Las siete claves para hablar en público

Un mensaje único ya no es suficiente para impactar en la audiencia o persuadir al consumidor, sino que tiene que ir acompañado de una comunicación emocional eficaz

Una gran idea sin una buena comunicación no va en ninguna parte. En los Estados Unidos la oratoria es materia obligatoria curricular desde los seis años. Aquí, por el contrario, el poder de la comunicación todavía no ha llegado a todos los sectores. "Tanto en una reunión, como en una conversación con tus hijos o compañeros de trabajo, el objetivo de todo acto comunicativo es persuadir", comenta Ferran Ramon-Cortés (@FerranRamonC), director del Instituto 5 Faros, un centro de formación especializado en habilidades comunicativas.

Impactar en la audiencia y que te recuerden no es un objetivo sencillo cuando la atención del oyente sólo dura entre 30 y 90 segundos. "Descontando el preámbulo de bienvenida, si en un minuto y medio no hay valor o no ha pasado nada que sorprenda o estimule el público, ya lo has perdido", advierte Ramon-Cortés. Así pues, cuáles son las claves de una comunicación eficaz? La combinación de los aspectos no verbales y el contenido.

1- Un contenido memorable
Tener un mensaje único y claro y ser capaz de explicarlo sin divagar. Es decir, "poderlo escribir en una sola frase", argumenta el director del centro de formación en habilidades comunicativas. "También se tiene que tener en cuenta que cada párrafo tiene que contener una idea", añade.

2- El impacto atrae
Este mensaje se tiene que transmitir con impacto y, en consecuencia, con creatividad. Según Ramon-Cortés, "hoy en día hay muy poca creatividad, las presentaciones son aburridas y hacemos discursos soporífers y, cuando pasa el que está previsto, el cerebro desconecta".

En este sentido, el consultor en comunicación recomienda utilizar recursos narrativos como por ejemplo metáforas, vivencias y ejemplos. También propone usar datos sorpresivos, comparaciones e imágenes: "Todo el que tenga un punto de sorpresa o desconcierto y, cuanto más a primeros de la intervención, mejor".

3- Lenguaje planer
Evitar caer en los lenguajes técnicos, el argot profesional y las siglas, puesto que te distancian de la audiencia. "A veces hacemos justamente el contrario para dar a entender que somos entendidos en la materia pero el uso del lenguaje técnico de forma reiterada es síntoma de inseguridad", recuerda Ramon-Cortés, quien añade que "es importante explicar el mensaje con un lenguaje planer y directo, sin diluirlo".

4- La realidad no existe
Según el experto en comunicación de crisis y director del Máster en Dirección de Comunicación de la IDEC, Joan Francesc Cánovas (@joancanovas), "la realidad no existe, todo son percepciones". En este sentido, Cánovas destaca que la percepción depende de la experiencia, del entorno y de la predisposición". El éxito comunicativo depende en gran medida del conocimiento que uno puede tener del receptor; de sus ideas, creencias, actitudes, código cultural, etc. "Nunca tendremos una segunda oportunidad para causar una primera buena impresión", sentencia.

5- La parte escénica: la suma del inconsciente
El lenguaje no verbal tiene un gran pes en la comunicación eficaz. De hecho, todos los estudios relacionados con la materia tienen un aspecto en común: la mayoría de la efectividad comunicativa depende de la comunicación no verbal. Ramon-Cortés va algo más allá y concreta las cifras: "El 93% de la efectividad de un mensaje depende del inconsciente; de la suma entre el lenguaje no verbal y el tono de voz. Por el contrario, el mensaje, el lenguaje verbal, sólo es un 7%".

Hay que cuidar la voz y aprender a utilizar todos sus recursos (impostació, vocalización, entonación y modulación), así como ser conscientes de la escenificación y la gesticulación . "Yo recomiendo crear en el cerebro el modo presentación en público que consiste al utilizar un tono de voz más fuerte, más pausat, con cambios de ritmos… Es decir, evitar las características de una conversación privada", aconseja Ramon-Cortés.

Ahora bien, que pasa cuando el lenguaje no verbal entra en contradicción con el lenguaje verbal? "Si yo digo una cosa y mi cuerpo dice otra, quien gana la batalla de la credibilidad es el que la gente ve, no el que estoy diciendo", asegura Cánovas. Este concepto es lo del parallenguatge; los aspectos que envuelven el que uno dice y le dan credibilidad al contenido. El director del máster del IDEC lo ejemplifica con un ejemplo: "Es cómo cuando el Iniesta dice que está muy contento pero utiliza un parallenguatge distante al de una persona entusiasmada; costa de creerlo".

6- La persuasión
Si no nos hemos mentalitzat previamente en el sentido de convencernos a nosotros mismos de que el que diremos es muy interesante y útil para la audiencia, es imposible comunicar con la fuerza que requiere el momento. "El esfuerzo está al creerse-lo un mismo, no al intentar convencer a los demés", asegura Ramon-Cortés, que añade que "la persuasión tiene mucho mes a ver con el contagio que con la razón".

El consultor en comunicación pone como mala praxis la actitud de algunos comerciales, "cuando bloquean todas las dudas legítimas que puede tener un cliente" y lo intentan convencer. "No lo hacen bien, puesto que cuando una persona siendo que le apartan su libertad de elección, no compra", aclara.

7- Preparación para combatir la improvisación
"La mejor improvisación es la preparada", afirma Cánovas. Para poder hablar en público hace falta una buena preparacióń metódica y exhaustiva. Una intervencióń en público no se puede improvisar, se tiene que pensar en el proceso, la materia, el auditorio, el entorno y los medios.

En definitiva, no se trata de banalizar el contenido, pero si ser consciente que la forma condiciona el fondo. "Si uno quiere impactar en su audiencia y que lo recuerden, tiene que generar emociones", concluye Cánovas.
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