Que la escalada está viviendo un boom no es una novedad. Este deporte, apto para todo tipo de públicos, está calando cada vez más en todo el mundo, y Catalunya no es una excepción. De hecho, con 68 rocódromos, es la segunda comunidad autónoma que más instalaciones de escalada tiene en España, que suma un total de 366, según datos de CMDsport. Y su uso está escalando exponencialmente. No solo lo demuestra el incremento de las licencias federativas registradas por la Federación Española de Montaña y Escalada (FEDME), que ya supera las 290.000, sino también la demanda de equipamiento, que según el comparador de precios Idealo ha aumentado más del 90% en los últimos dos años.
Con este éxito, la innovación y la tecnología no han tardado en llegar a los rocódromos. EdgarCasanovas y MarçalJuan, escaladores por pasión y emprendedores por instinto, han desarrollado Lizcore, el Strava catalán que busca monitorear las rutas de los rocódromos interiores de todo el mundo. "Soy entrenador y llevo mucho tiempo entrenando a mucha gente que, de vez en cuando, me comenta que son capaces de hacer una ruta de un determinado grado, y cuando los llevo a hacer una ruta del mismo grado en otro rocódromo, son incapaces", explica Casanovas a VIA Empresa, detallando que este fue el origen de la iniciativa, fundada en 2022.
Catalunya es la segunda comunidad autónoma que más rocódromos tiene, con un total de 68
Un proyecto nacido de "la subjetividad de la escalada"
En este sentido, el escalador explica que "los grados son muy subjetivos", ya que hay una serie de variables que entran en juego, como la política de los rocódromos o la morfología del escalador. "A veces creemos que los más bajitos lo tenemos más difícil, y no siempre es así", bromea. De esta manera, el sistema inteligente de Lizcore ofrece, por un lado, la solución para los escaladores, ya que recopila todos los datos de los movimientos y de la práctica que está realizando de manera que pueda disponer de un historial de su rendimiento, y, por otro lado, una solución para la administración de los rocódromos, que con todos los datos registrados por Lizcore puede medir el nivel y la evolución de sus escaladores para mejorar las instalaciones o adaptarlas a las necesidades de los usuarios, así como idear estrategias para llegar a nuevos públicos.
"A la vez, estamos trabajando mucho en una sección gamificada de rankings, retos y competiciones que permitan participar en sorteos o conseguir premios y, de esta manera, fomentar la escalada", señala Casanovas, poniendo especial énfasis en la figura del routesetter, "un escalador especial": "Es el que se encarga de crear rutas, y muchas veces no se valora su importancia ni se reconoce su tarea. Son capaces de crear rutas muy bonitas", añade el CEO de Lizcore.
Éxito internacional
Casanovas patentó esta idea a escala nacional y, recientemente, lo ha hecho a escala internacional mediante el sistema internacional de patentes (PCT). Ahora, ha decidido validar su propuesta en el mercado. "Llevo 20 años dedicándome a la escalada y, claro, aquí todos mis amigos me decían que era una idea muy genial, pero quise comprobar que fuera tenía la misma acogida", comenta. Y parece que el éxito de Lizcore a escala europea ha sido aún mayor: "Concretamente, en Francia y Alemania lo han visto muy interesante, me han pedido mucha información, me han entrevistado y ha generado mucha curiosidad".
Casanovas: "Queremos salir de golpe al máximo de rocódromos posibles para conectar y crear competiciones para los escaladores de todo el mundo"
Así, a Lizcore se le presenta un futuro prometedor, como mínimo en el ámbito europeo. En este momento, Casanovas y Juan están a la espera de cerrar una ronda de financiamiento para poder salir definitivamente al mercado y, por supuesto, seguir creciendo. "Todavía no hemos salido al mercado porque no tendría sentido salir en un rocódromo en concreto, queremos salir de golpe al máximo de rocódromos posibles de manera que Lizcore pueda recoger todos los datos posibles y conectar y crear competiciones para los escaladores de todo el mundo", añade Casanovas, quien adelanta sus intenciones de montar dos competiciones en Europa para demostrar el funcionamiento y potencial de la propuesta tecnológica.
Escalar una pared de 1.000 metros: cuando emprender deja de dar miedo
Con todo, después de tres años y a punto de materializar definitivamente su proyecto, Casanovas reconoce "el gran reto" que supone emprender. Aun así, hacía muchos y muchos años que ya estaba preparado: "Realmente, el emprendimiento y la escalada se parecen muchísimo. Nos enfrentamos a nuevos movimientos, sabemos que existe el riesgo de caída y, a veces, tenemos que avanzar sin saber si lo estamos haciendo por el camino correcto", explica.
Casanovas, que no se quiso perder el 4YFN celebrado en el pasado MWC, recuerda las palabras de PauGasol en la ponencia Unleashing the Potential of Startups in Sports and Health, y coincide con el que para muchos ha sido uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia cuando comparaba los sacrificios similares que debe realizar un emprendedor y un deportista de élite. "Si no me da miedo escalar una pared de 1.000 metros, no me puede dar miedo emprender", comenta Casanovas quien, con humor, añade que "de esta segunda, si caigo, me puedo levantar. De la primera, está claro que no".