Tu coche, antes de llegar a tus manos, ha pasado unos ciertos controles. También lo han hecho las piezas de forma individual antes de conformar el vehículo. A pesar de que cada una puede haber venido de un lugar diferente del continente, todas han pasado por la estricta lupa de Tecnomatrix , la empresa familiar de 90 años de Lliçà de Vall que se encarga de verificar la calidad de las piezas y de tratar todo el big data.
Esta pyme trabaja con grandes marcas como Nissan, Volkswagen, Ford, Opel... pero también Gestamp, Grupo Antolín o Zanini, menos conocidas para el público general. Y es que son expertos preisament en el diseño, la fabricación y certificación de dispositivos de control dimensional en el proceso de creación de piezas industriales en general, pero especialmente en la automoción.
En 90 años, la compañía ha estado en manso de tres generaciones diferentes, ahora la dirige en Xavier Conesa como director general junto con su hermano,Ignasi Conesa, que se encarga de la parte operativa. Los dos traen el timón de una empresa posicionada entre los líderes europeos en el sector, un ámbito que el CEO describe como "muy atomizado".
Innovar desde el primer día
Si de una cosa pueden estar orgullosos, es de haberse adaptado a los cambios a medida que la industria lo iba pidiendo. Primero, con herramientas cada vez más sofisticadas; y más recientemente, con un software pensado para la nueva era digital: Kapture.
Conesa: "Con nuestros utillajes en mecánica generábamos datos y quisimos aprovecharlo para dar un valor añadido a los clientes"
"Ya hace años que vimos que con nuestros utillajes en mecánica generábamos datos y quisimos aprovecharlo para dar un valor añadido a los clientes,había una oportunidad gestionándolas que no podríamos desaprovechar", explica Conesa. Y es que este software gestiona la calidad de las plantas industriales, el que significa que lleva a cabo procesos como auditorías o trabajar los datos de los controles de calidad, pero todo desde la nube. "Tecnológicamente esto era imposible hace cinco años", añade, y ellos fueron de los primeros a hacerlo.
Desarrollar esta tecnología supuso una inversión de 3 millones de euros, pero también los ha permitido ser un referente en el ámbito, cerrar el último año con una facturación de 3,8 millones de euros e incrementar un 20% la exportación con países como los Estados Unidos, Rusia, Alemania, el Reino Unido y México. Unos resultados que también fueron premiados en el congreso Advanced Factorías del 2017 con el premio a la mejor innovación y, en la edición de este año, a la mejor trayectoria empresarial dentro de la categoría Factorías of the future.
Picar piedra para acabar ganando
El software Kapture no es todavía la parte principal del negocio, lo son los útiles de control dimensional, a pesar de que Conesa reconoce que lo acabará siendo: "Será el core en pocos años, triplicará el volumen de la compañía. De momento sólo llega al 10% de las ventas, pero está creciendo a un ritmo muy grande". Un incremento que demuestra que la estrategia de invertir a largo plazo ha sido acertada.
Conesa: "El mercado todavía está un poco dormido. Se habla mucho industria 4.0, pero hay pocas herramientas implementables"
Pero su convencimiento no se encuentra sólo en el hecho que cada vez son más las empresas que los conocen y que quieren integrar el sistema, también en la consolidación real de la industria 4.0. "El mercado todavía está un poco dormido. Se habla mucho toda esta tecnología, pero hay pocas herramientas implementables y empresas que vean que son necesarias. Pero la tendencia irá ninguno aquí", asegura.
Porque si años atrás los controles sobre las piezas se hacían cada determinados días, ahora se hacen casi en el momento. El procedimiento genera un alud de datos de gran utilidad, a pesar de que difíciles de gestionar y de hacer que revierta en una mejora de la producción. En este sentido, Conesa menciona el big data, el machine learning y la inteligencia artificial como innovaciones que pueden impulsar el sector y que hacen que "la calidad hable por sí misma y que no tengas que ir a buscar los datos, sino que el sistema ya saque conclusiones por tú".
Es un objetivo ambicioso, a pesar de que alcanzable para ellos. Tienen un equipo de 45 empleados repartidos entre Lliçà de Vall y Barcelona. En la capital catalana es donde trabajan los desarrolladores de software , las mentes pensantes que desarrollan el producto que ayudará la compañía a celebrar, si todo va cómo hasta ahora, su siglo de vida el 2028 siendo todavía pioneros al sector.