos que se tienen que mostrar a través de plataformas alternativas para motivar el interés del talento emergente.
El dato contrasta con la del número de negocios que utilizan softwares para la gestión de personas: sólo la mitad utiliza alguna de estas herramientas. Y únicamente el 10% de los participantes ha manifestado tener un profesional dedicado exclusivamente al análisis de datos relacionados con esta área, un perfil que Estertor etiqueta de "vital" para la transformación digital.
Paralelamente, todavía un 35% de las entidades no tiene un plan de formación digital para los trabajadores o no incorpora profesionales especializados y sólo un 13% evalúa el gap digital de su equipo, incluyendo los directivos. La realidad contrasta con los resultados de un estudio de McKinsey Global Institute que destaca que el 49% de los trabajos que hacemos ahora estarán robotizadas en un futuro.
En este ámbito, la directora académica de Inesdi, Ana Sánchez-Blanco, ha destacado que la gran mayoría de nuevos empleados con competencias digitales que se incorporan se destinan el marketing. "Y que pasa con los ciberatacs?", pregunta, recordando que la ciberseguretat es una de las múltiples áreas que hay que fortalecer con talento externo o con formación interna.
Fracasar por culpa de la ceguera
Qué pasa si las empresas se niegan a hacer este cambio de mentalidad? La CEO de Advantage Consultores e Indigital Advantage, Sylvie Taudien, ha respondido la pregunta poniendo dos ejemplos. El primero, el de Kodak , una empresa que el 1996 tenía 140.000 trabajadores y 28 billones de dólares en ventas. La misma empresa el 2012 pasó a tener 17.000 trabajadores y números rojos. El culpable de la caída, para muchos, es Instagram, nacida el abril del mismo año, pero Taudien más bien señala la dirección: "La aplicación tenía sólo 13 trabajadores. Si lo hubieran comprado, como hizo Facebook, no se habría enfosat".
Taudien: "La arrogancia es un problema. Se tiene que pensar siempre honestamente"
Y continúa con el caso de Blockbuster , empresa de la cual su CEO dijo sobre Netflix el 2008 que no era un competidor. Años más tarde, los establecimientos de alquiler de vídeos están en peligro de extinción. "La arrogancia es un problema. Se tiene que pensar siempre honestamente", ha criticado sobre la actitud de la dirección de la compañía.
Como fecha final, ha apuntado que hace 100 años la media de edad de las empresas era de 67 años, mientras que hoy en día la cifra se ha reducido a 15. Facebook, Uber, Youtube o Dropbox son los autores del descenso, empresas fundadas por jóvenes emprendedores que han sabido pensar de manera exponencial y no lineal, el cambio de chip que la experta apunta como básico para la transformación.