Una chaqueta de lana de vicuña de Loro Piana cuesta 21.000 dólares. La lana de este animal cuesta más que el oro. Y es que en el norte de Bolivia, de donde procede este animal, un solo quilo de esta lana se puede vender a 370 dólares. Y una vez tratada y tejida, su precio escala exponencialmente. La lana de este escurridizo animal es tan especial que solamente se puede recoger cada dos años.
La vicuña es un mamífero de la familia de los camélidos -como las alpacas o las llamas- que vive en las alturas andinas del Perú, Argentina, Chile, Bolivia y en algunos sectores de Ecuador. La fibra (lana) de la vicuña fue valorada desde tiempos preincaicos y aún hoy la obtención de la misma se realiza mediante una técnica ancestral. La caza de vicuñas se intensificó con la llegada de las armas de fuego de los conquistadores y la población de este animal descendió dramáticamente hasta que Simón Bolívar dictó una de las primeras leyes conservacionistas de América.
Actualmente, la explotación de su lana está bien regulada. Así, las comunidades andinas que se dedican a conseguir lana de vicuña solo la pueden cortar una vez cada dos años. Y si bien los esfuerzos de conservación han asegurado que las vicuñas prosperen en su hábitat natural, esto puede significar un peligro para las comunidades que reúnen a la manada salvaje.
Propiedades de la lana de vicuña
La lana de vicuña es extremadamente fina en comparación con otras pieles. La densidad de lana de vicuña es de 13 micras en comparación con la lana de alpaca de 22 a 24 micras o llama alrededor de 30 micras. Este pelaje ultrafino es lo que convierte a la lana de vicuña en el textil más caro del mundo.
Pero para producir lana fina como esta el primer paso es capturar el rebaño. Los integrantes de las comunidades que esquilan alpacas trabajan con meses de anticipación, monitorizando la manada de animales, siguiendo sus movimientos para, usando motos, acabar acorralando a la manada en lo que se llama un tiro de captura.
Esto actúa como un tipo de cerrado para mover la vicuña hacia un recinto temporal. Y este un procedimiento lento, por qué los grupos son muy dispersos. Además, la vicuña es mucho más fuerte que la alpaca y puede atacar o herir a los trabajadores. Una vez que las vicuñas estén correctamente sujetas, se pueden esquilar. Su pelaje debe tener al menos dos centímetros y medio de largo para la recolección.
Las vicuñas no pueden domesticarse y son mucho más difíciles de conseguir, pero la buena noticia es que el número de ejemplares está creciendo
A diferencia de las alpacas, las vicuñas no se pueden domesticar y son mucho más difíciles de conseguir, pero la buena noticia es que el número de ejemplares está creciendo. Desde 2019 el número de animales se calcula que ha crecido un 9%, un gran logro teniendo en cuenta que estuvieron a punto de la extinción. Y es una buena noticia para las comunidades que se dedican a esquilarlas, por qué muchas prácticamente viven exclusivamente de esta actividad.
Esta población solo trabaja unas dos semanas al año y cada persona puede percibir de 700 a 1.000 dólares. Además, los gobiernos organizan y mandan a técnicos para que las comunidades estén equipadas con herramientas mecánicas de corte, si bien aún hay comunidades que usan tijeras, de un modo mucho más tradicional. Pero los gobiernos quieren y promueven las mejoras técnicas, por qué garantizan un producto de la más alta calidad y mantiene seguras a las vicuñas y los esquiladores.
Europa, el principal mercado
Estos países ofrecen tres tipos de fibra principalmente a los mercados europeos. Se trata de fibra limpia, fibra cruda y fibra pre-cardada. El pre-cardado de la fibra aumenta el coste inicial del producto en un 25%. Este es un proceso que consiste en quitar manualmente impurezas, un proceso que puede llevar un día completo de trabajo. Posterior a esto se requiere de tecnología más avanzada que en ciertas zonas no poseen.
En el 90% de los casos la fibra se dirige al mercado italiano y muy poca permanece en Sudamérica
Esta fibra representa una esperanza reindustrializadora para las zonas de donde procede. Algunos gobiernos cuentan con créditos a la población local para adquirir lana de vicuña y poder tejer y producir sus propios productos. Pero la realidad es que en el 90% de los casos la fibra se dirige al mercado italiano y muy poca permanece en Sur-América. Es el pez que se muerde la cola. Si los locales no pueden obtener suficiente material, no pueden producir para ganarse la vida. Así mismo, lejos quedan los 21.000 dólares que cuesta comprar la chaqueta de vicuña de Loro Piana.
Pero la industria de la vicuña sigue creciendo en su origen a medida que más comunidades desarrollan las habilidades y herramientas necesarias para producir la fibra más cara del mundo.